De repente, el tiempo se detuvo en el Palacio de los Deportes de Murcia. Trey Thompkins, con una canasta bajo el aro, provocó un déjà vu que llevó a locales, visitantes y espectadores a revivir lo ocurrido cinco meses antes en otro Palacio de los Deportes: el de la capital. Allí también se enfrentaban Real Madrid y UCAM Murcia en un partido de ACB. Y allí hubo idéntico culpable a la hora de determinar vencedor final. Entonces, con dos triples que significaron la prórroga en primera instancia, que se mascó este sábado, y el triunfo en última. Que, como ahora, cayó del lado blanco [Narración y estadísticas: 61-63].
Un instant replay un tanto enrevesado de comprender (el tiempo no corrió y pudo haber falta en ataque) alargó el final del partido, cargado de suspense. Después de los dos puntos cruciales de Thompkins y de que la bocina llegase a sonar, se volvieron a disputar las ocho últimas décimas. En las que, para echar más leña al fuego de la emoción, Kloof se quedó al borde de encestar un triple que habría sido ganador para el UCAM. Pero la lógica imperó y la historia de casi cada jornada se repitió, con una nueva victoria liguera del Madrid antes de intentar hacerse con la Euroliga en la Final Four de Belgrado.
Aunque la victoria pareció bien encaminada para los blancos en muchos momentos, sus anfitriones apretaron el marcador en la segunda parte. Sobre todo, en un último cuarto digno de infarto casi en todo momento. Los hombres de Ibon Navarro se juegan el billete para los playoffs y así lo demostraron, con Kloof y Benite erigiéndose en principales protagonistas de los suyos durante los minutos finales.
Lejos habían quedado los minutos en los que el Madrid llegó a mandar por 12. Con más inercia que lucidez (reservando fuerzas para el gran momento del curso), al líder le bastó con la enésima actuación intimidatoria de Tavares por dentro para subsistir. Por lo demás, el concurso generalizado fue bastante justito. Apenas Yusta y Carroll brillaron por momentos más allá del gigante caboverdiano.
Endurecer el duelo, bajarlo al barro, fue lo mejor que pudo hacer el Murcia. El carácter guerrero es una de sus grandes señas de identidad, como ejemplifica día tras día Sadiel Rojas. Él fue el mejor gladiador pimentonero en una tarde durante la que Augusto Lima, que volverá a ser propiedad del Madrid en verano, también aprovechó para sacar músculo.
Pero el encuentro apenas lucía. Sólo el sprint final salvó un concurso en el que apenas se vieron triples (10 entre los dos equipos) y en el que el acierto ofensivo se echó en falta. Como los visitantes no rompieron el partido cuando más fluidos estuvieron delante, el UCAM logró reengancharse. Para no volver a despegarse del primer clasificado de la competición doméstica hasta los instantes decisivos.
Fue entonces cuando Thompkins apareció en la zona para dictar sentencia frente a Tumba. No había aparecido demasiado, por seguir con la dinámica general (acabó con cuatro puntos, cinco rebotes y una asistencia en 20 minutos), pero bastante se hizo notar a la hora de la verdad. Como en la primera vuelta, el '33' sacó de quicio al Murcia y cerró el capítulo liguero hasta dentro de unos cuantos días. Próxima parada, Serbia.
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