La última generación de oro del ciclismo español “está llegando a su límite”. Se trata de una de las últimas advertencias sobre el incierto futuro que le aguarda a la bicicleta en España, casi un lúgubre pronóstico emitido por toda una autoridad como Miguel Indurain. Con sólo dos equipos profesionales desde 2014 en las dos primeras categorías de la UCI -World Tour y ProContinental-, los jóvenes talentos nacionales lo tienen tan difícil para llegar a la élite que empiezan buscarse la vida en el extranjero. O, directamente, echan el pie a tierra.
El negocio ya no es tan rentable como solía. Castigados por la crisis y espantados por los escándalos de dopaje que desacreditaron casi por completo al ciclismo durante la pasada década, los patrocinadores españoles han ido desapareciendo del circuito. Desde 2006, cuando se destapó la 'operación Puerto', España ha pasado de estar representada por 14 equipos en las tres principales categorías de la UCI a sólo por cuatro: además del Movistar Team y el Caja Rural Seguros, sólo resisten en Continental -la tercera división mundial- el Burgos BH y el Euskadi Basque Country-Murias Taldea, un proyecto que trata de resucitar aquel malogrado Euskaltel Euskadi.
Precisamente el director del equipo -y antiguo director deportivo del Euskaltel-, Jon Odriozola, tiene claro el rol menor que tienen en el circuito. El Euskadi estrenó este mismo año su palmarés gracias a la victoria de etapa que logró Imanol Estévez en la Vuelta al Alentejo el pasado marzo. Y, aunque el técnico vasco afirmó entonces que “ganar siempre es importante”, hace unos días reconocía que el suyo es “un equipo de formación”. Uno de los pocos que asumen abiertamente ese rol, casi renunciando a obtener a corto plazo un ascenso que les permita subir a la categoría Profesional. Hasta 2018, el equipo no tiene previsto que esto suceda.
Difícil empresa para un equipo sin grandes corredores, que además deben ser menores de 28 años, y el cual accede a carreras del circuito europeo por invitación. La mayoría de los ciclistas que pasan por la categoría Continental nunca dan el paso a las categorías profesionales y, por eso, resulta tan importante para competir a un nivel superior la presencia tanto en ProContinental como en WorldTour. Y ahí es donde surgen las limitaciones para España: sólo 18 corredores 'amateur' se desarrollan en el filial de un equipo élite del ciclismo mundial.
El legado de Miguel Indurain
Sin equipo sub-23 en el Movistar Team, todas las esperanzas del ciclismo recaen sobre la escuadra 'amateur' del Caja Rural-Seguros RGA, que compite en ProContinental. Buceando entre sus integrantes, un nombre llama poderosamente la atención: Miguel Indurain López de Goicoechea. El hijo del mito navarro, que cumplirá 21 años en diciembre, ya ha participado en los campeonatos nacionales de este verano. Y es una de las grandes promesas del ciclismo español. Por eso, él y sus 17 compañeros españoles -de un plantel de 21- son los únicos que tienen opciones de llegar a despuntar en la categoría WorldTour (ascendiendo desde el filial de un equipo español).
La idea de Juanma Hernández y de Josemi Fernández es clara: que de Indurain y compañía salgan los próximos Sergio Pardilla, Pello Bilbao -quien acaba de fichar por el Astana-, Carlos Barbero o David Arroyo, estrellas del primer equipo. De hecho, de cara a la próxima temporada, dos de los filiales, Jon Irisarri y Josu Zabala, ya han sido confirmados para el primer equipo. Trabajando sobre esa base, el Caja Rural pretende no sólo afianzar su cantera, sino también asegurar el relevo para una escuadra que envejece sin remedio año tras año. Como sucede en general en el pelotón, donde los grandes ciclistas españoles estiran sus carreras hasta los “límites” de los que habla Indurain padre.
“Es de agradecer su esfuerzo" por mantenerse en la élite del ciclismo mundial, reconoce el exciclista navarro, quien no obstante considera que es necesario un relevo que oxigene el pelotón español. Los pesos pesados, como Alberto Contador, Alejandro Valverde o 'Purito' Rodríguez -quien recientemente ha recibido ofertas para correr en 2017 a pesar de haber anunciado su adiós a final de año-, pasan ampliamente de la treintena o, directamente, se retiran cada año. El problema es que hay pocos nombres que suenen como recambio generacional lógico.
De la Cruz y la gran esperanza valenciana
Uno de los últimos relevos de los que se ha hablado, David de la Cruz, ganó y se enfundó el jersey de líder en la novena etapa de La Vuelta, pero no terminó de acercarse a los mejores en la general. Su séptimo puesto final, a once minutos de Nairo Quintana, podría situarle como una alternativa. Pero a sus 27 años, aún le falta un puntito para llegar a la élite. "Espero que si hay buenos chavales, al final alguien rompa ese círculo", asegura Indurain.
La Generalitat Valenciana -que ya representó al Kelme en 2006 tras asumir su deuda- es de los pocos interesados en invertir en ciclismo. Aunque no hay nada definitivo, en estos momentos se plantea la creación de un equipo ciclista profesional, aunque falta por definir la categoría en la que se baraja competir. A priori, se descarta una gran inversión, por lo que sus opciones pasarían por la ProContinental o la Continental. En este sentido, se valora más positivamente la creación de un equipo que parta desde abajo -al estilo del Burgos BH y el Euskadi Basque Country-Murias- que uno que pueda competir en ContinentalPro o WorldTour.
Además, el impulsor del proyecto, el conseller de Educación, Cultura y Deporte, Vicent Marzà, asegura que no se trata de una operación comercial desde la Generalitat, sino de reavivar el interés por el ciclismo entre los valencianos con un equipo con el que se identifiquen los aficionados. Una visión similar a la de Odriozola en el Euskadi: “Somos un equipo de formación que mira por el bien del ciclismo vasco y es bueno que nuestros mejores corredores tengan la oportunidad de dar el salto a continental profesional y participar en carreras que por ahora nosotros no les podemos ofrecer, significa que estamos haciendo las cosas bien”.