El físico de los jugadores profesionales está más controlado que nunca. Las nuevas tecnologías, los métodos de entrenamiento y los cientos de cámaras que acuden a cada partido han aumentado ese seguimiento a las estrellas. Y la NBA, donde el físico juega una parte importante en la carrera de cada jugador, es el claro ejemplo. A pesar de su calidad técnica, jugadores como Luka Doncic, Nikola Jovic o Zion Williamson no se han librado de críticas y debates sobre cómo deben cuidarse.
El último en recibir estos ataques ha sido el esloveno, siempre envuelto en la presión de ser una estrella y líder de la franquicia de Dallas Mavericks. El que fuera canterano del Real Madrid sabe lo que es gestionar esas críticas y, tras unas semanas de competición, ha reconocido estar fuera del rango físico que preveía para esta temporada. Doncic, al que los comentaristas de la NBA en Estados Unidos han puesto en el centro del huracán, no ha dado en señalar que ya se está preparando para recuperar la forma.
Doncic, consciente de los comentarios que estaba protagonizando, ha explicado que ha tenido "un verano largo" con Juegos Olímpicos y posteriores "tres semanas de vacaciones" donde pudo relajarse "un poco, quizás demasiado". Además, durante los partidos sigue siendo víctima de los dolores del tobillo que le persiguen. "Simplemente tengo que volver al buen camino", ha reconocido, para ser ese referente del baloncesto que llegó a ser la temporada pasada. Con sus 2,01 metros de altura y 104, se ha filtrado que pesa algo de 10 kilos más de los que fija la NBA en sus datos oficiales.
A pesar de ese bajón físico, y partiendo siempre de la base de que Luka Doncic nunca destacó por un perfil de musculatura, el esloveno ha conseguido moverse en cifras similares a las de otras temporadas. Siendo el año que más minutos está jugando de media, anota dos puntos menos que el curso pasado, coge los mismos rebotes y apenas baja 0,1 asistencias por encuentro. Su talento, a pesar de estar fuera de forma, no está en riesgo.
Algo similar ocurre con Nikola Jokic, cuya popularidad en la NBA se generó, en gran parte, por ese físico alejado de lo común. El interior anota por dentro, desde el exterior y hasta realiza asistencias para enmarcar. Sin embargo, es esa calma con la que ve cada partido y realiza cada paso en el parqué la que forma parte de sus características fundamentales. El serbio, con 2,11 metros de altura y 129 kilos de peso, está promediando más de 26 puntos, 13 rebotes y 7 asistencias por encuentro.
La presión sobre Jokic, especialmente por su forma de ser, ha sido menor. Pese a ello, él mismo reconoció en 2020 que había comenzado la temporada con sobrepeso y que llegó a bajar diez kilos con el paso de los entrenamientos. Tras varios cambios físicos, Jokic sigue triunfando y su forma ya es una normalidad dentro de la NBA.
El 'caso Zion Williamson'
El jugador de New Orleans Pelicans es el único que no puede decir que su físico le ha ayudado en su estrellato en la NBA. Principalmente porque los peores presagios con su salto a la mejor competición del mundo se han cumplido. Según los datos de la competición, el jugador de 21 años pesa 130 kilos. Uno más que Nikola Jokic y varios por encima de Luka Doncic. Por el contrario, es el que menos mide de los tres con 1,98 metros de altura.
Ya durante su salto a la NBA tras el Draft se puso sobre la mesa las complicaciones que podía tener. El físico, mucho peso y poca altura, sumado a su forma de juego, podía complicarle la salud en cuanto a lesiones se refiere. Y esos análisis se han sido confirmando con el paso del tiempo. En dos temporadas, de hecho, solo ha podido disputar 85 partidos y ha sufrido complicaciones en el tren inferior en hasta cuatro ocasiones. Esta temporada, por el momento, sigue sin debutar y las imágenes de su estado de forma no hacen más que aumentar las dudas de su futuro.
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