Madrid

Primero cayó Gordon Hayward. Después lo hizo Jeremy Lin. Y, por último, Ognjen Kuzmic. Con la diferencia de que los dos primeros se lesionaron en la NBA y el tercero durante el segundo cuarto de todo un clásico de la Euroliga: Real Madrid-CSKA de Moscú. El interior serbio se rompió mientras pivotaba en el poste bajo de la canasta contraria. No tardó en tirarse al suelo y, con ostensibles gestos de dolor, dejó a las claras la gravedad de su lesión.

Nada más producirse el percance, de consecuencias a simple vista pésimas para su rodilla, el resto de jugadores del Madrid se dirigió de inmediato al lugar donde Kuzmic se encontraba para interesarse por su situación. Estaba claro que no podía continuar en el partido y no tardó en retirarse del parqué. Lo hizo, además, de una forma que bien pudo traer malos recuerdos al madridismo: en silla de ruedas.

Así abandonó la pista del Palau Blaugrana Pablo Laso en plena final liguera de 2014 contra el Barça. El entrenador vitoriano arrastraba una rotura de tendón de Aquiles y, al ser expulsado durante el cuarto encuentro del playoff decisivo, tuvo que marcharse a los vestuarios de esa guisa en pleno duelo por el título de la ACB.

La expulsión de Pablo Laso. Todas las imágenes que no viste por la tele

Ahora, desde luego, la situación es mucho más preocupante para el Madrid, que pierde a uno de sus puntales interiores. Los números de Kuzmic no estaban siendo nada malos en lo que va de curso: 5,6 puntos y 3,2 rebotes de media en 14,4 minutos por partido. Si la escena que pudo verse en el Palacio de los Deportes madrileño no engaña, puede que el pívot balcánico se una a Sergio Llull en la lista de lesionados de larga duración de su club.

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