El Nacional de las estrellas registró su último acto este sábado en Cocentaina, hogar del organizador del evento, Vicente Belda. Eran seis vueltas a un circuito de poco más de 30 kilómetros con subidas y bajadas constantes hasta rondar los 3.600 metros de desnivel total acumulado. Cifras cercanas a una etapa de alta montaña, pero que en este caso correspondían a una jornada repechera, intrincada, selectiva pero no eliminatoria, propicia para los desfallecimientos, porque a la dureza se sumaba un calor apreciable.
La fuga se formó pronto. David Belda, hijo de Vicente que corre en un equipo suizo de segunda división, se filtró en ella. Con él, dos jóvenes: Cristian Rodríguez (Willier-Southeast), uno que terminó el pasado Giro con sólo 21 años, y Alex Aranburu (Euskadi-Murias), una de las mejores noticias del ciclismo vasco esta temporada. Y con ellos, dos corredores de Movistar Team y dos Caja Rural.
Desde que la crisis económica y de modelo adelgazó el pelotón profesional español de los 14 equipos de 2006 hasta los cuatro que registra desde 2014, la inmensa mayoría de carreras nacionales son un diálogo entre Movistar y Caja Rural. Los Campeonatos no son excepción. Azules y verdes alinearon respectivamente 15 y 13 elementos en un pelotón de 169: suficientes para bloquear y disponer la carrera a su antojo, empatándola durante su primera mitad y enloqueciéndola apenas surgiera el desequilibrio.
Éste vino cuando uno de los cajistas avanzados, Miguel Ángel Benito, se descolgó de la fuga. Una fila de verdes se colocó en cabeza del pelotón y dejó a los aventureros a tiro de piedra. Fue entonces que Rubén Fernández, uno de los Movistar escapados, tensó para mantener la ventaja táctica llevándose a Belda con él. Coincidió un tramo de subida y lanzaron fuegos artificiales sin explosión Mikel Landa (Sky) o Purito Rodríguez (Katusha), discretos el resto de la carrera como corresponde a su condición de escaladores puros en un recorrido de potencia.
Atrás, Jordi Simón vio su oportunidad. El catalán es uno de los muchos talentos emigrados por la falta de equipos españoles; acabó refugiado en un conjunto polaco, Verva-ActiveJet, con el que compitió y fue competitivo la semana pasada en la prestigiosa Vuelta a Suiza. Con Simón saltaron Sergio Pardilla (Caja Rural), Ángel Vicioso (Katusha) y José Joaquín Rojas (Movistar). Los cuatro empalmaron con los dos ya escapados para sumar seis en cabeza a vuelta y media del final.
En ese grupo estuvieron las medallas. Y eso que desde el pelotón se movieron varios corredores como el prometedor asturiano Iván García Cortina (Klein Constantia), el experto marbellí Luis Ángel Maté (Cofidis) u otro ídolo local llamado Rubén Plaza (Orica-GreenEdge). Pero no hubo manera: Caja Rural se había quedado sin argumentos y Movistar confiaba en Rojas después de su gran papel en el Giro d’Italia y su exhibición de fuerza en la reciente Route du Sud.
El murciano respondió a la confianza de su equipo. Se marchó con Simón y Vicioso en el enésimo demarraje del catalán y, no fiándose de la punta de velocidad del gregario aragonés de Purito Rodríguez, atacó en varias ocasiones para dejarle atrás. Lo logró a cinco kilómetros de meta. “Lo vi vacilar y le arranqué a contrapié”, contó sonriente, feliz por su segunda victoria en un campeonato nacional tras aquella conseguida nada más y nada menos que frente a Alberto Contador en Castellón 2011.
El espectáculo de José Joaquín Rojas (1985, Cieza – Murcia) se prolongó en rueda de prensa. Preguntado por la posibilidad de participar este mes de octubre en el Mundial de Qatar, lanzó un recado al seleccionador nacional, Javier Mínguez: “No espero nada. Ya el año pasado no estuve en Richmond pese a que me encontraba en un gran estado de forma. No confío en el seleccionador, que nunca ha contado conmigo ni se ha dirigido a mí”.
También fue sincero cuando le preguntaron por su maillot de campeón de España, tema sensible en un Movistar Team que suele reducir la enseña rojigualda a un mero ribete por el hecho de que el color rojo se identifica con la competencia. “Como buen español, me gustaría llevar un maillot como el que llevo puesto ahora”, una bandera roja, amarilla y roja. “No obstante, entiendo la política del equipo”, terminó.