Comienza una nueva etapa. El año no arranca en enero sino en septiembre. Los cambios, en el fútbol, empiezan cuando el verano va llegando a su fin. Y el noveno mes del año llega con una nueva Selección, renovada y casi revolucionada. Nuevas caras para un equipo que pretende reinventarse, demostrar que también se puede ganar con otro entrenador, con una nueva generación que se mezcla con la vieja y con un estilo que va más allá de lo que otros años fue una única opción. En definitiva, una nueva España salta al campo. Y será lejos, en Bélgica (20:45 horas).
Tras los ocho años de Del Bosque, los cuatro primeros de éxitos y los cuatro siguientes de fiascos, marcados por un estilo muy definido, casi inamovible y fácilmente identificable, la Selección inicia una nueva era con cambios considerables, que no serán radicales pero que sí aportaran algo diferente, aire fresco a un equipo que necesita renovación. De nombres ya la ha habido, con una revolución mayor de la esperada, y ahora falta saber la de juego.
El nuevo seleccionador no es que haya empezado de forma tímida. En su primera lista 'regaló' una revolución en todas las líneas que lleva a pensar que se podrá ver algo diferente con él al frente. España seguirá jugando, porque sigue teniendo jugadores para ello, a lo de los últimos años, es decir, al toque, dominio de posesión y del centro del campo... pero se espera una reinvención de ese estilo. El propio Lopetegui ya ha dejado algunas ideas que mostrarían algo diferente.
Una de las señas de identidad será la de "manejar los partidos según vengan los partidos". Esto, lógicamente, lo firma cualquiera. Pero en los últimos años era siempre España la que se mantenía fija en una idea, siendo los demás los que cambiaban. En los años de apogeo (2008-2012) eso valió, pero a partir de ahí los rivales supieron contrarrestar las armas que presentaba Del Bosque. El último ejemplo, la Italia de Conte que ahogó a España en la Eurocopa. Ese es uno de los grandes cambios a los que se enfrenta Lopetegui.
"Vamos a presionar, vamos a buscar las segundas jugadas", explicaba Lopetegui. "Y estaremos cómodos con el balón". Traducido al castellano, se seguirá jugando a lo que se venía jugando, pero con más alternativas. No se centrará todo en la infinita posesión, en llegar al área rival tocando dos minutos el balón, en buscar el disparo desde casi la misma línea de gol. El cambio pasa por buscar aquello que se necesita para mantener el nivel: además del juego del tiki-taka, el gol también se puede buscar con disparos desde fuera del área, con más juego por bandas (Lucas Vázquez, Nolito, Vitolo...) con el tradicional delantero centro, un 9 puro (Morata, Diego Costa). Nuevas alternativas al estilo ya adaptado en la Selección desde hace una década.
Eso conllevará que el combinado nacional no se fundamente tanto en el Barça como antes. No significa esto que se diluya la importancia del club catalán. Es sencillamente que su dominio en todos los ámbitos ya no será tan abismal. Ni se jugará al 100% como se hace en Barcelona ni sus jugadores coparán el equipo. Seguirá habiendo gran presencia de culés (teóricos titulares serán Jordi Alba, Busquets o Piqué) pero su relevancia pasa a mínimos desde 2006. Adiós, presumiblemente, al falso 9, una invención de Guardiola que exportó Del Bosque hasta sus últimas consecuencias con Cesc de protagonista. Adiós también al 90% de posesión. Adiós al toque abusivo en el centro del campo. Adiós, en definitiva, a los rasgos que, eso sí, hicieron campeón al Barcelona y a España en los primeros años de la presente década. Hay 'jugones' más allá de La Masía: Marco Asensio, Lucas Vázquez o Saúl Ñíguez.
Bélgica, el nuevo proyecto de Roberto Martínez
Lo único que se sabe hasta el momento seguro en la España de Lopetegui es que De Gea será titular. Se entiende que en los partidos oficiales y también en los amistosos. Pero tal medida provoca que sus dos acompañantes en las convocatorias queden poco menos que como figurantes. El partido en el Estadio Rey Balduino de Bruselas, que se debió jugar en noviembre pero se suspendió por los atentados de París, será la primera toma de contacto de la nueva hornada.
Para juzgar todos los cambios, una selección que también está de estreno, la Bélgica de Roberto Martínez y Thierry Henry. El técnico español, criado técnicamente en Inglaterra, también sonó como sustituto de Del Bosque y sorprendentemente acabó en Bélgica. Precisamente esta selección es la que más se podría asemejar a la España de los últimos años, con un fútbol combinativo llevado por jugadores de gran nivel. Pero a los belgas les ha faltado siempre juntar las piezas, incapaces de convertir individualidades en equipo. Pero los nombres, vistos de primera, asustan: Courtois, Alderweireld, Vertonghen, Defour, Witsel, De Bruyne, Carrasco, Hazard, Origi, Lukaku...
Arranca la era Lopetegui. Y desde el primer día buscará el más difícil: superar a su predecesor. Desde Vicente Miera (1990 a 1992) todos los seleccionadores mejoran lo que había. Del Bosque dejó el dato con un 76% de victorias, porcentaje difícil de superar en el actual marco del fútbol. Lo que le viene ya a Julen es Bélgica y evitar pasar a la historia como el primer técnico desde 1988 que pierde en su debut. El último en arrancar con mal pie fue Luis Suárez en ese año ante Yugoslavia y desde entonces todos o empatan o ganan. El partido, eso sí, es amistoso y como todos los amistosos sirve más para probar que para otra cosa. Y más si es un debut, en ambos banquillos. El primero oficial será el fácil compromiso ante Liechtenstein el lunes en León, ya de la fase de clasificación al Mundial 2018. En Bruselas, 'La Roja' comienza la reinvención. Y todo con el mismo objetivo: hacer buenos papeles en Mundial y Eurocopa. Y de una manera distinta.