"Pues claro que es normal que la gente no quiera al Barcelona aquí, en el Bernabéu. Y si preguntas a los de Barcelona (en el caso contrario) te van a decir lo mismo". A Zinedine Zidane se le escapa el sentido común por los poros. Ese sentido tan poco común en el mundo del fútbol y que en la eterna pelea por la sede de la final de Copa apunta este 2016 directamente al Vicente Calderón.
Que el Real Madrid va a hacer todo lo posible para que el Santiago Bernabéu no vea, previsiblemente, al conjunto de Luis Enrique levantar un título es más que evidente. Que el Sevilla no se va a dejar llevar al Camp Nou como ya le sucedió al Athletic Club la pasada temporada. Emery lo dejó bastante claro tras superar al Celta: "A nosotros no nos la cuelan, antes nos vamos a jugar a China".
Entonces, el eterno dilema, más la posibilidad de que la fecha prevista, el 21 de mayo, sábado, tenga que modificarse en caso de que el Sevilla alcance la final de la Europa League (en ese caso se jugaría el domingo 22), señala directamente a los candidatos de siempre: Mestalla y el Vicente Calderón.
La diferencia de aforo entre el estadio ché (55.000) y el del Atlético de Madrid (54.907) no es ni significativa. Lo que marca la diferencia es que la entidad que preside Enrique Cerezo ya habría ofrecido a la RFEF el Vicente Calderón para convertirse en sede de la final copera. Una opción viable en lo que se refiere al transporte de aficionados desde Sevilla y Barcelona, por aforo y por conformidad con el club que aporta el estadio, aunque desde Can Barça siempre, absolutamente siempre prefieran el Bernabéu.
Y todo eso sin hablar ni del himno ni del Rey. La Copa, a lo suyo.