
Tadej Pogacar saluda a Mathieu Van der Poel en el podio del Mundial 2024. REUTERS
El Mundial pende de un hilo: el conflicto bélico en Ruanda y el último problema deportivo que ponen en jaque al ciclismo
La celebración del Campeonato del Mundo en Kigali siembra cada vez más dudas tras la votación en contra del Parlamento Europeo.
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Un gran revuelo se formó en el mundo del ciclismo al conocer que el Mundial de 2025 se celebraría por primera vez en África. Llevar un evento así a Ruanda propiciaba un escenario casi idílico. Un hecho histórico, un evento que ayudaría a seguir derribando barreras, y todo ello con un tapete de fondo impresionante, seguramente con el recorrido más exigente jamás visto en esta prueba.
Las fechas de esta fiesta estaban claras. Entre el 21 y el 28 de septiembre de este año todos los focos mirarían hacia Ruanda, ese país que suena muy lejano pero que trata de hacerse un hueco a base de su apuesta por el deporte.
Ahora, sin embargo, no está tan claro que este Mundial vaya a ser una realidad. El evento está bajo seria amenaza de suspensión por un conflicto bélico entre Ruanda y la República Democrática del Congo. Tanto alcance tiene este enfrentamiento que recientemente el Parlamento Europeo votó en contra de la celebración de este Campeonato del Mundo.
Las presiones son cada vez mayores y lo peor de todo es que la UCI ha reconocido en palabras de su presidente, David Lappartient, que no hay un plan B para el Mundial. No existe ninguna alternativa estudiada para soportar un giro drástico, algo que abre la posibilidad a un año sin Mundial.
Y por si todo esto fuera poco, lo sucedido esta pasada semana en el Tour de Ruanda alimentó aún más las dudas. Esta ronda ciclista se convirtió en un banco de pruebas para el Mundial y resultó fallida, con la cancelación de la última etapa en medio de una gran polémica.
El Parlamento Europeo vota en contra
La iniquietud estalló cuando el pasado 20 de febrero el Parlamento Europeo votó mayoritariamente en contra de la celebración del Mundial de Ruanda. La votación fue clara. 443 votos a favor de la cancelación de la prueba, tan sólo 4 en contra y 48 abstenciones.
La razón de esta votación radica en un conflicto que se recrudece a cada día que pasa en una zona fronteriza entre Ruanda y la República Democrática del Congo. Allí se libra una lucha por el control de Goma, la principal ciudad de la región de Kivu, un territorio rico en minerales como el coltán o el cobalto, materiales necesarios para la fabricación de dispositivos móviles. Oro o estaño también se extraen de esas minas. Una fuente de riqueza para quien ostente ese lugar.

Pogacar, tras ganar el oro en el Mundial. REUTERS
Allí la milicia M23, un grupo que está formado por miembros de la etnia tutsi, que fue avasallada por el genocidio de finales del siglo pasado, está provocando el caos. Se habla de cerca de 7.000 muertos hasta la fecha y hasta 700.000 personas desplazadas a la fuerza. Una barbarie humanitaria que parece no tener fin.
La República Democrática del Congo, a quien pertenece la ciudad de Goma, afirma que la milicia M23 cuenta con el apoyo de Ruanda. Dice que opera con tecnología militar ruandesa, y Naciones Unidas también afirmó el año pasado que cerca de 4.000 soldados del Ejército ruandés combatían junto al M23.
Por eso, el Parlamento Europeo ha votado a favor de suspender el memorándum de entendimiento sobre las cadenas de valor de materias primas sostenibles con Ruanda, y en esa votación también entraba la cancelación del Mundial.
No en vano, tanto la UCI, parte implicada en la organización del Mundial de ciclismo, como Golazo, la empresa que realiza la gestión deportiva del evento, tienen su sede en Europa por mucho que la cita se vaya a celebrar en Kigali.
Polémica también deportiva
Pese a todo este embrollo, en estos últimos días se ha podido disputar el Tour de Ruanda. La carrera, no obstante, ha estado llena de polémica desde el primer día hasta el último.
Algunos equipos como el Soudal - Quick Step desestimaron la opción de disputar esta carrera al no estar garantizada la seguridad de todo su personal. Y por si fuera poco, el último día del Tour de Ruanda estuvo marcado por la cancelación de la etapa final de una manera poco ortodoxa.
Esta última etapa se tomó precisamente como un banco de pruebas perfecto para el Mundial. El transcurso de la carrera por Kigali, donde se celebrará el Mundial, servía para testear el circuito. La prueba resultó un fracaso.

Tadej Pogacar, en el momento de entrar en meta en el Mundial. REUTERS
La aparición de la lluvia convirtió la carretera en una pista de patinaje y algunos corredores, especialmente el que iba líder de la carrera, encabezaron una especie de motín para cancelar la última etapa. Más madera en un corto periodo de tiempo para un Mundial que cada vez tiene peor pinta.
El presidente de la UCI, David Lappartient, estuvo siguiendo en primera persona este Tour de Ruanda. Él también quería ver de primera mano cómo estaba la situación para volver allí dentro de seis meses.
Preguntado por la votación en contra del Parlamento Europeo, fue tajante. No existe alternativa para celebrar el Mundial en otro lugar que no sea Ruanda.
"La UCI celebra su 125 aniversario y decidimos ir a África. Ese era mi sueño, mi objetivo cuando me eligieron presidente de la UCI, y estoy orgulloso de decir que aquí estamos", dijo el mandatario.
Su intención es inamovible, pero tendrá que esperar al devenir de los acontecimientos y la evolución del conflicto bélico que se libra no muy lejos de Kigali. Mientras tanto, el Mundial que tanta expectación había levantado, con un recorrido de cerca de 5.500 metros de desnivel acumulado y con la casi segura presencia de Tadej Pogacar para defender el arcoíris, sigue en el aire.