Empieza a ser un hecho irrebatible que el Real Madrid se encuentra en uno de sus mejores momentos de la temporada en el que podía ser, curiosamente, uno de los peores tramos del año. Con partidos a domicilio jornada sí y jornada también hasta el 24 de febrero (Copa de por medio), el viacrucis no lo ha sido tanto hasta la fecha: dos triunfos, y con muy buenas sensaciones, en Vitoria y Murcia. Cierto es que el UCAM es una sombra de lo que fue el pasado curso, pero eso no resta mérito para el buen trabajo de Laso y los suyos. A golpe de triple (9 en la primera parte, 12 al final), lo dejaron todo visto para sentencia en los 20 primeros minutos [Narración y estadísticas: 61-89].
Tan bien funcionó la maquinaria blanca en el primer y en el segundo acto que apenas importó la leve reacción murciana al inicio del tercero. El acierto exterior de Benite, la garra de Rojas y Antelo y la aparición de Radovic cuando todo empezaba a estar perdido no fueron suficientes para que los locales aguantasen el tipo ante el líder. Y menos cuando era imposible seguir el ritmo de los visitantes, que avanzaban en el marcador de tres en tres sin ninguna compasión. Nada se supo de Facundo Campazzo y de Marcos Delía, tan destacados en el encuentro de la primera vuelta.
Jaycee Carroll y Andrés Nocioni volvieron a aclarar (que siempre hay algún despistado) por qué nunca se debería dudar de ellos. Su exhibición desde el perímetro, acompañando a un Llull también arrasador en la larga distancia, le dio medio partido al Madrid. Mención especial para los 11 puntos en 11 minutos del argentino, cuya ayuda fue inestimable para que sus compañeros pusiesen el modo avión sin reparo alguno.
La victoria terminó de fraguarse a través de la defensa. Con Randolph volviendo a hacer del tapón un arte, y Taylor secundándolo, cualquiera se atrevía a rebatirle nada al vigente campeón liguero. La concentración sólo cayó en desgracia unos pocos minutos tras el descanso. En cuanto los murcianos empezaron a resultar molestos, el +20 del Madrid volvió a estar en liza y no paró de subir hasta dejar el electrónico final en hasta 30 puntos de margen favorable en algunos momentos. También hubo tiempo para que Reyes dejase buenas sensaciones a su vuelta, Draper y Thompkins tuviesen sus momentos de gloria y Suárez pudiese disfrutar de algunos minutos.
Parece mentira que el Madrid gastase tan pocas energías para salir airoso de uno de los campos en los que más sufrió no hace tanto, en los últimos playoffs ligueros. Pero lo hizo. Que sí, que el UCAM tiene mucho que mejorar y Katsikaris no es el único remedio para cambiar de dinámica, pero los blancos sacaron pecho a lo grande. Ataque y defensa saneada (con alternativas delante y seriedad atrás), ausencias que no se notan (Rudy y Ayón), jugadores importantes que pueden no serlo por un día (Doncic)… ¿Qué más se puede pedir?
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