Solo un jugador ha anotado 100 puntos en un mismo partido de baloncesto profesional. Pero muy pocas personas lo pudieron ver in situ. El logro de Wilt Chamberlain (Pensilvania, Estados Unidos; 1936) sigue vigente 60 años después y parece muy complicado que alguien pueda alcanzarlo. Lo malo es que únicamente existe una hoja estadística que refleje una actuación tan soberbia que nadie en la historia la ha conseguido repetir.

El jugador estadounidense cuenta con numerosos éxitos en sus 14 tempoardas en la NBA. Fue 10 veces All Star, se llevó un MVP en el partido de las estrellas, también fue el mejor valorado en una final de la NBA y se hizo con cuatro galardones a mejor jugador de la temporada. Sin embargo, ese duelo ante New York Knicks puede con todo. Chamberlain anotó 100 puntos y dejó esa marca como la mejor cosechada en un encuentro de élite. 

Los 100 puntos no fueron fáciles de conseguir aquel 2 de marzo de 1962. Su equipo, los Philadephia Warriors, vencieron por 169-147 a los Knicks. Pero para alcanzar dicha cifra, Chamberlain tuvo que tirar a canasta en exceso. El pívot era un portento físico de 2,16 metros de altura. Ya de por sí contaba con cierta ventaja ante sus rivales, pero hasta lograr semejante dato se vio obligado a lanzar en 95 ocasiones.

Chamberlain anotó 36 tiros de campo de los 63 probados. En la línea de personal se quedó en un magnífico 28 de 32. Como era de esperar, estos dos apartados también quedaron como su récord en un mismo partido. Y 60 años después no ha habido ningún cambio. Él sigue siendo el único que ha alcanzado tales datos. Solo Kobe Bryant amenazó el récord, aunque quedándose algo lejos con sus 81 puntos en 2006.

La historia de los 100 puntos no solo se mantiene como una heroicidad años después por lo complicado de hacer. También destaca por el singificado que tuvo tal hazaña. En un baloncesto que nada tenía que ver con el de la actualidad, Wilt Chamberlain logró escribir su nombre en los libros de historia. El actual séptimo máximo anotador de toda la competición, y el segundo con mejor media de puntos igualado con Jordan, marcó un antes y un después con su exhibición.

Igualdad racial

El pasado 2020 la NBA impulsó la campaña del Black Lives Matter en favor de la igualdad racial. Algo que, a la vista de las plantillas actuales, podría sorprender. Pero en la época de Chamberlain la discriminación era una característica diaria. Que un jugador negro hiciera tal heroicidad rompía por completo con el tablero de entonces.

"Hizo estallar simbólicamente la cuota racial que tenían los propietarios de la NBA y que limitaba las oportunidades de los jugadores negros. Si este no era el efecto deseado, fue el resultado final: la NBA dejaría de ser un enclave de blancos", explica en NYT Gary Pomerantz, autor del libro que narra los hechos de aquel partido.

Un acta perdida

La única parte negativa del golpe sobre la mesa de Chamberlain es que muy pocos pudieron verlo. El partido no se emitió. Y las imágenes que corren en internet, supuestamente asociadas a ese duelo, no son más que un montaje con canastas de otros partidos que sí fueron televisados. La hazaña de Chambarlain solo la disfrutaron unos cuantos aficionados que, con el tiempo, sabrían que fueron privilegiados.

Según el NYT, solo un par de periodistas acudieron a la cita. La pista de madera estaba elaborada sobre una de patinaje. Y el pabellón, ya de por sí apretado, contaba con la mitad de público. Apenas 4.000 espectadores fueron testigos directos. Por suerte, en 2019 se encontró el acta que acabó con la leyenda. Muchos se preguntaban si de verdad había anotado 100 puntos en un mismo partido. Otros ponían en duda la calidad de los rivales. Pero la estadística hallada hace tres años despejó muchas de las incógnitas que había sobre el gigante estadounidense.

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