Las rampas del Alto de Naranco (5,7 kms de ascensión al 6,1% de desnivel) coronaron a una de las mayores promesas del ciclismo español. David De La Cruz (Etixx-Quick Step), de 27 años, levantó los brazos en la cima ovetense después de demarrar a sus compañeros de fuga con un imponente arreón final. “Es la primera victoria de mi vida y encima aquí [en unas rampas con connotación histórica]”, declaró eufórico al cruzar la línea de meta. Pero no sólo eso, sino que también se vistió de maillot rojo de La Vuelta ante la condescendencia del Movistar y de Nairo Quintana, al que no le importó ceder el liderato. [Así lo hemos contado]
Puede que para De La Cruz, el hecho de encabezar la clasificación general de la ronda española sea un bien efímero -mañana la etapa finaliza en los Lagos de Covadonga, donde se espera la primera gran batalla entre los favoritos-, pero tal golpe de autoridad le sitúa como posible abanderado del relevo generacional de los Valverde, Contador, Samuel Sánchez o Luis León. "Espero que sea el comienzo de una buena época", afirmó De La Cruz, un exatleta que empezó a montar en bicicleta a los 18 años. [Así está la clasificación general]
Precisamene, Luisle (Astaná) fue uno de los doce corredores que articularon una fuga que se fraguó en los primeros kilómetros de la etapa, la segunda del tríptico asturleonés, discurrida entre Cistierna y Oviedo de 164,5 kms, gracias a un ritmo infernal (47 km/h de media en la primera hora). Mucho nivel entre los que destacaban nombres potentes como el de Thomas de Gent, Simon Clarke, Jan Bakelants. David de La Cruz era el hombre más peligroso para la general, a 2’46” de Quintana. Al coronar el Puerto de San Isidro, la escapada gozaba de más de cuatro minutos de ventaja, una diferencia que se estabilizó con respecto al pelotón hasta las rampas definitivas.
Pero el triunfo de etapa estaba delante. En un final rompepiernas, característico del norte peninsular, encadenando tres puertos de tercera categoría más la subida al Alto del Naranco, las hostilidades entre los fugados fueron continuas, aunque insuficientes para abrir un hueco importante. Por detrás, era el Movistar quien comandaba el grupo de favoritos. No fue hasta que la carrera llegó a las calles de Oviedo cuando el ritmo comenzó a ser vertiginoso. Todos los equipos buscaban colocar en la primeras posiciones a sus jefes de filas.
Después de varios ataques entre los escapdos, David de La Cruz (Etixx-Quick Step) y Dries Devenyns (IAM Cycling) encararon las rampas del Naranco con unos segundos de ventaja que serían definitivos. El ciclista español lanzó un duro ataque a su compañero de fuga y coronó en solitario la cima ovetense saboreando un dulce doble premio: su primera victoria de etapa como profesional además vestirse con el maillot rojo de líder.
Entre los favoritos no hubo ningún tipo de movimiento reseñable más allá de una intentona de Samuel Sánchez en los metros finales. Había que reservar el mayor número de fuerzas para la etapa de este lunes, la primera de alta montaña, con final de los Lagos de Covadonga. "He salvado el día. Ha sido una etapa en la que se ha ido rápido pero ha sido llevadera para ir en el pelotón", declaró Alberto Contador, con mejores sensaciones tras la caída que sufrió en Puebla de Sanabria, avisando además de que lo probará en el puerto de categoría especial "si hay oportunidad".
Desde el Movistar, pese a perder el maillot rojo, se mostraron contentos por el transcurso de la carrera: "Ha sido una etapa perfecta para nosotros. Estamos cansados pero el resto también", reconoció Alejandro Valverde. Los Lagos de Covadonga, la primera gran batalla de La Vuelta, destaparán las fuerzas y carencias con las que va cada favorito. La prueba de fuego antes de los Pirineos.