A uno se le eriza la piel solo de pensar en Tom Boonen. Hablar de él ya son palabras mayores, nunca mejor dicho. El ciclista belga es uno de los mejores corredores de la historia, un auténtico especialista de las Clásicas que dejó victorias y hazañas para el recuerdo. Cerró su trayectoria profesional con un palmarés impresionante, pero no por ello jubiló su ambición de ganar una vez había colgado la bicicleta.
La misma pasión que le ponía a la 'flaca' y a dar pedales humillando a los mejores del mundo ahora la pone para cultivar su otra afición, el mundo del motor, concretamente, la emoción de la velocidad sobre cuatro ruedas y no sobre dos. El mítico Tom Boonen ya ha dejado de martirizar los adoquines y ahora lo hace con los pedales porque se ha convertido en piloto de carreras. Y de momento, no le va nada mal.
Uno de los grandes
Boonen es una de las mayores leyendas en la historia del ciclismo belga. Está considerado como uno de los mejores clasicómanos de todos los tiempos. Nacido en Mon, en la región flamenca de Bélgica, a sus 41 años parece tener unas prioridades muy diferentes a las que ha tenido durante toda su carrera profesional. Pero siempre manejando la ambición de ganar y ser el mejor.
'Tommeke' inició su carrera en el año 2002 y la prolongó hasta el 2017. Tres lustros en los que pasó por el US Portal Service y por las diferentes denominaciones del Quick Step, tanto en Ettixx como en Omega Pharma. Los triunfos de Boonen han sido muy variados durante toda su carrera, destacando en los terrenos más complicados y en las llegadas lanzadas al sprint.
Su territorio preferido no era otro que el 'Infierno del Norte'. Allí donde todos sufrían él encontraba su hogar. Por eso venció hasta en cuatro ocasiones, en las ediciones de 2004, 2008, 2009 y 2012. Además, sumó otros tres podios. Solo Roger de Vlaeminck tiene más presencias en el cajón con 9 y ambos son los corredores con más victorias.
Otra de sus pruebas estrella era el otro Monumento por antonomasia del ciclismo, el Tour de Flandes, donde ganó en los años 2005 y 2012 haciendo doblete con la Paris-Roubaix y también en 2006. Nadie tiene más victorias que él tampoco en esta mítica prueba en la que suma un podio más conseguido en 2010.
Además, registra otras importantes victorias en pruebas como la Kuurne-Bruselas-Kuurne, A través de Flandes, E3 Harelbeke o Gante-Wevelgem. Fue dos veces campeón nacional de ruta y en 2005 tocó el cielo al proclamarse Campeón del Mundo en Madrid, lo que le dio la oportunidad de vestir el mítico arcoíris durante una temporada. En el año 2007 consiguió abrocharse el maillot verde de la regularidad además de dos victorias de etapa, terminando su carrera con un total de seis.
El sueño de Boonen
Sin embargo, después de todos estos éxitos, Boonen colgó la bicicleta y encaminó sus pasos hacia otro universo, el de las cuatro ruedas. 'El Torpedo' nunca ocultó su pasión por el universo del motor y ahora que está completamente desligado del mundo de la bicicleta ha iniciado su nueva carrera profesional como piloto.
De momento, no se le ha dado mal su debut en las carreteras ya que ha conseguido apuntarse una de sus primeras competiciones, la GT & Prototype Challenge. Sin embargo, esto solo es el principio para él, ya que Tom tiene un sueño: poder competir en las 24 Horas de Le Mans. No obstante, no quiere hacerlo de cualquier manera, sino que quiere hacerlo a la grande y tiene un plan para ello: un proyecto eminentemente belga.
Su deseo no es otro que rescatar la legendaria selección belga que participaba en esta prueba en los años 60 y 70. "Todavía no hay planes definitivos. Formar un equipo con un coche competitivo y buenos pilotos no es problema, pero necesitamos encontrar dos o tres grandes patrocinadores. Probablemente será demasiado pronto para 2022, así que 2023 me parece más realista, pero todo depende de las diferentes categorías del Campeonato del Mundo de Resistencia, del que forma parte Le Mans".
Boonen tienen claro cuál es ahora su ambición. Quiere convertirse en un piloto profesional de pleno derecho. Para ello, necesita utilizar su figura en el país para encontrar grandes sponsors que quieran poner dinero para sacar adelante su proyecto y llevar el espíritu belga hacia lo más alto en una de las pruebas más importantes de la historia del automovilismo.
En sus declaraciones, Tom ha comparado los sentimientos que tenía cuando iba a toda velocidad en su bicicleta luchando por una victoria y lo que experimenta ahora a los mandos de su GT: "En un esprint masivo sientes una explosión emocional, en un final caótica, encuentras tu camino, ganas y levantas los brazos".
"En el automovilismo hay menos caos, tienes más control, hay que mantenerse concentrado y nunca sobrepasar el límite, incluso cuando estés en un duelo directo con otro auto. Pero una vez que se cruza la línea de meta, la alegría es inmensa".
Boonen ha asegurado que ahora mismo cambiaría algunas de sus grandes victorias por triunfar en un evento tan importante como sería esa participación en Le Mans. Estos son los sorprendentes planes que tiene en mente un Boonen que un día fue una leyenda para muchos aficionados al ciclismo que soñaban con ser como 'Tommeke'. Ahora, su legión de seguidores podrán seguir disfrutando de su talento, pero en una disciplina totalmente diferente.
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