El equipo INEOS Grenadiers está viviendo su semana grande después de un inicio de temporada algo irregular. A los triunfos de etapa de Daniel Felipe Martínez y de Carlos Rodríguez en la Itzulia, se unió el éxito en la general del corredor colombiano. Y este domingo, los británicos han sumando una nueva victoria para sus vitrinas, la conseguida por Michal Kwiatkowski en el llamado 'sexto Monumento' del ciclismo de manera extraoficial, la Amstel Gold Race.
La prueba estrella de las Clásicas neerlandesas que recorre la región de Limburgo no dejó un excesivo espectáculo, pero sí un final vibrante y apasionante que recordó y mucho al de las últimas ediciones. Especialmente al vivido entre Wout Van Aert y Tom Pidcock con un sprint antológico que casi ni la foto finish pudo dilucidar.
En aquella edición, el triunfo cayó del lado del corredor del Jumbo-Visma, y este curso han sido los ingleses quienes han sonreído gracias a la victoria del ciclista polaco. En un final muy parecido, pero algo más claro, 'Kwiato' consiguió meter su rueda por delante de la de Benoit Cosnefroy para llevarse su segunda victoria en esta prueba por solo un tubular después de la conseguida en el año 2015.
Se esperaba mucha batalla en la jornada dominical debido a los grandes nombres que registraba la carrera. No estaba en la salida el vigente ganador, Van Aert, ya que no ha conseguido recuperarse todavía tras haber pasado la Covid-19 recientemente. Se quedó fuera del Tour de Flandes y ahora la duda es saber si podrá llegar en plenitud a la disputa de la Paris-Roubaix.
Sí estaban otros grandes protagonistas como Mathieu Van der Poel, que venía de ganar sobre el pavé de Flandes, Kasper Asgreen, Laporte, Benoot o Tom Pidcock, para muchos el gran favorito junto al corredor neerlandés. El líder de Alpecin-Fenix quería llevarse la victoria en casa en una prueba que se adapta muy bien a sus características, pero no tuvo el día. Quiso poner en práctica una táctica de escapismo y poco protagonismo, como ya hiciera en su victoria en el segundo Monumento de la temporada, pero esta vez no le salió igual de bien y se le marchó el caballo ganador. Lo cierto es que no se le vio con la misma chispa.
La carrera estuvo controlada en casi todo momento por parte del equipo INEOS. Aunque Alpecin también asumió la responsabilidad en algunas fases de la prueba, cuando llegó el momento de la verdad, fueron los británicos quienes dieron un paso hacia delante en favor de sus bazas. La principal era Pidcock, pero ahí estaban también sus outsiders como terminó demostrando Kwiatkowski.
Empiezan los fuegos artificiales
La guerra comenzó ya dentro de los últimos 40 kilómetros, una vez había caído la escapada de la jornada. El primero en mover el árbol fue Tim Wellens, que con un demarraje demoledor empezó a hacer saltar todos los juegos artificiales. El grupo quedó muy reducido con todos los favoritos en liza. Sofocado ese primer intento, INEOS se puso de nuevo al mando con 'Kwiato' al frente. Estaba pletórico el polaco.
Aprovechando estos lanzamientos, Tiesj Benoot probó fortuna buscando su gran victoria. El polivalente corredor del Jumbo, que está haciendo una gran temporada de Clásicas, necesita jugar sus bazas en días como este ante la baja de Van Aert. Su movimiento sirvió para dejar en la estacada a Wellens, pero no para romper la carrera en su favor.
Sin embargo, sí consiguió crear un grupo de favoritos que cogió vuelo con ventajas de unos 25 segundos que estaban destinados a ser claves. Ya con la carrera lanzada por delante, el siguiente en moverse, aunque tímidamente, fue Marc Hirschi. El del UAE jugó sus opciones en el Cauberg, pero no tuvo suerte ante gallo. Sin embargo, fue el detonante para la explosión general de la carrera.
Una vez coronado, Tom Pidcock lanzó una nueva ofensiva y a su rueda salió Teuns. El de INEOS y el de Bahrain Victorious pusieron en jaque al resto de favoritos, pero no estaba todo escrito todavía. Una vez cazados, se produjeron más movimientos aprovechando el desconcierto general y ahí los más listos fueron 'Kwiato', que se había enganchado como escudero de Pidcock, y Cosnefroy. El polaco y el francés abrieron un hueco de 25 segundos que, ante la dejadez de hombres como Van der Poel o Asgreen, terminó siendo decisivo.
Cuando quisieron reducir el hueco, fue imposible, ya que el dúo de cabeza estaba completamente lanzado a por la victoria. Dentro de los últimos dos kilómetros, se produjeron más ataques, entre ellos el de la bestia neerlandesa, pero todo fue en vano. Cosnefroy esperó el momento justo para lanzar el sprint y puso contra las cuerdas a Kwiatkowski, pero el polaco cogió bien su rueda y salió de su estela justo a un milímetro de la meta para celebrar, tras unos minutos de suspense, su segunda victoria en la Amstel en la semana grande de INEOS.
[Más información: Daniel Felipe Martínez, la joya del ciclismo salida de la pobreza y que compite para el equipo más rico]
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