Mark Cavendish padeció en sus propias carnes hace unos días uno de los accidentes más espectaculares de los últimos tiempos. El corredor británico nacido en la isla de Man se fracturó varias costillas y sufrió la perforación de un pulmón tras golpearse con el suelo y con las bicicletas de otros compañeros y rivales en los Seis Días de Gante. Una mala manera de cerrar una temporada en la que ha vuelto a recuperar la gloria de París y del Tour de Francia.
Sin embargo, lo más llamativo de su accidente no ha sido la gravedad de sus lesiones y la brusca manera de terminar la temporada, sino el proceso mental que vivió desde que se cayó hasta que se dio cuenta que en la grada estaba su familia y que tenía que aguantar el tipo para no preocuparles.
Nada más recibir el golpe, Cavendish sabía que tenía una lesión de gravedad después de sufrir un accidente de lo más espeluznante. Un resbalón de un ciclista que iba por delante de Mark hizo el afilador con otro corredor y a partir de ahí se desencadenó un efecto dominó que terminó con los huesos del sprinter del Deceuninck Quick Step.
El corredor británico, que se recupera en casa junto a su familia de sus múltiples lesiones, ha concedido una entrevista al medio The Sun para hablar sobre lo sucedido y contar cómo fueron sobre todo los momentos en los que tuvo que apretar los dientes y aguantar el dolor para que nadie de su entorno se asustara por lo sucedido.
Así explica como vio Mark Cavendish en primera persona el escalofriante accidente: "Fue un extraño accidente causado por el agua que había en la pista después de que un ciclista derramó su bebida. Hubo un resbalón de ruedas delante de mí que inició una reacción en cadena y provocó el choque. Me rompí las costillas y me hice un agujero en el pulmón".
La pesadilla de 'Cav'
El ciclista de la isla de Man sabía que tenía una lesión muy importante en su pecho, la zona que más le dolía. Sin embargo, sabía que estaban sus hijos viéndole y solo pensó en ponerse de pie lo más rápido posible para que creyeran que estaba bien y que no se había mucho daño.
"Sabía que estaba mal, eso te asusta. Pero los niños estaban allí y mi instinto fue ponerme de pie para que supieran que estaba bien. Caminé hasta los vestuarios. Cuando ellos se fueron, me llevaron en camilla al hospital". Desde el primer momento, el velocista sabía que las lesiones iban a ser realmente importantes.
En la grada estaban presenciándolo todo su mujer Peta Todd y sus cuatro hijos, Finn, de 15, Delilah, de 9, Frey, de 6 y Casper, de 3. El final de temporada de Cavendish no ha sido el esperado en un 2021 en el que ha recuperado la chispa y la magia tal y como demostró en el Tour de Francia, igualando el récord de victorias de Eddy Merckx.
Ahora tendrá que recuperarse de un parte médico realmente dantesco. Ya trasladado al centro hospitalario universitario de Gante (Bélgica), las pruebas desvelaron la fractura de las costillas y la perforación del pulmón por detrás del corazón. La idea es que pueda volver en unas semanas a la actividad, pero tendrá que retrasar el inicio de la pretemporada más de lo esperado.
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