Scottie Pippen no sería la leyenda que es sin Michael Jordan y eso escuece al exjugador de la NBA. Es el resumen que se puede esgrimir de la trifulca que han iniciado estas dos estrellas del baloncesto mundial que edulcora una estrategia de márquetin para promocionar las memorias del '33' de los Chicago Bulls. 'Unguarded' (un título que se podría traducir como 'Sin defensa') relata el desencanto del jugador nacido del alero que complementaba al eterno '23' en la hazaña de conseguir los seis anillos que encumbraron sus carreras.
Recién elegido en la selecta lista de los 75 mejores jugadores de los 75 años de historia de la NBA, Pippen basa su ataque a Jordan en el relato que se establece en 'The Last Dance'. El documental de 'Air' levantó ampollas en algunos de sus compañeros de equipo por parecer que ganó él solo los títulos y Pippen defiende que fue una cosa de equipo. "Fui un compañero de equipo mucho mejor que Michael", explica en esta autobiografía que parece haber creado un cisma definitivo entre ambos.
Pippen también carga contra el relato que se creó alrededor del 'Flu game' de Jordan. Confiesa que los problemas de espalda que sufría en Las Finales de 1998 eran mucho más dramáticos que la gripe del '23' en el quinto partido de Las Finales de un año antes. 'Robin', como consideraban a Scottie, llama abiertamente a 'Batman' (Jordan) "hipócrita" nada más abrir el libro por el prólogo. Esto le ha costado que antiguos compañeros que formaron parte de esas históricas plantillas se pongan de lado de Michael.
Skip Bayless ha sido uno de los más críticos: "Pippen era un producto de Michael Jordan". El propio Scottie ha dejado claro que su relación con 'Air' "no es lo que la gente piensa en la televisión". No es para menos después de llamar egoísta a la persona que le hizo ganarlo todo y hacer historia en la NBA. El ridículo del '33' está siendo histórico y se sustenta en una relación llena de envidias y, sobre todo, de la necesidad de tener la atención sobre sí mismo. Incluso se podría reducir todo a una cuestión económica.
Las pataletas de Scottie
Toda su carrera ha sido un "es que cobro muy poco", "es que cuidan más a Kukoc", "es que al lado de Jordan no puedo brillar", "es que no se valora lo suficiente lo que hice por los Bulls". La calidad de Pippen está muy por encima de lo que transciende cada vez que abre la boca. Su trayectoria después de los Chicago Bulls no terminó de demostrar que podía ser un líder, aunque la realidad también es que su mejor momento había pasado. Esto pesa sobre su ego.
Cuando sí lo estaba, fue un gran jugador. De las tres veces que estuvo en el mejor quinteto de la liga, dos de ellas fueron durante la primera retirada de Jordan. El problema llegó cuando no era el protagonista, aunque no ha sido hasta años después que no ha revelado todos esos pensamientos. Pippen llamó racista a Phil Jackson por darle el último tiro contra los New York Knicks durante los Playoff de 1994. Ahora califica a Jordan de egoísta por no darle más trascendencia a Scottie en su propio documental.
Todo el mundo coincide en señalar a Pippen como el mejor segundo espada que ha existido en la NBA. Pero a Scottie no le vale con eso. Era el segundo violín que tan viral se ha hecho en las últimas semanas, también porque coincidió con el mejor jugador de todos los tiempos. Pero el ego de Jordan tampoco es pequeño y se puede sacar en conclusión de su documental que es el principal responsable de los títulos que coronaron su carrera y el '33' tiene razón al esgrimir que eso no fue así.
Parte de razón
"Ganamos porque jugamos baloncesto en equipo, que no había sido el caso en mis dos primeras temporadas, cuando Doug Collins era nuestro entrenador. Eso es lo especial de jugar para los Bulls: la camaradería que establecimos entre nosotros", explica Pippen en su biografía. Jordan no había conseguido superar esa barrera mental de los Playoff sin Phil Jackson antes de 1991. Tampoco podría haber desarrollado su mejor juego sin la forma de entender el baloncesto junto a Scottie.
A pesar de todas esas imágenes en 'The Last Dance', Jordan tiene palabras de agradecimiento para Pippen: "Siempre que hablen Michael Jordan, deberían hablar Scottie Pippen. Me ayudó mucho en la forma en que enfoqué el juego, en la forma en que lo jugué. Todo el mundo dice, bueno, gané todos estos campeonatos, pero no gané sin Scottie Pippen y por eso lo considero mi mejor compañero de equipo de todos los tiempos. Nunca podría encontrar un tándem, otro sistema de apoyo, otro compañero en el juego del baloncesto como Scottie Pippen".
La principal crítica que hace el de Arkansas es que en el documental parece que fueron las formas de Jordan a la hora de motivar a sus compañeros con duras críticas y algunos enfrentamientos los que provocaron que los Bulls dieran el salto competitivo. "Michael estaba equivocado. No ganamos seis campeonatos porque él se metió con los muchachos. Ganamos a pesar de que él trataba de esta manera a los muchachos".
"No es que nos sintiéramos bendecidos de estar en el mismo equipo con el inmortal Michael Jordan", escribe con sorna Pippen. La inigualable intensidad y empuje competitivo de 'Air' suscitó muchas críticas entre aquellos que no habían sido testigos de las hazañas de los Bulls en directo. No todo el mundo cree que fuera la mejor forma de sacar adelante a la plantilla y Scottie no es el único en confesarlo años después.
A Jordan le han criticado por no implicarse en asuntos sociales, por las decisiones que fue tomando durante su carrera y también por sus adicciones desde su entorno. Él pasó a la historia junto a muchos compañeros, aunque no todos ellos han tenido la trascendencia del considerado como mejor jugador de todos los tiempos. Más allá de posibles celos, la sensación de que todos quieren aprovechar la fama de Michael vuelve a aparecer con el caso de Scottie Pippen. Aún así, no empañan el legado del '23', ni de esos históricos Chicago Bulls.
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