El británico Mark Cavendish se llevó la cuarta etapa del Tour de Francia con un esprint final. Van Moer, que lideraba hasta los últimos metros, no aguantó físicamente y se vio superado por todo el grupo que llegaba en velocidad. Van der Poel resistió y sigue como líder de la clasificación general. [Así vivimos la 4ª etapa del Tour de Francia].
El protagonista, sin embargo, fue Cavendish. El británico de 36 años ha vivido años complicados e incluso se le llegó a dar por retirado. Superó, entre otras cosas, una depresión y la conocida como 'enfermedad del beso'. Pero aún había Cavendish para rato y la cuarta etapa del campeonato galo ha sido el escenario perfecto. Considerado uno de los mejores ciclistas británicos de la historia, y una de las referencias en el esprint, dio muestras de ello.
Hace un mes no tenía sitio en su equipo, ya que en sus filas milita Sam Bennett, pero problemas causados por el ciclista irlandés le incluyeron en la expedición para el Tour. Y volvió por sus fueros en la misma ciudad conde ganó en 2015, en Fougéres, donde se reencontró con la gloria cinco años después de su último triunfo en el Tour. Una vez cruzada la meta, todo eran lágrimas, abrazos y celebraciones. Más que una victoria era un punto de inflexión a nivel moral.
El reto de la etapa de desarrolló en un día sin sobresaltos para los hombres de la general, sin caídas, que mantuvo de líder al neerlandés Mathieu Van der Poel y a los favoritos en sus puestos. Con Alaphilippe segundo en la general, el líder real es el Richard Carapaz (Ineos), tercero. Respecto al ecuatoriano, Pogacar se encuentra a 8 segundos, a 9 Enric Mas y Nairo Quintana, a 21 "Rigo" Urán, a 36 Geraint Thomas y a 1.04 el esloveno Primoz Rogliz, el más afectado por las caídas de la víspera.
La jornada, eso sí, comenzó con una protesta incial que retrasó la hora marcada. El pelotón, en parte magullado, marchó al ralentí en la parte neutralizada y luego paró. La petición que se plantea en alargar la zona de seguridad en las llegadas de 3 a 5 kilómetros para evitar o limitar los accidentes. Un asunto interesante para plantear en las reuniones del colectivo con la UCI mejor que en plena competición.
En vísperas de la primera crono el pelotón optó por la tranquilidad. Todos menos el belga Van Moer (Lotto-Soudal) y el francés Périchon (Cofidis), dúo que se puso en fuga una vez iniciada la etapa, marcada para el esprint, sin dificultad alguna en el trayecto.
Los rebeldes, sin embargo, aún respiraban al frente a 15 km de meta, cuando Van Moer dio el manotazo del ahogado dejando a Perichon plantado. Apuesta en solitario. Enseguida el belga aumentó la renta a 1 minuto aprovechando un parón en el gran grupo, que frenó el ritmo de caza. Como si nadie quisiera disputar la etapa por velocidad, al esprint. ¿Otra modalidad de plante?. No. La etapa se puso seria.
Los hombres del Alpecin y del Deceuninck querían la etapa y movieron a sus peones. Van Moer resistió y resistió, mirando atrás a 1 kilómetro de meta y 15 segundos de ventaja. Su gozo en un pozo. A 80 metros de la línea se le echó encima la marabunta. Entre todos emergió la figura de Cavendish, potente, de fuerza bruta, para imponerse después de 5 años de sequía en el Tour. Volvió un clásico que además adorna su palmarés con 15 etapas del Giro, 3 de la Vuelta y el título mundial de 2011. Un día de regreso a los laureles.
Clasificación 4ª etapa
Clasificación general
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