La victoria del colombiano Nairo Quintana en la Volta a Cataluña puede resumirse con la palabra “confianza”. La que muestra cuando habla, pausado y sin alterar su característica expresión, y la que transmitió sobre la bicicleta para imponerse a una concurrencia digna de Tour de Francia en la que suponía su primera competición en Europa de la temporada 2016.
Quintana (1990, Cómbita) cumplió 26 años el pasado mes de octubre. En su palmarés figuran ya el triunfo absoluto en el Giro de Italia 2014 y dos segundos puestos en el Tour de Francia en los años 2013 y 2015, en ambas ocasiones por detrás de Chris Froome (Sky). El anglokeniano también dio sus primeras pedaladas europeas en Cataluña y demostró estar un peldaño por detrás, hincando la rodilla en Port Ainé para acabar octavo a 46 segundos del colombiano.
Lejos de dejarse llevar por la euforia, Nairo fue prudente y sucinto en rueda de prensa: “El resultado me da confianza y me hace ver que estoy por el buen camino, pero no creo que pueda decir que estoy un punto por delante de nadie». A su derecha en el podio, segundo, estuvo Alberto Contador (Tinkoff), quien se dijo "contento" a la par que lamentaba su táctica en Port Ainé ("debería haber dejado más responsabilidad a Nairo") y no haber conseguido el triunfo ni en Cataluña ni en París-Niza ("me falta rematar").
A la izquierda de Nairo, tercero, el irlandés catalán Daniel Martin (Etixx-Quick Step). Ganó la carrera en 2013 y logró el tercer puesto triunfando en La Molina y coleccionando bonificaciones durante tres días para desbancar a Richie Porte (BMC), cuya buena prestación no tuvo un cajón de premio.
Resolución en Montjuic
Quintana demostró un asombroso dominio de la situación en la última etapa de la carrera, siempre peligrosa por las ocho vueltas que se dan a un circuito en Barcelona donde se sube el Alto de Montjuïc, de tercera categoría. Con tres gregarios enfermos y varios favoritos al ataque, Nairo se quedó sin apoyo en las últimas vueltas.
No obstante, secó sin problemas y en primera persona los ataques de Contador y Martin, e hizo bueno su pronóstico de la víspera, cuando para asombro de gran parte de la prensa aseguró estar “convencido” de que la etapa la ganaría un hombre rápido.
Y lo hizo, aunque no de la manera esperada. El ruso Alexey Tsatevich (Katusha), un sprinter sin puntería, alzó los brazos en Barcelona, pero no por imponerse en una llegada masiva, sino por ser el más resistente de la fuga de la jornada. Solamente aguantaron él y el ex saltador de esquí esloveno Primoz Roglic (LottoNL-Jumbo), a quien batió en meta. 14 segundos detrás, llegó compacto el grupo de favoritos.
A pesar de su victoria en la primera gran carrera en que compite, Quintana prefiere ser cauto. “Alberto está muy fuerte, los siete segundos que le he sacado no son muy significativos. Froome también va cogiendo forma y tampoco se le han infligido minutadas. Han estado ambos atacando hasta el final en un circuito complicado. Con lo dura que ha sido la carrera, se demuestra que están a un gran nivel”, sintetizaba el ganador de la Volta.
Sin embargo, unas palabras resaltaron por encima de las demás. “Este resultado me da tranquilidad y me demuestra la madurez con la que estoy creciendo”, dijo Quintana. Tanto en lo vital como en lo deportivo, el colombiano, que creció desde joven con un aura de perla delicada, se encuentra en un momento sólido. En el horizonte, su objetivo de convertirse en el primer colombiano en ganar el Tour de Francia o, como dice el eslogan, "cumplir el sueño amarillo".