Conforme avanza, el Tour de Francia se desdobla. A la pelea por el maillot amarillo se unen las secundarias sobre el maillot a puntos rojos (este año es de Rafal Majka), el maillot verde (por quinta vez será para Peter Sagan) y la clasificación por equipos (esa que, según el mánager de Sky, es prioritaria para Movistar). La historia principal, que es la general, se descompone en la lucha por el podio, la lucha por el quinto puesto, la lucha por el décimo. Y como las fuerzas de los grandes están focalizadas en estas cuitas numéricas, la victoria de etapa queda vacante y al alcance de secundarios que quieran buscarla con valerosas escapadas lejanas.
Después de ser protagonista en el Giro con una actuación sólida durante casi tres semanas y una caída aparatosa bajando el Agnello, de confirmar con victorias en Romandía o París-Niza su ignición de la pasada temporada, Ilnur Zakarin llegó a este Tour de Francia como secundario con la vista puesta en los Juegos Olímpicos, en los que será una de las grandes opciones rusas de medalla si el informe McLaren no lo impide. Al fin y al cabo su equipo, Katusha, se hizo para eso, para gloria del magnate que lo sufraga y de su país.
Después de dos semanas estirando sus largas piernas y ganando ritmo de competición, Zakarin realizó su primera aparición significativa en el Tour de Francia este domingo en el Jura. Después de demostrar que era el más fuerte de la jornada ante Rafal Majka (Tinkoff) y Jarlinson Pantano (IAM), perdió una lentilla y con ello sus opciones de victoria por mor de unos descensos necesariamente timoratos.
Hoy Zakarin entró en la fuga que llegó con más de diez minutos de ventaja al pie del encadenado conclusivo de Forclaz y Col de la Gueulaz, aquí denominado como Finhaut-Emosson por el pueblo que hay en su pie y el lago que hay en su cima. Con él, Majka y Pantano que, incisivos, atacaron en el descenso que había entre puerto y puerto y le descolgaron. No les sirvió de mucho: apenas la carretera empezó a picar hacia arriba, Zakarin arrancó, llegó hasta su altura y, tras tomar un respiro, volvió a atacar de nuevo para dejarles atrás e imponerse en meta. Misión cumplida para el ‘sputnik’. Próxima parada, Rio de Janeiro: será favorito tanto en la prueba de contrarreloj como en la de ruta, si bien esta termina con un descenso técnico que le perjudicará.
Mientras tanto, en el pelotón comenzó la carrera por los puestos de honor. En cifras, la diferencia del líder Chris Froome (Sky) hasta el segundo clasificado (el neerlandés Bauke Mollema, de Trek) no superaba los dos minutos; en sensaciones dista un mundo entre el británico, su equipo y los demás.
Al pie de Forclaz pegó un tirón Winner Anacona, gregario de Movistar, para despertar al pelotón y evitar que la fuga se marchara de más y el liderato de su equipo en la clasificación por equipos corriera peligro; finalmente lo mantienen por 2’20” sobre Sky. Tomó su testigo el Astana de Fabio Aru, cuyo trabajo con Tiralongo, Nibali y Rosa dejó al grupo en quince ciclistas de los cuales cuatro eran Sky. No les importaba: sus rivales no son los británicos, sino los ocho ciclistas (omitiendo a Froome) que marchan por delante de Aru en la general provisional. Lograron que explotara uno, Tejay Van Garderen (BMC), que al principio del Tour tuiteó “No more excuses” en referencia a que esta era su hora de la verdad y sin embargo ha vuelto a tropezar con la misma piedra de la tercera semana.
El combate a cuerpo descubierto entre los favoritos duró kilómetro y medio. Antes, un tirón de Alejandro Valverde (Movistar): “Iba justo y he intentado tensar para dejar a Sky con los menos hombres posibles para que, si Nairo Quintana atacaba, tuviera que responder Froome en primera persona”. No llegó a suceder. Cuando Aru abrió gas, el colombiano quiso salir a su rueda y no pudo. Cuando después atacaron Richie Porte (BMC) y Froome, tampoco.
Quintana se insertó en un grupo del cual tiraba Adam Yates (Orica-BikeExchange), tercero de la general que buscaba desbancar del segundo puesto a un Mollema que hoy sí demostró flaqueza, y también tuvo que abrirse. Sus 28 segundos cedidos respecto a Froome certifican el final de su sueño amarillo. Los 2’02” cedidos por Valverde restan fuerza a la segunda baza de Movistar. “Habrá que luchar el podio [con Nairo], está claro”, concedió el murciano.
Queda así definido un Tour de Francia en el cual el triunfo absoluto corresponde a Chris Froome y los demás están condenados a luchar por un puesto de honor. Para Mollema, Yates, Porte, Aru o Romain Bardet (Ag2r) subir al podio de los Campos Elíseos supondría un premio extraordinario; para Quintana, un triste consuelo. Ante ellos se dispondrá mañana una cronoescalada en Megéve, con varios kilómetros de rampas por encima del 10% que obligarán a desterrar las ‘cabras’. Esta cita ordenará la general en espera del díptico final de Mont Blanc y Joux Plane.