El Barcelona ha confirmado el fichaje de Samuel Umtiti, central de 22 años nacionalizado francés pero nacido en Camerún que proviene del Lyon. Los 25 millones, cifra que ha confirmado Bartomeu, son un precio razonable viendo cómo todos los grandes de la Premier están a la caza de centrales y sabiendo que el club francés es un duro negociador, que el central ha demostrado su validez y, sobre todo, que los centrales zurdos de nivel escasean en el fútbol actual.

Con esta incorporación el Barcelona se ha asegurado el recambio de un Javier Mascherano, que ha amagado con salir este verano y de paso le da tiempo a Umtiti de ir aclimatándose a la que debe ser su casa los próximos años. Firmará hasta 2021 tras una Eurocopa en la que disputó con Francia a la final. Fue convocado por Didier Deschamps por la cantidad de bajas atrás y se asentó en su debut con la absoluta jugando de titular los cuartos de final, las semis y la final.

Samuel Umtiti es uno de los nombres con más proyección y, sobre todo, de los jóvenes con más experiencia en una gran liga. Todavía tiene defectos por pulir pero estamos hablando de un central fuerte, muy valiente en sus entradas, bastante seguro cuando le obligan a ayudar en banda y brillante corrigiendo con muchos metros a su espalda. Ha dado un salto mental en los últimos años mejorando sus dotes de mando y su concentración.

Además, posee criterio y tranquilidad con el balón aunque no es demasiado creativo con él. Aunque tenga que minimizar defectos, Umtiti tiene un estilo que encaja en una plaza tan definida y exigente como Barcelona, ya está acostumbrado al 4-3-3 (además con una disposición con paralelismos a la del Barça) y además refuerza una posición muy necesitada en la plantilla blaugrana.



Madurez en una plaza difícil



El Lyon que aterraba Francia, maniataba al Real Madrid y lo intentaba en Europa acabó desapareciendo. Desde entonces esa plaza estaba llena de dudas y decepciones. El club confió en su prolífica cantera y con el tiempo fueron saliendo los Lacazette, Gonalons, Tolisso y, por supuesto, Umtiti. Esta última temporada hemos asistido a un vacío de poder y un primer semestre muy malo en el Lyon, un contexto que el cambio de entrenador y el liderazgo que fue adquiriendo Umtiti acabaron enderezando el rumbo llevando a un club con muchas promesas pero muy imperfecto al subcampeonato francés.

La progresión de Umtiti en líder ha hecho mejor a su equipo y a él mismo. Ha mejorado los fallos de concentración en salida, ha corregido sus constantes regalos en forma de faltas precipitadas y ha dotado a su físico de una mejor lectura del juego. Siempre ha ganado duelos por su fortaleza pero ahora también lo hace por lectura.

Este año ha mejorado su posicionamiento en el campo y toda esa agresividad en las entradas y anticipaciones tiene más sentido. Su impacto en el Barcelona se empezará notando con el dominio del juego aéreo, donde ni Mascherano ni sus laterales brillan, pero a medida que coja confianza irá a más.

Es difícil predecir como será su adaptación pero en lo futbolístico su estilo encaja. Comodidad con el balón, no se pone nervioso y es frecuente verle incluso recortar y salir cuando no ve línea de pase fácil. Defensivamente Umtiti destaca con una buena lectura de juego en el corte y las coberturas laterales.

Pese a no ser un central de mucha altura (1,81) físicamente es un portento, tiene una enorme zancada que le hace cubrir muchos metros y tapar las espaldas de los laterales de manera autoritaria. Rápido, valiente y físicamente poderoso que sigue mejorando. Su Eurocopa es buena prueba de ella.

Adaptación y tareas pendientes



La adaptación marca este tipo de fichajes. Umtiti llegó al Lyon con ocho años y esta será su primera aventura fuera, además viene de ser fijo en el eje de la zaga y en Barcelona tendrá que aprovechar oportunidades esporádicas. Cómo se adapte a estos condicionantes es clave para que su importancia vaya a más y sea capaz de jugar y mejorar aspectos que todavía pesan en su juego.



Ese liderazgo que ha tenido que asumir en una defensa de un nivel mediocre en Lyon le ha hecho mejorar a nivel futbolístico y mental, aunque quedan tareas pendientes para seguir progresando. Umtiti está muy concentrado siempre para poder anticiparse incluso saliendo de su zona. Muchas veces esos pasos que se adelanta esperando la acción trastocan a toda la defensa. En ocasiones ese exceso de ímpetu le hace medir mal, y concede varios metros por los que se pueden colar los rivales y escalonar la defensa rompiendo el fuera de juego.

Otro aspecto en el que todavía flaquea el joven es el marcaje, donde le cuesta seguir a las referencias rivales que destacan por movimientos sin balón. Además, esa potencia que tiene con sus entradas cuando va al suelo le hacen abusar de ese recurso, aunque cada vez es menos impaciente, debe conceder menos faltas y aprender a ser más paciente antes de lanzarse al suelo. En todo caso son defectos de ímpetu y posicionamiento que cualquier central va corrigiendo a base de partidos y experiencia.



Un perfil difícil de encontrar



Samuel Umtiti es un central zurdo que juega por izquierda y que, ocasionalmente, puede participar como lateral izquierdo. En la actualidad apenas se ven centrales zurdos en la élite (Chiellini y Vertonghen son de los pocos que han rendido bien esta temporada), de hecho lo normal es que sean defensas diestros los que juegan en el costado izquierdo en casi todos los grandes, incluidos Real Madrid y Barcelona. Con esta operación, el Barcelona se asegura a uno de los jóvenes más prometedores en un perfil muy escaso en un año en el que la Premier está desesperada por fichar judadores con esa demarcación (el United acaba de pagar 40 millones por Bailly, del Villarreal).



El Barcelona ha hecho un buen fichaje, Umtiti no es una estrella pero es un proyecto muy interesante con presente y mucho futuro. A un precio razonable teniendo en cuenta la escasez de centrales zurdos. Como cualquier incorporación puede salir mejor o peor, pero Samuel Umtiti es una buena apuesta para este Barcelona.

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