El día de su debut en Liga, el 23 de agosto, el Real Madrid empató a cero en el Molinón y su entrenador, en rueda de prensa, replicó a un periodista: “Empatamos a cero y la gente dice que somos defensivos. Si vemos la estadística, somos el equipo que más ha tirado a puerta esta jornada. Si hacerlo significa ser defensivo, es que me he perdido algo tras estar en el extranjero”.
El Real Madrid es uno de los tres únicos equipos europeos de las grandes Ligas (junto a Bayern de Múnich y PSG) que no conocen la derrota esta temporada. Sin embargo, cada encuentro del técnico blanco con el periodismo parece destinado al choque. No hay tregua para el banquillo más codiciado del planeta, que puede presumir de su imbatibilidad, de no haber ido nunca por debajo en el marcador, de ser el máximo goleador en Liga (24 tantos), el equipo menos goleado (4) y de no haber recibido tantos en Champions. La última (y única) vez que el Real Madrid encajó solo 4 goles en las 10 primeras jornadas de Liga fue en la temporada 1961-62, a las órdenes de Miguel Muñoz, y terminó siendo campeón.
El equipo, además, ha jugado sistemáticamente diezmado por las lesiones de titulares indiscutibles (Ramos, James, Benzema, Modric, Bale o Carvajal). Benítez, el entrenador obsesionado por las rotaciones para que los equipos lleguen frescos al tramo decisivo de la temporada, se ha visto obligado a utilizar ya todo su banquillo en septiembre y octubre. Ningún otro club ha llegado a utilizar 20 jugadores hasta esta fecha en España.El sábado, contra Las Palmas, el equipo acabó con seis canteranos sobre el terreno de juego: Llorente, Lucas, Casilla, Nacho, Casemiro y Mayoral. La promoción de la otrora olvidada academia merengue es el otro gran logro del técnico madridista, que hace diez días estuvo cerca de ganar en casa del poderoso PSG con una alineación prácticamente experimental en la que fueron titulares Casemiro, Jesé o Lucas Vázquez y entró de refresco Cheryshev.
Un líder sin gloria
¿Qué se le reprocha al Madrid? Fundamentalmente, su escasa vistosidad y la ausencia, todavía, de 90 minutos perfectos. Las segundas partes se le están haciendo largas al Bernabéu. Es, ante todo, un bloque consistente, un equipo donde todos (menos Cristiano) se vacían en el trabajo defensivo y que emite señales de auténtica compenetración en una fase todavía temprana del calendario: puede cambiar dos o tres veces de esquema a lo largo de un partido, sin deshacerse, siempre por órdenes del obsesivo Benítez desde la banda.
El balance es contundente, pero al equipo le falta regularidad durante los encuentros: a sus excelentes primeras partes en escenarios exigentes como Bilbao, París, Vigo o el Calderón les siguieron repliegues prudentes, ‘resultadistas’, admisibles por las aficiones de la gran mayoría de clubes del mundo, pero no en la casa blanca. También ante Las Palmas, aunque con un resultado cómodo, mostró sus dos caras el Madrid: “El inicio fue sensacional”, admitió Benítez después, “pero nos faltó darle continuidad” .
Más remates y menos goles encajados
En su primera temporada, el técnico madrileño lleva dos puntos menos que Mourinho y dos más que el de Ancelotti tras diez jornadas. Sin embargo, su equipo remata a puerta más que ambos y también recibe menos goles (ver gráfico) que ambos. La relativa falta de brillo no preocupa a Benítez, en especial teniendo en cuenta las numerosas bajas. La construcción del bloque, como suele insistir, es lo primero. Secundario (y quizá aún más complicado) será hallar un balance razonable entre los deseos de una afición hiperexigente y los suyos propios, que pasan fundamentalmente por llegar a marzo con un equipo invencible y evitar la decepción del año pasado. Mientras algunos confidenciales deslizan que ‘Rafa’ no era ni el primer ni el segundo candidato de Florentino Pérez para sustituir a Ancelotti, el entrenador ha sido ya cuestionado por su trato con los jugadores, su perfil presuntamente defensivo y la relación con el polémico cuerpo médico de la primera plantilla.
“Imbecilidades” de la prensa
A Benítez, por momentos, le falta la paciencia. “Qué imbecilidad decir que le prohíbo la cerveza a Sergio Ramos”, soltó hace unos días el técnico madridista en Radio Nacional. Benítez se dirige a la prensa sin remilgos: frases como “hay gente a la que no le interesa que el Madrid esté ahí arriba”, por ejemplo, o acusaciones de "desestabilización" e “inventos”. “Entiendo que ahora hay muchos medios de comunicación y hay que dar noticias continuamente, aumentarlas y que parezcan más grandes, pero me sorprende que se haga un debate permanente de una decisión técnica”, analizó en una rueda de prensa. “Hay mucha exigencia a muchos niveles y me sorprende que, yendo todo tan bien, parezca que no van tan bien. Debo estar tranquilo y seguir trabajando”.
En el deporte sólo el tiempo y los triunfos callan bocas. Cada día que pasa está más cerca el Madrid de poder sumar a los James, Benzema, Bale o Carvajal al bloque para alcanzar por fin ese punto de calidad que le permita congraciarse con una afición todavía sospechosa de un técnico que arrastra fama de defensivo desde su época en el Valencia. Su gran descubrimiento este año, Casemiro, es una encarnación inmejorable de sus prioridades: orden, trabajo, equilibrio defensivo y sencillez en ataque. Sin embargo, ningún equipo en España (ni en Inglaterra, ni en Italia) mete más goles ni remata más veces a puerta que su Real Madrid. Ha ganado en Bilbao, donde perdió el Madrid su liderato el año pasado; en Vigo, donde el Celta pasó por encima del Barcelona; y pudo ganar, aunque empató, en el Vicente Calderón, allí donde el Madrid fue zarandeado el año pasado y había perdido tres de sus últimos cuatro partidos. El martes contra el PSG puede dar en casa el primer gran golpe de la temporada. Es probable que le lluevan críticas excesivas, como se queja en privado, pero él mismo suele repetir el mantra de su presidente, Florentino Pérez: “El Real Madrid es un club único”.