España disputó en Eslovaquia, en su camino hacia el Eurobasket 2025, el que parecía un trámite disfrazado de duelo trascendental llamado a pasar a la historia no tanto por lo que debía suceder en la pista sino por algunos de los jugadores que estuvieron en ella. Y, efectivamente, tras dos prórrogas a punto estuvo de ser inolvidable... por lo negativo (72-76).
Tras caer en los dos primeros encuentros de la fase de grupos ante Letonia y Bélgica, estaba 'obligada' a ganar este doble envite para estar en la máxima competición europea de selecciones del próximo verano, para lo cual le vale con quedar entre los tres primeros.
Los visitantes salieron serios, con Fran Guerra poniéndose al frente de las acometidas al anotar 9 de los 13 primeros puntos de los suyos. Y esa concentración les permitió paliar la ausencia de aciertos desde el triple en el primer cuarto y marcharse por delante a los diez minutos (10-14, min.10).
En el final del partido, lo que podía haber sido un drama desembocó en una prórroga que le daba cinco minutos más a los españoles para dejar las cosas en su sitio. En el tiempo extra las equivocaciones ofensivas continuaron sucediéndose, tanto que en tres minutos y medio solo se habían visto tres puntos, uno de los de casa y dos de los de fuera. Apareció entonces Simon Krajkovic con un triple que terminó de romper el choque.
El añadido arrancó con un triple de Kajkovic que metió en órbita a los suyos hasta que un libre de Yusta y un triple de Salvó ubicaron a los de rojo con dos de renta favorable a falta 01:15. Finalmente fue el propio Salvó, con un rebote y los dos libres que le siguieron, el que puso la guinda y acabó con el sufrimiento. Visto lo visto, y a pesar de la ausencia de muchos nombres importantes en el equipo, el tránsito hacia una nueva generación se puede hacer largo.