Las características distintivas del Giro d’Italia respecto de las otras dos grandes vueltas son el color rosa que impregna todo, la pasión que aplican espectadores y actores al evento y la entropía que se genera en la carrera. Mientras en el Tour todo está controlado al máximo porque hay demasiado en juego y en la Vuelta sencillamente no hay fuerzas para grandes números, en el Giro se dan las circunstancias ideales para que las tácticas se desquicien de vez en cuando.
Así sucedió hoy en la primera hora de competición. Nippo-Fantini, un equipo modesto que lucha por que su líder Damiano Cunego consiga el maillot de la Montaña, se puso a tirar a hierro buscando abortar una fuga que se había marchado sin representantes suyos. Esta actuación, que se repite cada día, tiene harto al pelotón, cuyo líder espiritual Fabian Cancellara (Trek-Segafredo) ya reprochó ayer sonoramente su táctica al conjunto italiano. “Mañana empujaremos a Cunego para que se meta en la escapada buena de una vez y sus compañeros nos dejen tranquilos”, bromeó el ‘maglia rosa’ Tom Dumoulin en Eurosport.
Sea como fuere, el pelotón se rompió hasta el punto de quedar un grupo de cincuenta ciclistas (los fuertes) en cabeza y los demás (los débiles y los despistados) desperdigados en persecución. Ilnur Zakarin (Katusha), tercero de la general provisional, fue uno de los cazados a contrapié. Tuvo suerte de verse rodeado de equipos de velocistas que hicieron causa común para empatar la carrera y forzar el sprint en Foligno.
Los últimos kilómetros fueron electrizantes. El trayecto urbano era complejo y el viento entraba por todos lados. Por si fuera poco, un pinchazo eliminó al favorito indiscutible Marcel Kittel y los bloques más potentes gastaron sus efectivos muy pronto dejando la ‘volata’ sin patrón. Orica-GreenEdge condujo la recta final. Luka Mezgec realizó un lanzamiento fantástico para el ‘Pocket Rocket’ Caleb Ewan, que se quedó sin fuelle a 100 metros de meta. Entre él y otros abrieron la puerta para que André Greipel emergiera desde la segunda línea e hiciera bueno el trabajo de sus compañeros de Lotto-Soudal, apuntando así la tercera victoria consecutiva para el conjunto belga en esta ‘corsa rosa’.
Así sucedió la séptima etapa del Giro d’Italia, prolegómeno de un fin de semana definitorio. Mañana tendremos Alpe di Poti, un puerto de segunda marcado por su firme de ‘sterrato’, caminos rurales de arena compactada, desde cuya cima se bajará hasta Arezzo. El domingo será la temida contrarreloj individual del Chianti en la que el líder Tom Dumoulin (Giant-Alpecin) espera hacer daño y los demás rivales, limitarlo. Sólo una novedad hoy en la lucha por la general: Alejandro Valverde perdió a uno de sus gregarios de Movistar Team, el escalador jienense Javi Moreno, por una caída que le produjo una fractura con desplazamiento de la clavícula izquierda y le obligó a abandonar la prueba.