Michael Jordan nunca estuvo tan comprometido con causas políticas y sociales como otros grandes deportistas afroamericanos, véase Muhammad Ali o Kareem Abdul-Jabbar. O, al menos, así lo pareció públicamente. Tanto fue así que el máximo anotador histórico de la NBA llegó a declarar que MJ había elegido "el comercio sobre la conciencia". Sin embargo, las recientes manifestaciones contra el racismo hacia los afroamericanos en Estados Unidos, tiroteos de por medio, han llevado al mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos a alzar la voz al respecto.
Quizá lo haya hecho motivado por gestos como las reclamaciones públicas de baloncestistas como LeBron James, Chris Paul, Dwyane Wade y Carmelo Anthony en la última gala de entrega de los premios de la ESPN. O por las polémicas camisetas bajo el lema "La vida de los negros importa", que llevaron a la NBA femenina a multar a algunas de sus franquicias y jugadoras para después reconsiderar su decisión. O quizá, simplemente, porque su padre también murió tiroteado en 1993.
Jordan realizó donaciones para las campañas presidenciales demócratas de Barack Obama y el exjugador de baloncesto Bill Bradley en su día. También criticó las actitudes racistas del antiguo propietario de Los Angeles Clippers, Donald Sterling, cuando éste fue destituido en 2014. Incluso dejó claro que los Hornets de los que es propietario están en contra de cualquier tipo de discriminación debido a la polémica ley anti LGTB del estado de Carolina del Norte. La que ha dejado a Charlotte, por cierto, sin organizar el All Star de la NBA de 2017.
No obstante, 'Su Majestad Aérea' gusta más de pequeños gestos revestidos de grandeza. Como el hecho de que su franquicia sea la organización deportiva estadounidense con más empleados de color de las grandes ligas. O la donación de un millón de dólares a dos organizaciones en busca de mayor confianza y respeto entre la comunidad estadounidense y sus fuerzas del orden.
Aunque, en este caso, su acción ha cobrado relevancia pública. Jordan ya no quería sufrir más en silencio el resurgimiento de la tensión racial en su país. De ahí el comunicado público que ha lanzado en exclusiva en The Undefeated, que reproducimos en EL ESPAÑOL a continuación:
"Como un americano orgulloso, un padre que perdió al suyo en un acto de violencia sin sentido y un hombre negro, estoy muy preocupado por las muertes de afroamericanos a manos de las fuerzas del orden, y enojado por los ataques cobardes y llenos de odio, además de los asesinatos, a agentes de policía. Me compadezco de las familias que han perdido a sus seres queridos, a la vez que conozco muy bien su dolor.
Fui criado por unos padres que me enseñaron a querer y a respetar a la gente, sin tener en cuenta su raza o su origen. Por eso, estoy triste y frustrado por la retórica de la división y las tensiones raciales que parecen haber ido a peor últimamente. Sé que este país (Estados Unidos) es mejor que todo eso, y ya no puedo estar más en silencio. Necesitamos encontrar soluciones que aseguren que la gente de color recibe un trato justo e igualitario y que los agentes de policía - que ponen sus vidas en riesgo cada día para protegernos a todos nosotros - sean respetados y apoyados.
Durante las tres últimas décadas, he visto de cerca la dedicación de las fuerzas del orden que me han protegido a mí y a mi familia. Tengo un gran respeto hacia su sacrificio y servicio. También reconozco que mucha gente de color ha tenido experiencias con las fuerzas del orden que han sido diferentes a la mía. He decidido hablar públicamente con la esperanza de que podamos estar juntos como americanos, y de que, a través del diálogo pacífico y de la educación, alcancemos un cambio constructivo.
Para apoyar ese esfuerzo, he hecho donaciones de un millón de dólares cada una a dos organizaciones: la Asociación Internacional de Jefes de Policía, recientemente establecida como Instituto para las Relaciones entre la Comunidad y la Policía, y la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color y Fondo de Defensa Legal. La política y el trabajo de la primera es construir confianza y promover mejores prácticas en la comunidad. Mi donación para la segunda, la organización en defensa de los derechos civiles más antigua del país, ayudará a apoyar reformas que construirán confianza y respeto entre las comunidades y fuerzas del orden. Aunque sé que estas contribuciones no son suficientes por sí solas para resolver el problema, espero que los recursos ayuden a ambas organizaciones a generar una diferencia positiva.
Somos privilegiados por vivir en el mayor país del mundo - un país que nos ha proporcionado a mi familia y a mí la mayor de las oportunidades. Los problemas a los que nos enfrentamos no ocurren en una noche aislada ni serán resueltos mañana, pero si todos trabajamos juntos podremos fomentar un mayor entendimiento y un cambio positivo. Además de crear un mundo más pacífico para nosotros, nuestros hijos, nuestras familias y nuestras comunidades".