A estas alturas, hay que admitirlo, la Vuelta a España es cosa de dos. Salvo que ocurra algo extraño, claro. Pero la diferencia de nivel entre Nairo Quintana, Chris Froome y los demás es suficiente como para pensar que todo se va a decidir para uno de los dos lados. Y si en los Lagos fue el colombiano quien hizo la carrera añicos y acabó haciéndose con la etapa, este miércoles ha sido su rival el que le ha derrotado en la cuarta llegada en alto consecutiva de la carrera, en la cántabra Peña Cabarga. [Así te hemos contado la undécima etapa]
Un puerto que, por otra parte, le trae buenos recuerdos a Froome. El anglokeniano del Sky ya ganó aquí en 2011, en una Vuelta a España que fue ni más ni menos que la de su descubrimiento como ciclista para generales. Todavía no era prácticamente nadie. Ahora tiene tres Tours de Francia y ambiciona su primera ronda española. Una carrera en la que siempre que viene es competitivo mientras puede. [Así está la clasificación general]
En cierto modo, en esta carrera estamos viendo lo que no vimos en el Tour. La versión ‘premium’ de Nairo Quintana. Un corredor atacante, que no se lo piensa dos veces antes de lanzarse cuesta arriba. Y tal vez no estemos ante la versión más imponente de Froome y su equipo, que no están tan intratables como hace un mes y medio pero sí tienen la solidez suficiente como para pelear la victoria final en esta carrera. De hecho, la clasificación de la etapa de este miércoles ha sido bastante gráfica de lo que está siendo la carrera. Primero y cuarto han sido corredores de Sky –König entró junto a Valverde, emulando al Poels del Tour- y segundo y tercero del conjunto telefónico.
Ahora todo el mundo va mirando primero al sábado, la etapa reina de la Vuelta con final en el Col del Aubisque. Y de reojo también a la contrarreloj de Calpe. Porque Nairo necesita una diferencia que ahora mismo no tiene. Los 54 segundos actuales son a todas luces insuficientes. Y Froome, por su parte, no quiere llegar a la lucha individual por detrás en la clasificación: “Claro que Nairo quiere tener más tiempo sobre mí. Pero yo quiero restarle a él”, ha dicho el británico tras la etapa. Si tiene la más mínima ocasión, lo va a intentar.
Cierto que, por otra parte, la llegada no beneficiaba en absoluto a Quintana, más acostumbrado a puertos largos con mucho tiempo de esfuerzo. Aunque el propio colombiano aseguraba que cada día es un mundo: “La otra vez –por la Camperona- en un puerto corto le metí tiempo a Froome. Hoy, en un puerto parecido, hemos llegado parejos. Veremos cómo está en puertos más largos. Pero hoy ha demostrado estar fuerte”, ha comentado Nairo.
Por lo demás, durante los casi seis kilómetros de ascenso a la montaña cántabra, atalaya de la Bahía de Santander, no hubo demasiada historia. Sólo Esteban Chaves se movió desde ‘lejos’, si podemos ponerle tal adjetivo a un ataque realizado a 1.800 metros de la línea de meta. Movistar ha marcado el ritmo en un grupo de favoritos que se ha ido rompiendo pero que, como se esperaba, no ha abierto más que unos pocos metros de diferencia entre sus integrantes.
Antes de eso, el único equipo que apostó por derribar una numerosísima de 23 corredores fue Tinkoff. Tanto fue así que en las rampas de Peña Cabarga sólo han entrado Bakelants (AG2R-La Mondiale) y Ben Hermans (BMC). El alemán ha sentado al belga y ha aguantado por delante hasta la mitad de la ascensión, cuando el ritmo del grupo de favoritos ha terminado por absorberlo. El propio lugarteniente de Froome, Leopold König, ha dejado claro que de no ser por Tinkoff “no habríamos podido ganar la etapa de hoy”.
Sin embargo, Contador no ha podido culminar la tremenda remada del conjunto ruso. El madrileño ha vuelto a estar por debajo de los dos mejores de esta Vuelta. La lucha por el tercer puesto parece su límite en la carrera, y para eso tiene que remontar dos minutos a un Alejandro Valverde que, por más días que pasan, se sigue mostrando muy sólido en la carrera: “Estoy contentísimo. He vuelto a entrar tercero y sigo en una buena posición en la general. Aún queda mucho y, después de hoy, todo sigue exactamente como estaba”. Esa es la clave. Que todo sigue como estaba. En cualquier caso, por fin se está viendo el duelo a dos que se presagiaba en el Tour. Aunque llegue con un mes y pico de retraso.