Decir Alpe d'Huez en sinónimo de leyenda. Y más aún si la conversación se produce dentro del contexto del Tour de Francia. En España se sabe bien. Basta con mirar 10 años atrás, a un 23 de julio. Ese día Carlos Sastre estaba a 49 segundos de Frank Schleck, el entonces líder. El abulense no se lo pensó. Atacó en las primeras curvas del puerto, cruzó en primera posición la meta y se vistió de un amarillo que luciría también en París.
Este jueves, en la décimo segunda etapa del Tour, esas 21 curvas de Alpe d'Huez volverán a ser el escenario de una guerra despiadada. Es la tercera y última oportunidad en los Alpes. SKY ya lidera la general con Geraint Thomas y Chris Froome y el resto de favoritos están casi obligados a reducir distancias. Por lo menos a probarlo y no dejar sentenciado el Tour a falta de 9 jornadas.
Movistar lo intentó en la etapa del miércoles y fue un querer y no poder. Lanzaron a Marc Soler en la escapada inicial para que esperara delante a Alejandro Valverde, que marchaba tercero en la general a 50 segundos de Thomas. Hasta las faldas de La Rosière parecía que su plan iba a funcionar. Por momentos, el veterano ciclista murciano fue líder provisional de la general. Pero SKY es la matemática del ciclismo. Es medición, cálculo. Con sus ocho hombres en la cabeza de pelotón, subió una marcha y fue recortando distancias. Pillaron a Valverde y le dejaron atrás. Cuando Thomas y Froome atacaron, Mikel Landa no pudo seguirles. Nairo Quintana también perdió tiempo.
"Me ha empezado a doler la espalda en el primer puerto y en la parte final no podía seguir el ritmo", declaró el alavés, que reconoció que su equipo tiene que seguir intentando batir a SKY a base de ataques. A aguantar, nadie puede con los británicos.
Con otros dos ataques largos llegaron las otras victorias españolas en Alpe d'Huez: Iban Mayo en 2003 y Fede Etxabe en 1987. También hubo fiesta española en la cima en 1988, cuando Perico Delgado, a pesar de no ganar, consiguió el maillot amarillo de su único Tour.
Sequía española
La etapa de Alpe d'Huez es también la oportunidad de romper una sequía española de victorias en el Tour que ya dura dos años. Ion Izagirre (Bahrain Merida) fue el último en ganar.
Este miércoles, Mikel Nieve estuvo muy cerca de tomarle el relevo. Formó parte de la escapada multitudinaria que se formó al principio de la etapa y allí permaneció casi hasta el final. Thomas le alcanzó a 200 metros de la línea de meta y le dejó sentado.
Más difícil será que un español se vista de amarillo, pero todo puede suceder en Alpe d'Huez. Alberto Contador fue el último ciclista nacional que consiguió el maillot de líder hace ha ocho años. Las opciones pasan por Mikel Landa (a 2'56'' de Thomas) y Valverde (a 4'28'').
La etapa
El Alpe d'Huez será este jueves el culmen de una de las etapas reina de la edición. Antes los ciclistas tendrán que coronar otros dos puertos fuera de categoría: el Col de la Madelaine (25,3 kilómetros al 6,2% de pendiente media) y el Col de la Croix Fer (29 kilómetros al 5,2%). Después ya las 21 curvas, los más de 13 kilómetros de subida en los que la pendiente de los 10 primeros apenas baja del 9%. Para coger perspectiva, un dato: en total los ciclistas se enfrentarán a un desnivel acumulado de más de 5000 metros.
La última vez que se subió el Alpe d'Huez fue en 2015, hace tres años. Ganó Romain Bardet (AG2R), uno de los candidatos al podio en París que este año ha perdido a dos de sus gregarios en la primera semana. Ese día también se vio la versión más ofensiva de Quintana, que recuperó 1'26'' a Froome. Pero el inglés se mantuvo como lider.
Cada año es distinto. Nadie puede predecir lo que pasará este jueves, sobre todo después de una primera semana llena de sorpresas y el desgaste de dos días previos en los Alpes. Lo único seguro es que, tal y como está la clasificación general, habrá espectáculo.
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