El lunes y el martes de esta semana, el ciclismo escenificó en Barcelona una de sus cumbres más relevantes hasta la fecha de las muchas que se celebran entre bastidores en busca de un nuevo modelo económico, distinto al actual, completamente dependiente del patrocinio, y de un nuevo modelo de competición, menos caótico que el vigente.
Representantes de la federación internacional (UCI), los organizadores de carreras, los equipos y los corredores sostuvieron dos tensas jornadas de negociación en las que algunos actores ni siquiera despegaron los labios. La resolución fue un café para todos, una reforma tan integradora que no cambia absolutamente nada.
El picante estuvo fuera de la sala de reuniones. En la víspera de la cumbre, el diario económico italiano Milano Finanza hacía saltar la liebre de unos rumores que llevaban tiempo circulando por los mentideros: el recién nacido gigante de la industria deportiva Wanda Sports estaría interesado en adquirir ASO y RCS Sport. En otras palabras: una de las empresas de Wang Jianlin, el hombre más rico de China y dueño del 20% del Atlético de Madrid, ambicionaba hacerse con un portfolio de carreras ciclistas que incluye 91 de los 153 días de competición del UCI World Tour, primera división del ciclismo mundial, incluyendo Tour de Francia, Vuelta a España y Giro de Italia.
En los días posteriores a la revelación, el blog CyclingIQ contactó con una portavoz de Wanda Sports que calificó la noticia de “especulación” relacionada con el hecho de que “se escribe a menudo en torno a cómo Wanda quiere expandirse en el mundo del deporte y se piensa que quizá el ciclismo sea su próximo negocio. Pero esto es falso y no tiene nada que ver con la realidad”.
El mismo sitio web contactó al periodista autor de la información, que rechazó identificar sus fuentes más allá de apuntar que eran “financieras y cualificadas” y, en el caso de las italianas, “varias”. No obstante, las preguntas y rumores quedan en el aire. ¿Qué es Wanda Sports? ¿Quién es Wang Jianlin? ¿Por qué el ciclismo puede ser su próxima inversión?
La construcción de un gigante
“Wanda ya es la empresa deportiva más grande del mundo en términos de ingresos. Hay pocas empresas en la industria del deporte que generen más de 10.000 millones de dólares al año”. Así sacaba pecho Wang Jianlin (1954, Cangxi, China) en una entrevista difundida por el gabinete de prensa de su compañía el mes pasado. Era el preludio del lanzamiento de la sociedad Wanda Sports, que aglutina todas sus inversiones deportivas, realizadas en gran parte durante este mismo año. Entre ellas: el 20% del Atlético de Madrid por 45 millones de euros en enero; la compañía de gestión de eventos y derechos audiovisuales Infront, encabezado por el sobrino del mandamás de la FIFA Joseph Blatter, por 1.050 millones de euros en febrero; y la World Triathlon Corporation, dueña de la marca Ironman, por 600 millones de euros en agosto.
Se trata de adquisiciones de gran calado propiciadas por un 2014 en el cual Jianlin había sido capaz de disparar su fortuna desde 13.000 hasta 30.000 millones de dólares. Detrás de su milagro se encuentra una historia de película.
Todo empieza con el hijo de un militar nacido en un pueblo de la China rural y criado en una familia que no siempre tenía para comer. Se desarrolla con una serie de audaces promociones inmobiliarias en Dalian, una ciudad costera del sur del país, que convierten a Jianlin en un empresario respetado y a su empresa Wanda (que significa “abundancia” y “longevidad” en chino) en un referente. Y culmina con una expansión demencial que le lleva a convertirse en el mayor propietario de suelo de China, además de dueño de una vasta red de centros comerciales, hoteles y multicines tanto en su país como allende de sus fronteras.
El siguiente paso de Jianlin es “liderar el desarrollo de la industria del deporte en China”. El Consejo de Estado de China ha presentado un plan que prevé que ésta alcance una facturación de en torno a 730.000 millones de euros en 2025, reflejando el crecimiento de una clase media cada vez más pudiente en el gigante asiático. Es por esto que Wanda Sports se fija tanto en deportes populares como en la élite. La gran afición de su dueño es el fútbol: por eso patrocina la primera división de la liga china y apadrina las estancias de jóvenes jugadores chinos en la cantera de clubes como Valencia, Villarreal o el mismo Atlético de Madrid.
La oportunidad ciclista
El desembarco de Jianlin en el mundo del ciclismo se explica por la prominencia del sector de la bicicleta en China, que mueve 11.000 millones de euros cada año gracias a empresas como Giant o Shimano. Los planes gubernamentales consideran la bici como un medio de transporte ideal para mitigar los problemas de tráfico y contaminación de las grandes urbes del país, y de hecho promueven su uso con moderado éxito.
En términos empresariales, la adquisición de Infront colocó a Wanda en una buena posición para desembarcar en el ciclismo profesional. La empresa comercializa los derechos de retransmisión de las principales competiciones organizadas por la UCI. En este escenario de la difusión audiovisual rivaliza con otros dos grandes actores: IMG Sports Media, que gestiona los paquetes de RCS Sport (Giro d’Italia) y Flanders Classic (Tour de Flandes), y la UER, que controla las competiciones de ASO (Tour de Francia, Vuelta a España) en territorio europeo.
Para Wanda Sports, la posibilidad de adquirir RCS Sport es franca. La matriz de la compañía italiana, RCS, se encuentra en apuros económicos graves desde la compra de Unidad Editorial. Su deuda ronda los 500 millones de euros y una buena forma de paliarla sería poner en el mercado su rama deportiva, una de las pocas que no arroja pérdidas. Estarían interesadas por ella la propia Wanda, IMG y Discovery Channel, que recientemente adquirió Eurosport y lleva varios años coqueteando con la posibilidad de apostar por el ciclismo. El caso de ASO es mucho más complejo y menos probable a tenor de los pingües beneficios que genera cada año a la familia Amaury, propietaria de este negocio y de otros menos boyantes como el diario deportivo L’Équipe.