La familia Merckx estará por siempre ligada al mundo de la bicicleta. El patrón de todos ellos, el gran Eddy Merckx, está considerado como el mejor ciclista de la historia. Sus once triunfos en grandes vueltas, con cinco Tour de Francia incluidos, y sus más de 280 victorias oficiales así lo acreditan. El 'Caníbal' era capaz de reinar en todo tipo de pruebas, ya fueran Monumentos, etapas al sprint, contrarrelojes o grandes jornadas de montaña en las vueltas de tres semanas.
Sin embargo, la vida de los Merckx hace tiempo que dejó de girar en torno al gran corredor belga y que se centró en otros proyectos. Algunos de ellos deportivos, pero otros, mucho más importantes, de salud. Y es que la familia de los Merckx se encuentra girando alrededor a una de las nietas de Eddy, Athina.
Ella es la hija de Axel, a su vez, el hijo más conocido del 'Caníbal'. Axel, al igual que su padre, también se dedicó al ciclismo, aunque evidentemente sin tanto éxito. Aun así, consiguió victorias importantes e incluso se colgó una medalla olímpica en los Juegos de Atenas 2004. Actualmente es el patrón del afamado equipo Axeon, una importante cantera de jóvenes talentos. Allí está modelando a uno de los corredores con más futuro del ciclismo español, Iván Romeo, salido de la factoría de Samuel Sánchez.
No obstante, la batalla que más tiempo le ocupa ahora mismo a Axel es la situación de Athina, quien padece una gravísima enfermedad que mina su salud y que, por desgracia, no tiene cura. Se trata de la fibromatosis desmoide, una terrible lacra que afecta a muy pocas personas en el mundo cada año y que necesita fondos para avanzar en su investigación. Y eso es lo que está tratando de encontrar el propio Axel.
La lucha de Athina
Athina Merckx es una joven de solo 16 años que tiene sobre sus espaldas el peso de uno de los apellidos más importantes en la historia del deporte. El legado dejado por su abuelo Eddy es capaz de eclipsar cualquier cosa que puedan lograr cada uno de sus descendientes. Incluso todos juntos. Sin embargo, la vida de Athina está muy lejos ahora de esos derroteros deportivos. También es una apasionada del ciclismo, algo casi obligatorio en su casa, pero para ella es la terapia que le ayuda a escapar de sus problemas.
En el mes de febrero del año 2019, Athina pasaba su tiempo practicando otro de los deportes que más le gustan, la natación. Un día, al salir de la piscina, sintió que algo no iba bien en su rodilla, ya que notaba un fuerte dolor en la zona posterior de su articulación. Entonces, Athina y su madre Jody, triatleta canadiense, fueron al médico y recibieron una noticia que ninguna de las dos esperaba: ese molesto dolor era fruto de un tumor.
Ahí empezó el calvario de la joven cuya salud iría empeorando cada vez más. Finalmente, tras visitar a varios médicos, se dieron cuenta de que el problema no estaba en la rodilla, si no que era generalizado. Padecía fibromatosis desmoide, una enfermedad de las calificadas como raras y que provoca tumores que van surgiendo por todas las partes del cuerpo. El organismo crea todos estos tumores, que son de tejido cicatricial y que tienden a invadir otros tejidos.
Se trata de una enfermedad que de momento no tiene cura y que solo afecta a unas cinco o seis personas por cada millón de habitantes al año. Por lo tanto, los recursos que se destinan a su investigación son muy limitados y eso provoca que los avances sean casi nulos. Los tumores desmoides son localmente agresivos y pueden causar problemas potencialmente mortales o incluso la muerte cuando invaden órganos vitales.
Con esta situación es con la que ahora conviven tanto Athina como su padre Axel y toda su familia, luchando contra una batalla que es un desafío y que tiene un final funesto. Aquel día en el que conocieron el terrible diagnóstico, fue el peor de sus vidas. Todos saben que la aparición de esos tumores es algo con lo que tendrán que convivir durante el resto de su vida. De momento, ya ha pasado varias veces por el quirófano e incluso se ha sometido a procesos de quimioterapia de más de 80 sesiones para intentar combatir la enfermedad.
Por ahora, el avance de la enfermedad parece haberse estabilizado y los tumores han dejado de crecer, aunque es cuestión de tiempo que vuelva a dar comienzo al proceso. Mientras tanto, Athina y su familia luchan por recaudar fondos que puedan ser destinados a la investigación y también a que cada vez más personas conozcan este terrible proceso.
El apoyo de Axel
Todo el clan de los Merckx está volcado con Athina y con los diferentes proyectos que se han puesto en marcha en los últimos años para intentar recaudar fondos que puedan ser destinados a estudiar más esta enfermedad. Es clave saber de dónde viene, cómo se desarrolla y por qué nace para intentar combatirla en un futuro.
Para ello, la familia de Athina ha puesto en marcha eventos como espectáculos de hípica con los que intentan llegar a cada vez más gente. Además, se han unido también a otras familias que están pasando por estos mismos procesos y a otras asociaciones que luchan contra todo tipo de cánceres, destacando la del polémico exciclista Lance Armstrong.
La persona que más se está volcando con este tipo de proyectos es su padre Axel, quien a través del ciclismo intenta conseguir un imposible: una cura para su hija. Durante estos días se encuentra promocionando la celebración de su propia Gran Fondo, la denominación que reciben las pruebas populares de ciclismo de carretera que generalmente promocionan ciclistas y exciclistas profesionales y que suelen perseguir algún tipo de objetivo benéfico.
Esta prueba se correrá en el mes de julio y constará de 160 kilómetros. Con la edición de este 2022, pretende recaudar cerca de 10.000 dólares que serán donados a la Fundación del Tumor Desmoide de Canadá. La prueba suele disputarse en la ciudad canadiense de Penticton. Sin embargo, en este evento se puede participar también de manera virtual e incluso no hace falta que sea en bicicleta, ya que animan a hacer andando o corriendo la distancia que elijan los participantes, sin tener que ser evidentemente el total. Todo sea por sumar y contribuir a una buena causa. Este tipo de proyectos comenzaron desde que se le diagnosticó la enfermedad a Athina y el reto es poder alcanzar con el tiempo una recaudación total cercana a los 100.000 dólares.
Axel se encuentra al frente de todos estos proyectos, sobre todo los que tienen que ver con el mundo del ciclismo, un mundo que no ha abandonado a pesar de sus problemas familiares. La pasión por la bicicleta corre por las venas de todos los miembros del clan de los Merckx y Axel, que ya fue ciclista profesional, ha encontrado ahí una segunda vida. Por eso dirige su propio equipo, labor que compagina con la ayuda a su hija.
Axel fue ciclista durante la década de los 90 y los 2000 hasta su retirada oficial en el año 2007, cuando militaba en las filas de T-Mobile. Después, pasó a ser propietario y mánager general del conocido equipo de categoría continental Hagens Berman Axeon, labor que ocupa ahora la mayor parte de su tiempo y donde desarrolla a muchas estrellas del ciclismo que después han conseguido brillar en el pelotón internacional.
Por sus manos, en los más de 13 años que ya tiene la escuadra de historia, han pasado corredores como Taylor Phiney, Joe Dombrowski, George Bennett, Jasper Stuyven, Rubén Guerreiro o el ganador del Giro de Italia Tao Geoghegan Hart. El hijo de Eddy Merckx sigue fabricando nuevos talentos mientras sueña con encontrar una salida para su hija Athina.
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