Dejando a un recién ascendido decimotercero y tras pisar Wembley para disputar unas semifinales de Copa, Quique Sánchez-Flores hace sus maletas para dejar el Watford. Una decisión sorprendente ya que según cuenta Geoff Doyle, de la BBC, Quique “quería quedarse, pero los dueños ya tenían la decisión tomada”. Hablamos con el técnico español para aclarar qué ha pasado y analizamos los porqués de una decisión criticada fuera del club, pero no tanto por su afición.
El adiós en palabras de Quique
El teléfono de Quique Sánchez-Flores no habrá dejado de sonar estos días. Él, sin perder un ápice de su amabilidad, reconocía a El Español que “no es momento de dar muchas explicaciones” porque todavía le queda un partido al cargo de los ‘hornets’, pero promete sentarse a hablar “más adelante”. Lo que sí nos aclaró el preparador madrileño es cómo se dio esta ruptura:
“Cuando llegué [junio 2015] pusimos en el contrato una cláusula de posible liberación tras los primeros doce meses. El pasado jueves [día 12 de mayo] nos reunimos con los dirigentes del club para evaluar este año. Escuché la versión que tenían sobre la temporada que hemos realizado y vi que no coincidía con mi punto de vista, lo valorábamos de maneras muy distintas. Viendo cómo discrepábamos, decidí comunicarles que no entraría a conversar los términos de la próxima temporada, ya que decidí atenerme a la cláusula que, por lo tanto, me hacía libre. Mi decisión era marcharme”.
Midiendo cada palabra, Quique nos confirma que el club no veía con tan buenos ojos una temporada sin sufrir y llegando a semifinales de Copa. Eso, sumado a los constantes rumores acerca del interés del club por Walter Mazzarri, hacen lógica la salida del español.
¿Qué explicación tiene este adiós?
Quique Sánchez Flores ha marcado un nuevo récord en el Watford, 12 victorias en Premier League (el anterior registro eran seis). Por primera vez en la historia de la institución logra la permanencia en Premier, pero las sensaciones en 2016 eran malas (15 de los últimos 57 puntos posibles). Geff Doyle (BBC) lo define así: “Lo hizo tan bien en sus primeros cinco meses que las expectativas se dispararon. En las últimas semanas la mala selección de los onces y la falta de actitud han pesado mucho. Los aficionados le tienen mucho cariño, pero la mayoría está de acuerdo con la salida”. El que fuera elegido Mejor Entrenador de la Premier en diciembre con el equipo en novena posición no ha podido mantenerse, pero sí aseguró el objetivo y se dio una alegría en la FA Cup.
Aunque parece lógico que Quique haya optado por salir antes que quedarse en un cargo sin el respaldo total de los dueños de la entidad, la familia Pozzo, todas las fuentes confirman que el español quería quedarse. De hecho, en la rueda de prensa de su despedida le preguntaron por el puesto de entrenador del Leeds (decimotercero en segunda) y sorprendió a los periodistas: “No descarto nada. Estaría feliz de quedarme en Inglaterra, pero ya habrá tiempo de valorar todo”.
Lo que para muchos ha sido una “falta de Plan B” y una “mala selección de los jugadores”, estalló tras la derrota 4-2 contra el Norwich cuando la actitud de Quique en las declaraciones tras el partido no fue del agrado de la hinchada. El español reconocía la falta de concentración y restaba importancia a la imagen mostrada por estar ya salvados sin sufrir.
Los Pozzo atacan de nuevo
La familia Pozzo tiene un ‘modus operandi’ con el Watford y esto no debería sorprender. Quique ha sido el séptimo entrenador en cuatro años. En uno de los muchos encuentros con el madrileño a lo largo de este año nos contó como se produjo su llegada: “Antes de firmar vine a ver cinco o seis partidos del equipo. Todavía no había conocido las instalaciones, pero me resultó decisivo ver que era un grupo con alma”. El Watford, que ascendió de la mano de Slavisa Jokanovic en la penúltima jornada, tenía a su futuro técnico como espectador. Una estrategia atípica que el propio Jokanovic explicó a Sky Sports: “Quería quedarme, pero no era el deseo del club. Hubo un primer contacto, pero nada más. Sentí que me ofrecían la mitad del sueldo que al técnico peor pagado de la Premier”. Mientras fuentes cercanas al club hicieron extender el rumor de que el serbio había pedido un salario de 2,5 millones de libras anuales y el club le ofrecía uno, lo que Jokanovic calificó como “falso”.
Esta vez ha sido con Quique Sánchez-Flores, diciéndole que la temporada no había sido tan positiva mientras que resuena desde hace semanas el nombre de Walter Mazzarri, una información que va tomando cuerpo. Quién sabe si ya ha presenciado al Watford en directo o si no está todo apalabrado.
Cómo ha evolucionado Quique en la Premier según él
Muchas han sido las conversaciones con el técnico este año y aquí rescatamos varias frases decisivas para entender cómo le ha cambiado la Premier y cómo puede afrontar el futuro. Inglaterra le ha dejado huella: “Esto es otra cosa. El ambiente, el respeto, el tratamiento informativo… Es una experiencia que merece la pena disfrutar. En España todo eso se hace de forma más dramática”. El mayor problema de cara a un regreso es que su carácter vuelva a chocar con las decisiones de los directores deportivos (se marchó de Getafe en 2015 por una venta sin su permiso): “Claro que no quiero mandar en el club, ni anhelo repercusión, no quiero quitar protagonismo al presidente, al director deportivo o a los jugadores, sólo quiero que mi parcela se tenga en cuenta. En Inglaterra eso es distinto, el entrenador está envuelto en la decisiones”.
Sin duda, el curso de Quique Sánchez-Flores le abre muchas puertas, él por su parte dejó en noviembre una declaración muy interesante de cara a empezar una nueva etapa: “El momento más bonito es cuando llegas a un vestuario nuevo y te tienes que dar a conocer y ganarte a los jugadores a base de conocimientos. ¿Si estoy más cómodo en un modesto? No, por un lado he recuperado un montón de sintonía con mi trabajo en un club más familiar porque cuando la presión aumenta tu nivel de felicidad cambia, aunque cumplas los objetivos, disfrutas menos. Antes me centraba en la ambición y descuidé la otra parte de mi vida que no es el fútbol y que me equilibra y me hace ser mejor y eso lo he recuperado. En cuanto a lo de modesto es relativo, si mañana estoy en un grande iré a por la Champions, la clave es ir aceptando nuevos y mejores retos”.
Quique va con unas características definidas, pero no cree en grandes revoluciones: “Antes me centraba en la organización y ahora es cierto que, partiendo de esa organización, apuesto por un fútbol más ofensivo. Ahora bien, no puedes llegar y romper códigos, se debe respetar lo bueno trabajado antes e ir añadiendo poco a poco. El estilo te lo marcarán los jugadores. ¿Dónde estoy? ¿Barcelona, Múnich, Watford, Lisboa? ¿Qué jugadores tengo? Mi misión es encontrar el estilo que saque el máximo de mis jugadores adaptándome a sus características. Si el club me permite firmar a Agüero, Hazard, Silva, Cazorla… jugaré a otra cosa, pero todo debe ser progresivo, la clave es que el jugador gane en confianza para que sea capaz de hacer lo que le pides”.