El Tour de Francia comienza por fin. La temporada ciclista respira porque vivirá su momento cumbre durante las tres próximas semanas. Un oasis de paz, de nervios, de emoción, de ataques y de imágenes espectaculares que no dejarán indiferente a nadie en uno de los mayores espectáculos deportivos del año.
La atípica temporada 2020 ha provocado que esta edición de La Grand Boucle sea la más impredecible de los últimos años. Muchos favoritos, equipos potentes, un recorrido plenamente montañoso sin contrarreloj llanas y sorpresas en cada curva harán de la carrera francesa que comienza en Niza el centro del deporte mundial los próximos días. Para conocerlo mejor se presentan 10 claves que podrían marcar el futuro de una carrera única:
1. Bernal contra Roglic: la gran batalla
El Tour de Francia 2020 será una gran batalla con muchos frentes y con muchos condicionantes que pueden marcar la carrera. Sin embargo, habrá una batalla que promete estar por encima de todas. Tal y como se ha demostrado en la última temporada y media, hay dos ciclistas en el pelotón actual, al menos en aquellos que han peleado por las grandes vueltas, que han demostrado estar por encima de todos sus rivales. Ellos son Egan Bernal y Primoz Roglic.
Los dos grandes dominadores del curso pasado y de lo poco que se ha corrido este año, con permiso de Evenepoel, se presentan al Tour para medirse cara a cara, con todas las de ley, por primera vez en una gran carrera. La batalla entre ambos promete ser apoteósica, especialmente tras las dos victorias de Roglic sobre Bernal en este 2020. El colombiano parecía el ciclista invencible, el prototipo de corredor moderno, ese escalador que aguanta como el que más en la montaña, que se defiende en contrarreloj y que cuenta con el equipo más potente. Sin embargo, Roglic ha demostrado este año que no le tiene miedo y que si está a su mejor nivel, puede incluso hasta batirle como ya ha hecho en el Tour de l’Ain y en el Dauphiné, carrera que ninguno de los dos pudo terminar por lesión.
Son precisamente estas lesiones las que han arrojado sombras sobre lo que promete ser el gran duelo del año. En un principio, el Ineos recurrió a Carapaz ante los problemas que pudiera sufrir Bernal en su espalda, pero finalmente solo fue para tenerlo de lugarteniente tras las bajas de Froome y Thomas. Por su parte, lo de Roglic parece más grave, ya que él mismo ha lanzado mensajes esta semana incluso poniendo en duda su participación, aunque finalmente estará en la salida de Niza en buenas condiciones.
El recorrido, eminentemente montañoso, irá en beneficio del vigente campeón de la ronda francesa, aunque Roglic intentará demostrar que él también sabe defenderse cuando el terreno se pone cuesta arriba como ya hizo en la Vuelta del año pasado. Además, tendrá en la penúltima etapa su mejor oportunidad con la cronoescalada que finaliza en la Planche des Belles Filles y que contará con una primera parte especialmente favorable para rodadores. Por eso, Bernal sabe que tendrá que llegar con un buen colchón de tiempo a ese día, por lo que no dejará de atacar en la alta montaña mientras le quede un gramo de fuerza, tratando de aprovechar sus condiciones para rendir en altitud.
El mayor reto para Primoz Roglic estará en demostrar que ya sabe adaptarse a una gran vuelta definitivamente y que lo que le sucedió en el Giro del 2019, al que llegó pasado de punto lo que le hizo desvanecerse antes de la última semana cuando tenía la carrera ganada, fue un error del pasado. Sin embargo, viendo el enorme nivel que ha exhibido estas semanas previas al Tour, muchos ya vaticinaban antes de la caída que correría la misma suerte que en la Corsa Rosa que se le escapó, algo que supo corregir en su triunfo en la Vuelta del pasado mes de septiembre.
2. El Jumbo-Visma amenaza la hegemonía de Ineos
Si habrá batalla entre los líderes, también la habrá entre los equipos. La pelea en la carretera y en los coches entre el Team Ineos y el Jumbo-Visma promete ser también una auténtica pasada. Un espectáculo de los buenos y una perspectiva completamente nueva para la carrera. Por primera vez en los últimos 10 o 15 años, un gran equipo puede plantarle cara al Team Ineos para evitar que este controle la carrera.
Y es que, por primera vez en mucho tiempo, un equipo ha conseguido igualar, y para muchos superar, el tremendo poderío del Ineos. Así lo ha demostrado el equipo holandés en las últimas carreras que se han disputado, donde su ritmo infernal en la montaña ha provocado que Ineos mordiese el polvo y que Bernal se quedase solo ante el peligro frente a Roglic y sus gregarios de absoluto lujo. Porque otra cosa no, pero el campeón esloveno dispondrá en el Tour de un equipo absolutamente galáctico.
Junto a él estarán el otro gran líder, Tom Dumoulin, y a su más absoluto servicio corredores de la talla de Robert Gesink, George Bennetty Sepp Kuss para apoyarles en la montaña. En el llano contarán con la experiencia y el motor de Amund Grondahl Jansen y Tony Martin, y con la fortaleza de un superclase como Wout Van Aert. Un equipo de auténtico lujo que contará con la baja por lesión de Steven Kruijswijk.
Por su parte, Bernal no estará ni mucho menos solo, aunque en lo que a nombres se refiere se notarán las ausencias de Froome y Thomas. Su fiel escudero será Richard Carapaz, mientras que apoyándoles en montaña estarán Andrey Amador, Pavel Sivakov y Michal Kwiatkowski. Formarán parte del equipo también dos fijos como Luke Rowe y Castroviejo, además de Dylan Van Baarle.
3. La gran oportunidad de Mikel Landa
Muchos especialistas aseguran que el Tour será un mano a mano entre Roglic y Bernal porque creen que no hay ningún otro ciclista que pueda llegar a su nivel y que tampoco existen dos equipos tan preparados como Ineos o Jumbo-Visma. Sin embargo, también hay otras mentes, quizás más locas o quizás más fantasiosas, que ya sueñan con una victoria española en el Tour, una victoria del único corredor que parece llegar con opciones reales de hacer algo importante en España: Mikel Landa Meana.
El corredor del equipo Bahrain-McLaren está ante la oportunidad de su vida de rendir y de triunfar en una gran vuelta y, especialmente, en el Tour de Francia. Por primera vez irá como líder único de un equipo a la carrera francesa, con la responsabilidad que eso conlleva, pero también con el respaldo que eso da. Mikel tiene para triunfar lo que tanto había demandado, un equipo de nivel dispuesto única y exclusivamente para él. Pero no solo eso, si no que también creen en sus posibilidades con fe ciega.
Landa no solo ha realizado una gran temporada hasta el momento demostrando su enorme fortaleza en la montaña, si no que también les ha demostrado a sus compañeros que puede atacar el podio de París e incluso la victoria, y que gracias a lo que han visto de él, le creen a pie juntillas. Muchos se preguntan cómo le habrán visto entrenar para que corredores de la talla de Wouter Poels o Mark Cavendish hayan decidido que el Tour sea lo que Landa consiga, y que para eso estarán ellos allí, empujando, tanto los que tomen la salida en Niza como los que se queden fuera.
El de Murguía ha conseguido brillar tanto en Andalucía como en Burgos como en el Dauphiné, donde sufrió unos problemas de espalda cuando tenía la general a tiro, aunue afirma estar totalmente recuperado. La victoria con su nuevo equipo se le ha resistido, pero las sensaciones han sido buenísimas y el recorrido le va como anillo al dedo. Un Tour totalmente montañoso, con una solo contrarreloj y que terminará en la exigente subida a la Planche des Belles Filles supondrá una oportunidad única.
Landa ya ha asegurado que su objetivo es la victoria y que para conformarse con el podio tiempo habrá, así que al menos las expectativas son altas. Para conseguirlo tendrá a su lado un equipo de lujo con Poels, Caruso y Pello Bilbao en la montaña, Rafa Valls como su gregario seguirlo a todas partes y con Mohoric para guiarle en el llano. Solo Colbrelli y Hallerse desmarcarán del equipo para buscar triunfos en los sprints.
4. Un Tour cuesta arriba
Si algo marcará el próximo Tour de Francia serán su recorrido y una temporada tan atípica como la que ha tenido este 2020. La presente edición de La Grand Boucle será la carrera soñada por los escaladores por la gran cantidad de puertos que se ascenderán y por la ausencia de una contrarreloj llana, así como de una prueba contra el crono por equipos. Los grandes líderes de la montaña sonríen esperando que empiece la batalla y que la carretera se ponga cuesta arriba.
Serán un total de siete etapas, contando la contrarreloj con final en la Planche des Belles Filles, las que terminen con final en alto. Sin embargo, las etapas catalogadas como alta montaña son muchas más, ya que se podrían considerar hasta diez en lo que serán una batalla sin cuartel por la general y por el maillot de la montaña. Serán claves las etapas 13, 14 y 15, antes de la segunda y última jornada de descanso, y las 16, 17 y 18, justo los tres días posteriores a ese último respiro que se tomará el pelotón antes de llegar a los Campos Elíseos de París. En ese sprint final montañoso podría jugarse un Tour de Francia todavía tendría un envite más en la penúltima jornada con la citada cronoescalada.
Se ascenderán puertos tan míticos como la Colmiane, Port des Balès, Peyresourde, Soudet, Grand Colombier, Porte, Madeleine, Col de la Loze, Aravis y la Planche des Belles Filles. Destaca la combinación del Col de la Madeleine y el Col de la Loze, en la que el pelotón superará los 2000 metros hasta alcanzar los 2304 metros sobre el nivel del mar de la última subida.
Por otro lado, un recorrido tan montañoso podría deparar más de una sorpresa teniendo en cuenta la temporada tan atípica que se ha vivido este año. Con muchos meses sin poder entrenar en condiciones, con muchas horas de rodillo y de cuidar alimentación más que nunca y con muchas carreras acumuladas en un calendario tan reducido, los corredores intentarán ir al máximo para aprovechar cada día de competición, lo que podría pasar factura a más de uno que no llegue con una preparación óptima. Está claro que no será un Tour cualquiera.
5. La presencia de la Covid-19
Será uno de los grandes protagonistas a pesar de que nadie le haya invitado. Lo único que le pide el pelotón y la caravana del Tour es que suficiente será con tener que lidiar con su presencia, pero que no pase de ahí porque la celebración del Tour es vital para la sostenibilidad del ciclismo. Si algo tenía claro el mundo de la bicicleta es que todos los esfuerzos de la temporada debían centrarse en la celebración de la carrera francesa. Por ello, ahora que ya se ha llegado hasta su inauguración, lo que piden es que se pueda llegar sin sobresaltos hasta París.
La organización ya ha anunciado medidas muy restrictivas y cualquier corredor que dé positivo será eliminado de la carrera. Además, si dentro del equipo se produjera un segundo positivo en la misma semana, se excluiría al equipo al completo para evitar rebrotes, aunque se continuaría con la carrera con total normalidad.
Mientras tanto, el Tour espera que no exista ningún problema, realizará pruebas rutinarias a los corredores y miembros de equipos y organizaciones, impondrá un férreo control de las burbujas, reducirá la asistencia de público, controlará los movimientos de la prensa y cerrará el paso a las subidas hasta dos días antes para los vehículos motorizados. Toda medida será poca para evitar males mayores que puedan dar al traste con la temporada.
6. Las dudas del Movistar
Si un equipo ha dejado muchas dudas en esta vuelta de la competición tras el confinamiento ha sido el Movistar Team. Y no será por falta de nivel en sus corredores, especialmente en sus líderes, pero la realidad es que se encuentran muy lejos de lo que se esperaba de ellos. Sin embargo, desde la formación telefónica no se pierde la esperanza y se mantiene la confianza en que el bajo nivel mostrado solo es una estrategia para llegar en plenas condiciones a la última semana. Para ello, habrá que llegar a esos días claves con opciones en la carrera.
El hombre a seguir en este Tour de Francia es Enric Mas. El mallorquín, recién llegado esta temporada del Deceuninck Quick Step, aterrizó en la formación telefónica para llenar el hueco dejado por Mikel Landa y Nairo Quintana. Junto a su amigo y compañero Marc Soler, que aumentará sus galones este año, deberán ser los nuevos líderes de presente y futuro para el equipo de Eusebio Unzué. El Tour será la gran oportunidad de Mas de demostrar que puede ser el nuevo corredor que ilusione a la afición española con el triunfo en una grande tras la retirada de Alberto Contador en 2017.
Sin embargo, esta temporada ha dejado muchas dudas y se encuentra lejos del nivel con el que brilló en la Vuelta de 2018 y gracias al cual firmó un enorme segundo puesto. En Movistar confían en que ese nivel y esas piernas que todo vieron salgan a relucir en una carrera que ya conoció el año pasado y en la que dejó buenas sensaciones durante los primeros quince días llegando a estar cerca del Top5 y ayudando a su compañero y líder Julian Alaphilippe. Sin embargo, una enfermedad le hizo perder una minutada y su nivel ya nunca más volvió a ser el mismo. Enric afirma conformarse con un Top10, algo que por el nivel mostrado parece mucho, pero que como líder de una formación histórica como Movistar sabría a muy poco.
Por otro lado estarán Alejandro Valverde y Marc Soler. El campeón del mundo llegará al Tour con total libertad. Tras no encontrar buenas sensaciones durante toda la temporada y con la idea de la retirada rondando su cabeza, ‘El Bala’ tendrá plenos poderes para hacer lo que le venga en gana, tanto apoyar a los jóvenes en la montaña como intentar conseguir alguna victoria de etapa que se le ponga a tiro y ampliar así su enorme palmarés.
Por su parte, Soler, que en un principio iba a acudir al Giro, estará en el Tour para dar todo lo que pueda y prepararse así para la ronda italiana a la que acudirá de líder. El miedo por que no haya más carreras tras el Tour ha provocado que Eusebio Unzué ponga toda la carne en el asador en Francia y que Soler haya sido finalmente convocado. Para apoyar en la montaña estarán Carlos Verona, Nelson Oliveira y Dario Cataldo, mientras que en el llano los encargados de tirar serán dos veteranos como José Joaquín Rojas e Imanol Erviti. Movistar repite tricefalia en el Tour al que llegan con más dudas de los últimos años y con la misión casi imposible de tocar podio, aunque sea con la general por equipos.
7. Pogaçar y Dumoulin, al acecho
A pesar de que todas las miradas apuntan hacia Bernal y Roglic, y que la hinchada española espera con ansia un triunfo de corredores como Enric Mas y, sobre todo, Mikel Landa, hay dos nombres que podrían llegar como tapados a la carrera y dar mucho de qué hablar. Son un joven y un veterano. Un jefe de filas que viene a aprender y un líder que viene a trabajar y a esperar su oportunidad. Sin embargo, los dos son capaces de conseguir cualquier cosa.
Ese joven talento incontrolable y que podría dejar su sello en su primer Tour de Francia es Tadej Pogaçar. El corredor esloveno, compatriota de Roglic, liderará el UAE Team en busca de finalizar su primera Grand Boucle. Sin embargo, su tremendo potencial hace imposible pensar que el joven escalador no pueda terminar muy arriba en la clasificación y peleando por alguna victoria de etapa. Ya cuenta con grandes triunfos esta temporada como batir a Roglic en los nacionales de contrarreloj de Eslovenia, pero su gran carta de presentación la dejó el año pasado en la Vuelta a España con un tercer puesto y tres victorias de etapa pasando por encima a corredores como Nairo Quintana o Miguel Ángel López.
El nivel de ‘Pogi’ en montaña es sencillamente espectacular y a sus 21 años ya se puede batir con los mejores e incluso ganarles. Pero, además, ha demostrado ser una auténtica bala en la contrarreloj, por lo que sin duda se trata de uno de los corredores más completos del futuro y que no sería una sorpresa que firmara un Top10 o incluso un Top5 en su primera participación en una carrera tan exigente como el Tour.
Por otro lado, se encuentra un corredor que ha resurgido de sus cenizas esta temporada. Tras un año para olvidar, la llegada de Dumoulin al Jumbo-Visma ha supuesto un nuevo capítulo en su carrera. Aquellos problemas de rodilla que le tuvieron más de 400 días alejado de la competición parecen ya olvidados, y el nivel mostrado en el Dauphiné invitan a pensar que va a llegar en su punto álgido al Tour de Francia. Habrá que ver si para echar una mano a Roglic como ha sido hasta ahora o para pelear él mismo por el podio y la victoria. No sería nada extraño que el Jumbo repitiera el doblete logrado por Ineos el año pasado con Bernal y Thomas. En su contra irá la falta de contrarreloj, especialmente llana, pero a su favor irá la experiencia que le dan su victoria en el Giro y su podio en París.
8. Pescadores en río revuelto: de Quintana a Pinot
Muchos han sido ya los nombres que se han citado para presentar su candidatura a una posible victoria en el Tour de Francia 2020, o para estar en el podio o incluso en el Top10. Sin embargo, este Tour, esperado como agua de mayo e abrazado como hijo que vuelve a casa por Navidad para que no se vuelva a ir, contará con la presencia de innumerables corredores de primer nivel que sin duda darán mucha guerra y espectáculo.
Algunos de ellos podrían ser los colombianos Nairo Quintana y Miguel Ángel López. El líder del Arkeallega tras su excelente nivel mostrado antes del confinamiento y las dudas que le dejó el atropello sufrido en Colombia y que se ha traducido en molestias en su rodilla que reaparecieron en el Dauphiné.
Llegar totalmente recuperado y en una forma óptima será clave para uno de los corredores más fuertes en la montaña, pero más débiles sobre la ‘cabra’. Por su parte, el de Astana realizará su debut en el Tour con muchas ganas de aprender y de moverse para intentar lograr cosas bonitas. El Tour es el único podio de una grande que le queda por pisar y podría ser el momento de lograrlo. Por detrás aparecer otros compatriotas con buenas maneras como el incombustible Rigoberto Urán y el ganador del Dauphine Daniel Felipe Martínez, compartiendo ambos el liderazgo del Education First.
Por parte de los franceses estarán los habituales Thibaut Pinot, que intentará repetir su podio conseguido años atrás, la revelación de la pasada temporada Alaphilippe, que terminó quinto tras ser líder durante muchos días, y el escalador del AG2R Romain Bardet, que este año ha rebajado sus pretensiones y se centrará en el maillot de la montaña, pelea que le podría dar la entrada al Top10.
Otros nombres que podrían dejarse ver y que sin duda traerán un gran espectáculo, aunque parece difícil que puedan optar a la victoria final, serán Mollema y Porte con el equipo Trek, Chaves y Adam Yatescon el Mitchelton, Schachaman y Buchmann con el BORA, Aru con el UAE o Guillaume Martin con el Cofidis.
9. Los españoles del Tour
El Tour de Francia ha sido, tradicionalmente, una carrera en la que los españoles se han encontrado como en casa. Sin embargo, cada vez acuden a ella menos corredores españoles, y ninguno o casi ninguno de ellos cuenta con opciones de brillar en la clasificación general. Al menos, alguno tendrá opciones de luchar por alguna victoria de etapa cuando sus líderes les den libertad.
Anteriormente ya ha sido citados corredores como Mikel Landa, Pello Bilbao y Rafa Valls en Bahrain, Enric Mas, Alejandro Valverde, Marc Soler, Erviti, Rojas y Verona en Movistar y Castroviejo en Ineos. Sin embargo, habrá muchos más hasta formar los 17 españoles que acudirán al Tour.
En el equipo Astana, apoyando a Miguel Ángel López, estarán los hermanos Izaguirre, Gorka y Jon, su compatriota Omar Fraile y el reciente campeón de España Luis León Sánchez. Y para concluir la lista, tres gregarios de lujo que se deberían dejar ver en la montaña y que podrían pelear por alguna gran etapa como son David de la Cruz en el UAE, Mikel Nieve en el Mitchelton y Jesús Herrada en Cofidis.
Corredores casi todos ellos fuertes en la montaña, muchos de ellos supeditados sus líderes, pero que intentarán traer alguna victoria para nuestro país a expensas de trofeos mayores como pueda ser algún corredor con la bandera nacional en el podio de los Campos Elíseos de París.
10. El miedo al fin
El Tour es la carrera más importante y más grande del ciclismo mundial. Más allá de gustos, se puede afirmar que lo es incluso por encima de un mundial o de unos Juegos Olímpicos. El Tour mantiene con vida al ciclismo y su suspensión podría acabar definitivamente con un deporte que cuenta con pocos recursos y que ha sido maltratado por la crisis del coronavirus. Sin embargo, la edición 2020 ha llegado y, aunque nadie tiene garantías de que vaya a terminar, muchos esperan que así lo haga.
Sin embargo, lo que nadie asegura es que no vaya a ser la última carrera de la temporada. El miedo y el riesgo son reales y por ello muchos equipos han decidido acudir con todo a esta carrera y no guardarse prácticamente nada para el Giro o la Vuelta porque nadie sabe si se correrán. Los directores de equipos y los líderes han pensado en el presente y como tal afrontarán la salida el sábado 29 en Niza, con la esperanza de cumplir tres semanas de ensueño, recaudar el máximo dinero posible para paliar la crisis y seguir la temporada sin positivos ni daños que lamentar.
El ciclismo tiembla y sufre por el resto del calendario, pero se cobija al amparo de un Tour que ahora mismo es la mayor fuente de esperanza para un pelotón que ha sufrido mucho durante los últimos meses, instalado en la incógnita sin saber qué pasaría. Por ello, y aunque sea un atípico y tardío mes de agosto, que la serpiente multicolor empiece a girar y no se detenga hasta París.
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