Hoy sí, el Giro se ha aclarado mucho. En el Blockhaus históricamente siempre pasan cosas. Era el día para que Nairo Quintana sacara tiempo a sus rivales de cara a la contrarreloj del martes y tratase de lograr el primer espaldarazo moral con la victoria de etapa. En ese sentido, el colombiano ha cumplido y se ha puesto la ‘maglia rosa’ de líder. Pero el que ha dado una verdadera exhibición que hace crecer mucho sus opciones es Tom Dumoulin.
El neerlandés ha hecho una subida tremenda. A ritmo y sin entrar demasiado al trapo de los ataques del propio Nairo o Thibaut Pinot, Dumoulin ha conseguido dejar la distancia en sólo 24 segundos. Tras la jornada de descanso de mañana, el martes llega su terreno y ahora es él quien tiene que devolver el golpe. Pinot también mostró probablemente su mejor nivel, sobre todo por entereza. Le ha sentado bien el cambio de aires y la apuesta por el Giro. Incluso llegó a atacar a Nairo un par de veces. Después, el colombiano lo dejó y Dumoulin llegó a su altura desde atrás junto a Mollema. El compañero de Contador, que hará de gregario del madrileño en el Tour, acabaría cediendo poco después.
La subida ha sido más propia del Tour de Francia, con los corredores llegando prácticamente de uno en uno y un Top10 separado por casi tres minutos. Movistar se lo ha tomado en serio desde el principio. Primero controlando la fuga con solvencia, después enfilando el pelotón en el tramo previo a la base del puerto y, después, dejándolo solo con los más fuertes para que Nairo acabase rematando. La mecánica ha sido parecida a la del Sky del Tour, pero las diferencias no han sido tantas. “Tanto el equipo como yo tenemos buenas piernas”, se ha limitado a decir Quintana, que mostraba alguna duda sobre la distancia lograda: “Todavía no sabemos si será poco o mucho, queda mucho Giro y lo veremos a medida que avance la carrera”, ha dicho. Tampoco las tiene todas consigo, de momento.
De uno en uno
Y en medio del fragor de la batalla se encontraba un Vincenzo Nibali que durante buena parte del puerto pareció que podría sujetar a Nairo. Respondía de forma progresiva a los ataques del colombiano, aunque no se le vio capaz de hacerle daño en ningún momento. Finalmente, el ‘1’ salvó el día con una pérdida de 58 segundos en la cima: “Sabía que la última parte del puerto, entre cinco y tres kilómetros a meta, era la más difícil. Nairo pesa 10 kilos menos que yo y era el mejor día para él. En la crono espero arañar algo, pero las etapas de un solo puerto son las que peor me vienen”, explicaba el ‘Squalo’ tras cruzar la meta.
Así han seguido llegando corredores, uno tras otro en un tremendo rosario. Pozzovivo a 1’18”, un más que meritorio séptimo puesto de Tan Kangert a dos minutos por delante de Zakarin y Davide Formolo, que le quita momentáneamente el lugar como mejor joven a Bob Jungels. El luxemburgués honró su ‘maglia rosa’ pero se ha dejado 3’30” en la línea de meta. Un poco más atrás entraba un Van Garderen que vuelve a naufragar en el intento de una clasificación general. Igual que en el Tour. Antes que ellos entró Kruijswijk, que no está como el año pasado. Tal vez era el suyo, y el Agnello lo estropeó todo.
La etapa estaba siguiendo el guión normal y previsto en cualquier jornada de montaña, con un ‘coloso’ como final. Fuga sin opciones de llegar y pelotón entrando a machete al inicio de la subida. Hasta que ocurrió lo que nunca, jamás, debería ocurrir en una carrera ciclista. Una moto de policía se paró en la margen izquierda de una carretera sin arcén cuando la aproximación era más violenta. Varios ciclistas del Sunweb la esquivaron de milagro, no así los Sky que se dieron de bruces contra ella.
Geraint Thomas fue el que pareció llevarse la peor parte, pero se levantó y todavía no está del todo muerto pese a dejarse 5’08” en meta. Unos segundos antes entraba Adam Yates, también afectado. Mikel Landa se levantó al momento, pero el pedaleo no era bueno. Algo fallaba. El alavés fue adelantado por su compañero de equipo y el Giro se ha acabado para él, al menos en la lucha por la general. Ha llegado a meta con 27 minutos de retraso. Tom Dumoulin pierde también a Wilco Kelderman, que se tuvo que retirar: “Algo así no debería ocurrir jamás. ¿Qué estaba haciendo esa moto allí? Muy apenado por Wilco”, ha criticado.
Esto era lo que se esperaba de un puerto como el Blockhaus. Frente al tacticismo del Etna, hoy las cartas se han puesto boca arriba sobre la mesa. Nairo Quintana ha hecho valer su condición de mejor escalador de la carrera gracias a un gran trabajo de Movistar. Ahora el colombiano se sitúa en una situación favorable pero en absoluto definitiva. Ahora Dumoulin se ha convertido, por lo visto hoy, en su gran rival mientras que Pinot recuerda al que fue segundo en el Tour 2014. Eso sí: que nadie dé por muerto a Nibali. La contrarreloj volverá a apretar la general.
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