Hace unas semanas ya se produjeron las primeras acusaciones contra Robert Sarver, el propietario de los Phoenix Suns, por racismo, sexismo y misoginia. La cosa era tan grave que incluso se hablaba de presuntos casos de abusos sexuales. El mandamás de la franquicia de la NBA había rechazado estas acusaciones, pero ahora ESPN ha publicado un extenso artículo con más de 70 entrevistas donde se prueba que este personaje lleva maltratando a sus empleados los últimos 17 años.
"El nivel de misoginia y racismo era increíble, vergonzoso para el propietario de un equipo", dice un empleado de forma anónima. Otro añade: "No hay que pudieras decir que hizo de tono racista o misógino que me pueda sorprender". "Es brutal trabajar para él", dice otra fuente. Las acusaciones se acumulan: que el jefe les decía a sus directivos que "cobraban muy bien por aguantar sus mierdas" y que, en definitiva, "si Adam Silver investigara lo que pasa en los Suns quedaría muy afectado".
La NBA tiene planeado reaccionar a este artículo e iniciar una investigación para conocer si esto que explican los trabajadores anónimos en ESPN es verdad. La última vez que ocurrió algo así acabó con la salida de Donald Sterling de Los Ángeles Clippers. En 2014, un Adam Silver que llevaba poco tiempo como comisionado tuteló la salida del exdirigente angelino y lo sancionó de por vida por unas revelaciones que descubrieron sus comentarios racistas.
No todos son anónimos. Por ejemplo, Earl Watson, exentrenador del equipo de Arizona, describe un incidente en que Sarver utiliza la palabra 'nigga' varias veces, preguntándole por qué jugadores como Draymond Green pueden usarla pero él no. Un ex ejecutivo recuerda una reunión en la que el propietario de los Suns pasó una foto de su esposa en bikini. Él se defiende a través de su equipo legal diciendo que era para mostrar cómo quedaba esta prenda al equipo comercial.
Numerosos empleados acusaron a Sarver de usar un lenguaje sexual inapropiado y discutir su vida sexual durante las reuniones, incluso supuestamente mencionando el tamaño de los condones que usa. "Cuatro exempleados dijeron que en varias reuniones de todo el personal Sarver afirmó que necesitaba usar condones extra grandes. Los exempleados dijeron que les preguntó a los jugadores sobre su vida sexual y la destreza sexual de sus seres queridos", explica el artículo.
Las acusaciones también apuntan a que Sarver intentó expulsar a una empleada embarazada durante la temporada 2008/2009 porque estaría "amamantando y tendría que estar en casa con su recién nacido". El propietario niega esta versión y afirma que nunca discutió temas sexualmente explícitos en el trabajo y apoyó completamente a la empleada embarazada, diciendo que estaba "discutiendo posibles ajustes temporales en su horario".
La respuesta
Sarver negó todas las acusaciones y dijo que estaba "totalmente conmocionado" al enterarse del informe. "En primer lugar, rechazo cualquier insinuación de racismo personal u organizacional o discriminación de género. Desprecio el lenguaje que le falta el respeto a cualquier individuo, sin importar su raza, género, preferencia o elección (...) No empiezo a saber cómo demostrar que algo NO PASÓ, y es difícil borrar u olvidar acusaciones desagradables una vez que se hacen", explica.
"Incluso los indicios de racismo o sexismo en nuestra cultura actual son tóxicos y dañinos y no deben mencionarse a la ligera. Niego categóricamente todas y cada una de las sugerencias de que utilicé un lenguaje despectivo relacionado con la raza o el género. Me gustaría pensar que mis acciones y el registro público con respecto a la raza, el género o la discriminación de cualquier tipo, durante toda mi vida en los negocios y el servicio comunitario, responderán adecuadamente cualquier pregunta que alguien pueda plantear sobre mi compromiso con la igualdad y la justicia", finaliza el propietario de los Suns.
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