En la Rue de Fort, en Charleroi, la policía belga no encontró ni armas ni explosivos, pero sí las huellas dactilares de Abdelhamid Abaaoud y Bilal Hadfi, dos de los terroristas que participaron en los atentados de París el pasado 13 de noviembre. La casa fue alquilada por Khalid El Bakraoui, el terrorista que hizo detonar la bomba del metro de Bruselas la pasada semana. La vivienda, en cambio, fue alquilada con otro nombre, el de Ibrahim Maaroufi.
Nacido en Bruselas en 1989, Ibrahim Maaroufi ha recorrido medio mundo. Criado en las categorías inferiores del Anderlecht también pasó por las filas del PSV Eindhoven, aunque fue en Italia donde acarició la gloria. A las órdenes de Roberto Mancini, debutó con el Inter de Milán el 25 de octubre de 2006 en un encuentro de la serie A contra el Livorno. Desde entonces: Twente, Vicenza, Bellinzona, Maastrich, Casablanca, Teheran, Fez...
Un recorrido deportivo con un punto y aparte, pues ahora mismo no parece tener equipo. Sin embargo, su nombre aparecerá en los medios más que cuando jugaba de mediocentro defensivo o cuando decidió, después de jugar en las categorías inferiores de la selección bel, nacionalizarse marroquí, para quien ha jugado desde 2007.
Ibrahim Maaroufi será conocido ahora por servir de coartada a los terroristas que convulsionaron Bruselas y provocaron 35 muertos el pasado 22 de marzo.
Según informaciones de diversos medios, Khalid El Bakraoui, el terrorista que se inmoló en la estación de metro de Maelbeck, habría pasado por Italia a finales de julio de 2015 antes de pasar por Atenas. Poco más de un mes más tarde, el 3 de septiembre, según una nota de la Fiscalía belga, ya se encontraría en Bélgica para alquilar el apartamento de Charleroi que sirvió de piso franco a los terroristas de París y del propio atentado de Bruselas.
Según informa TuttoSport, Maaroufi, habría firmado el pasado 1 de diciembre de 2015 con el FC Schaerbeek, precisamente el equipo del barrio donde residían los hermanos de El Bakraoui.