La polémica chicane 'a lo Fórmula 1' para la París-Roubaix que cabrea a Van der Poel: "¿Una broma?"

Surrealista la polémica que se ha formado en las últimas horas en el mundo del ciclismo unos días antes de la disputa de la París-Roubaix. Una de las competiciones más esperadas e importantes de la temporada se celebra este domingo pero lo hará envuelta en medio de unas decisiones que han generado controversia incluso dentro del propio pelotón. 

Y es que la organización accedió a una petición formulada por la Asociación de Ciclistas Profesionales e introdujo una modificación en el recorrido. Se trata de la instalación de una especie de chicane, con dos curvas cerradas, una en cada sentido, al estilo de la Fórmula 1, justo antes de la entrada a uno de los tramos más emblemáticos de la carrera, la Trouée d'Arenberg.

El único objetivo de este elemento es el de frenar la velocidad de los corredores antes de entrar a este tramo adoquinado y así, en teoría, reducir el riesgo de caídas al pasar del asfalto al pavé. Sin embargo, la medida ha generado un gran revuelo y su efectividad ha sido puesta en duda. 

Los vídeos han circulado por las redes sociales y se puede ver cómo los corredores tendrán que tomar un pequeño y estrecho desvío en lugar de entrar rectos a Arenberg. Esto puede hacer que haya igualmente una gran lucha por entrar aquí en los primeros puestos y también que las curvas originen de igual modo diferentes caídas. 

Van der Poel alucina

Esta medida viene condicionada por la petición de la CPA a ASO, la empresa organizadora de la carrera. Los organizadores accedieron de buen grado a esta solicitud que, sobre el papel, viene avalada por los propios ciclistas en busca de aumentar su grado de seguridad.

Sin embargo, parece que no todos están al tanto de estas negociaciones porque el mismísimo campeón del mundo, Mathieu Van der Poel, ha mostrado su malestar a través de las redes sociales. El neerlandés es el gran favorito a llevarse la victoria en este Monumento, pero no entiende el sentido de esta chicane.

Citando a un vídeo en el que se ve este elemento en la carretera, el mensaje del reciente ganador del Tour de Flandes fue corto pero claro: "¿Esto es una broma?", espetó con un emoticono pensativo.

La polémica está ya servida, especialmente porque se presuponía que los propios ciclistas eran los que habían solicitado esta medida para aumentar la seguridad y evitar las caídas, pero esta reacción de Van der Poel viene a dejar claro que hay una brecha.