El presidente y el ex presidente del Fútbol Club Barcelona, Josep María Bartomeu y Sandro Rosell, podrían acabar en prisión si finalmente son juzgados y condenados por las irregularidades en el contrato del jugador Neymar da Silva. Rosell lo tiene más complicado que el actual cabeza del club. En la primera causa, que ya está pendiente de celebración de juicio, se enfrenta a siete años y medio. A esta pena solicitada por la Fiscalía hay que sumar la nueva imputación por una presunta estafa al fondo de inversión brasileño DIS.
En esta segunda causa, por la que este lunes ambos acudieron a declarar ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, están investigados por dos delitos: corrupción entre particulares y estafa en la modalidad de contrato simulado. Por el primero de los delitos se enfrentan a penas que oscilan entre seis meses hasta cuatro años de cárcel, mientras que por el segundo la pena que acarrea es de uno a cuatro años de cárcel.
En el peor escenario, Rosell podría acabar 15 años y medio en la cárcel por simular que conseguir que Neymar jugase en el Fútbol Club Barcelona le había costado al equipo 17 millones de euros cuando en realidad había supuesto a las arcas del club 87 millones de euros. En el caso de Bartomeu, el engaño en el contrato podría llevarle en el peor de los casos algo más de diez años de prisión.
En la primera causa, el entonces juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz lo cerró considerando que había suficientes indicios de delito para sentar a los directivos en el banquillo de los acusados. Finalmente, éstos consiguieron sacar el asunto de la Audiencia Nacional y enviarlo a un juzgado de Barcelona, que tiene acordar la apertura de juicio oral.
En este primer asunto, la Fiscalía considera que el Barça enmascaró la contratación de Neymar en una tela de araña de contratos con el objetivo de ocultar su coste real, que cifra en 83,3 millones sin contar los impuestos que se dejaron de pagar, y con la intención de defraudar a Hacienda. Por eso, la Fiscalía también exige multas de 25,15 millones de euros y 3,83 millones de euros para Rosell y Bartomeu, respectivamente. Esta cantidad asciende a 22,2 millones de euros en el caso del propio Barcelona, quien también está imputado por los tres delitos fiscales como persona jurídica.
No se salvan de la Audiencia Nacional
Una vez que consiguieron apartar el caso del foco de la Audiencia Nacional el fondo de inversión DIS presentó una nueva querella contra el club, su presidente, su ex presidente, el propio jugador y los padres de éste, que el juez José de la Mata, con el informe favorable de la Fiscalía, admitió a trámite.
Ambos acudieron este lunes en calidad de investigados pero se negaron a declarar ante el juez y el fiscal por una supuesta estafa en el fichaje de Neymar. Según fuentes presentes en el interrogatorio, ambos se ratificaron en las declaraciones en su día realizadas ante el juez Pablo Ruz sobre esta cuestión. Sin embargo, la causa abierta por De la Mata difiere de la que en su día abrió su antecesor en el Juzgado.
Mientras que ahora se les investiga por una presunta estafa al fondo de inversión brasileño DIS, que poseía el 40% de los derechos federativos del jugador, Ruz les investigó por declarar a Hacienda que el fichaje del jugador había costado menos de lo que realmente supuso. El delantero y sus padres declaran el martes, también en calidad de investigados.
Estafa a un fondo brasileño
De la Mata quiere conocer si los directivos del club estafaron al fondo de inversión al impedirle cobrar lo que le correspondía al mentir con las cifras del traspaso. El magistrado admitió a trámite una querella de la empresa brasileña DIS, en la que se denuncia que el Barça, el Santos -anterior equipo de Neymar- y todos los implicados en el fichaje le estafaron al impedirle cobrar su verdadera porción del traspaso millonario, al mentir en las cifras verdaderas. El Barça aseguró que el fichaje le costó en principio unos 17 millones de euros, una cifra que no refleja la realidad, dado que tras la primera investigación abierta en la Audiencia Nacional se descubrió que el precio real del fichaje fue de 83 millones de euros.
El magistrado les imputa por ello los supuestos delitos de estafa y de corrupción entre particulares. En la causa iniciada en su día por Ruz, se concluyó de manera indiciaria que Rosell y Bartomeu escondieron las cifras reales del traspaso en una maraña de contratos con el objetivo de ocultar el coste real y defraudar así a Hacienda los impuestos correspondientes. Esta causa debe ser juzgada en Barcelona, después de que la Audiencia Nacional confirmara que este órgano judicial no era el competente para investigarlo.
Bartomeu y Rosell ya fueron imputados en su día por Ruz y citados a declarar. Por esa razón se niegan ahora a responder a las preguntas de De la Mata y del fiscal, aunque el objeto de la investigación no sea el mismo. En esta nueva causa, el objeto se centra en la estafa a DIS. En su día, el actual presidente del club sostuvo ante Ruz que Rosell fue el máximo responsable de la negociación de los siete contratos en los que se dividió el fichaje del delantero brasileño y mantuvo que él no tomó la decisión de imputar los pagos a un ejercicio fiscal o a otro.
En su su declaración en febrero del pasado año en la Audiencia Nacional, cuando llegó a la presidente del club, en enero de 2014, ordenó a los responsables de la fiscalidad de la entidad que trabajaran con “riesgo cero”.