Por qué Sergio Llull no se marchará a la NBA
EL ESPAÑOL adelanta la mareante cifra de la cláusula de salida que aleja de Estados Unidos al jugador franquicia del Real Madrid: 25 millones de euros.
2 marzo, 2017 00:54Noticias relacionadas
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“Houston siempre ha sido muy respetuoso con mis decisiones, nunca me han puesto ningún tipo de presión”, contaba Sergio Llull a EL ESPAÑOL hace unas semanas. Y así seguirá siendo, porque los Rockets deben empezar a asumir que las posibilidades de fichar al menorquín cada vez son más remotas.
Da igual que Llull sea el segundo jugador más deseado por la NBA según una encuesta entre sus general managers. O que viva el mejor momento de su carrera y, a la vez, el más propicio para hacer las Américas (16,3 puntos, 1,6 rebotes y 6 asistencias de media entre la ACB y la Euroliga). Su cláusula de salida del Real Madrid no es tan “asumible” como creían en Texas (10-15 millones de euros). EL ESPAÑOL adelanta que el Madrid ha blindado a Llull con una cantidad insólita en el mundo del baloncesto: 25 millones.
Esta cifra de rescisión se acordó precisamente en el verano de 2015, cuando más fuerte pujaron por Llull en Estados Unidos. Entonces, el jugador franquicia de la canasta madridista renovó su contrato hasta 2021 y mejoró su salario (cobra aproximadamente 2,7 millones de euros, sólo por detrás de los tres millones de Rudy Fernández). De paso, la cuantía a pagar por una hipotética marcha no se redujo, como se afirmó en su momento, sino que aumentó hasta esos 25 millones más propios del fútbol.
Si Llull se marchase a la NBA, la cláusula a ejecutar sería la más alta de la historia en cuanto a los participantes españoles en la mejor liga de baloncesto del mundo. La cantidad que más se le acerca son los seis millones de euros que desembolsó Raúl López en 2002 para jugar en los Utah Jazz. Después estarían los 3,5 millones de Juan Carlos Navarro en 2007 (Memphis Grizzlies), los 3,4 de Pau Gasol en 2001 (Memphis) y los 2,8 de Sergio Rodríguez en 2016 (Philadelphia 76ers).
Aún están más lejos los 2,5 millones de Nikola Mirotic en 2014 (Chicago Bulls) y los 2 de Álex Abrines el último verano (Oklahoma City Thunder) y de José Manuel Calderón en 2005 (Toronto Raptors). Los 1,2 millones de Jorge Garbajosa en 2006 (Toronto) son la última cifra millonaria de una lista que cierran varias cantidades irrisorias.
Se trata de los 690.000 euros de Ricky Rubio en 2011 (Minnesota Timberwolves), los 600.000 de Víctor Claver en 2012 (Portland Trail Blazers), los 500.000 de la primera intentona NBA del Chacho en 2006 (Portland) y de Juancho Hernangómez en 2016 (Denver Nuggets), los algo más de 474.000 de Rudy Fernández en 2008 (Portland), los 450.000 de Serge Ibaka en 2009 (Oklahoma) y los 300.000 de Marc Gasol en 2008 (Memphis).
Al comparar estas cláusulas con la de Llull (se desconocen las de Fernando Martín en 1986 y Willy Hernangómez también en 2016), queda clara la magnitud de una hipotética operación para llevarle a la NBA. Si además se tiene en cuenta que varios de los jugadores nombrados anteriormente tuvieron que pagar de su bolsillo parte de estas rescisiones, el desembarco del '23' madridista en USA se complica aún más.
Por cierto, las cláusulas que se pagaron por sus actuales compañeros Andrés Nocioni y Gustavo Ayón también fueron bastante más bajas que la suya: 3,4 millones de euros en 2004 (Chicago Bulls) y 1,4 millones en 2011 (New Orleans Hornets) respectivamente.
Caché de estrellas de la NBA y del fútbol
Los 25 millones de euros de la cláusula de salida de Sergio Llull equivalen a algo más de 26 millones de dólares. Esto significa que el montante para romper la vinculación del jugador con el Real Madrid estaría a la altura de los salarios más elevados que se pagan en la NBA esta temporada.
Tan sólo lo que perciben siete grandes jugadores de la liga estadounidense superaría el valor de la claúsula de Llull según los datos de Hoopshype: Kevin Durant, Al Horford, DeMar DeRozan, Russell Westbrook, James Harden, Mike Conley (los seis cobran 26.540.100 millones de dólares) y LeBron James (30.963.450 millones de dólares).
Por lo tanto, para que Llull se fuese a la NBA habría que pagar más de lo que cuesta el salario de, por ejemplo, Stephen Curry, Dirk Nowitzki, Carmelo Anthony, Kyrie Irving, Anthony Davis o Kawhi Leonard. Además, esos 25 millones también superan el sueldo anual de cada uno de nuestros 10 representantes en la NBA. Quienes más se acercan a la cifra en dólares son los hermanos Gasol (Marc cobra 21.165.675 millones y Pau 15.500.000).
Decir que la cláusula de Llull es comparable al dinero que se maneja en el fútbol no es nada descabellado. Tomando como referencia datos de Forbes en 2016, esos 25 millones de euros superarían los ingresos anuales de Cesc Fàbregas (18,7 millones), Eden Hazard (19,6), Luis Suárez (20,5), el 'Kun' Agüero (21,4) y Wayne Rooney (23). Todos ellos aparecían en el Top 10 de futbolistas mejor pagados del mundo. ¡Sólo Gareth Bale, Neymar, Zlatan Ibrahimovic, Leo Messi y Cristiano Ronaldo superan los 25 millones de la cláusula de Llull con lo que generan!
Si, por otro lado, ese dinero fuese tomado como valor de mercado del jugador, seguiríamos sorprendiéndonos. Según Transfermarkt, ejecutar la cláusula de Llull valdría lo mismo que hacerse con los servicios de jugadores tan conocidos como Casemiro, Kevin Gameiro, Javi Martínez, Mateo Kovacic o Sergi Roberto. Además, sería una operación superior al valor de José Callejón, Mario Götze, Filipe Luis, 'Chicharito' Hernández, Marc-André ter Stegen, Vitolo o Keylor Navas, entre otros.
Rudy y Randolph preocupan; Doncic, futuro escolta
El blindaje a Llull para que continúe siendo cabeza de león en el Real Madrid y en Europa no es la única noticia relevante sobre el baloncesto madridista que ha podido conocer EL ESPAÑOL. En el club hay cierta preocupación con otro de los jugadores clave de la sección: Rudy Fernández.
Referente desde su llegada en 2012, el físico nunca ha dejado de ser un quebradero de cabeza importante para el alero balear. En estos momentos, su espalda, maltrecha desde antes de regresar de la NBA, necesita de cuidados constantes. Tanto es así que el jugador tiene que someterse a una hora de rehabilitación diaria.
Sin embargo, empieza a sospecharse que Rudy está menos centrado de lo que debería en el baloncesto. Su reciente paternidad y lo que ello implica habría podido influir en una supuesta desconcentración que, según los números, sí podría existir. Ahora mismo, iguala el peor registro anotador de su carrera (sin contar las dos primeras temporadas como profesional, en las que apenas jugó): 8,4 puntos por partido entre ACB y Euroliga.
Bastante lejos de la gran incidencia ofensiva que sí mostró en anteriores temporadas, Fernández se vuelca más en el rebote (3 capturas por partido) y, sobre todo, en el pase (3,4 asistencias de media). Ahí radican las esperanzas para que su mejor versión reaparezca.
Otro asunto que quita el sueño a los responsables del baloncesto madridista es la gran temporada de Anthony Randolph, que ya suscita el interés de la NBA de cara a un posible retorno a esa competición. Quizá el jugador norteamericano empezase el año con dudas, pero en la actualidad es evidente que se trata de uno de los grandes pilares de este Madrid.
Lo demostró con especial énfasis en la última Copa del Rey, donde fue serio candidato a llevarse el premio MVP. Si sus números siguen en línea ascendente (9,3 puntos, 4,9 rebotes, 1,1 asistencias y 1,2 tapones por encuentro entre la ACB y la Euroliga), el interior podría volver a intentarlo en su país natal. Allí jugó para los Golden State Warriors, los New York Knicks, los Minnesota Timberwolves y los Denver Nuggets entre 2008 y 2014.
Por último, este periódico ha podido confirmar que Facundo Campazzo volvería al Madrid en calidad de segundo base este verano. Llull sería el director de juego titular, con el argentino (que pronto obtendrá la nacionalidad española) dándole el relevo desde el banquillo. Así, Luka Doncic pasaría a jugar de escolta.
Se espera que este cambio de posición no suponga ningún problema para la perla eslovena dada su polivalencia. En un caso similar al del propio Llull en su día, Doncic actuaría de 'dos' en la mayoría de ocasiones, sin descartarse su utilización como base e incluso alero en momentos puntuales.