En un último día de mercado de fichajes frenético, Mario Balotelli aterrizó 'in extremis' en Niza, un club histórico en Francia pero que sólo le quita el polvo en las vitrinas a las únicas cuatros ligas que consiguió en sus gloriosos años 50. No parece el destino idílico para un delantero que aspiró a golear en Inter, Milan, Manchester City y Liverpool, pero es el único lugar donde ha encontrado acomodo.
Algunos medios franceses se atreven incluso a hablar de caridad. Porque el díscolo ariete ha agotado el crédito allá donde ha ido y su salida de Anfield se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para Klopp este verano. Su ficha de cinco millones de euros anuales ha espantado a casi todos los pretendientes y sólo ha podido llegar al Niza tras rescindir su contrato con el Liverpool.
Muy atrás quedan los 20 millones que pagó Brendan Rodgers por Balotelli al Milan en 2014, en uno de los peores negocios que se recuerdan en el mundo del fútbol. Ni siquiera su regreso a San Siro en forma de cesión ha logrado revitalizar su carrera.
Pero, ¿cómo acaba un jugador de élite siendo regalado a un club inferior? Su historia, tantas veces contada, recuerda a la de tantos otros jugadores de talento en el campo pero sin demasiada cabeza fuera de él. Como Paul Gascoigne. Como 'Mágico' González. Como Maradona.
Un chico malo en la élite
A 'SuperMario' no le han faltado oportunidades. Primero fue el Manchester City, que se hizo con él tras su sonada marcha del Inter a raíz de sus múltiples discusiones con Mourinho. En Inglaterra, su fama de chico malo alcanzó límites insospechados: ausencias en los entrenamientos, fiestas, peleas... Hasta que el AC Milan decidió repescarlo en 2013 por unos 20 millones de euros.
Aquella temporada y la siguiente fueron discretas para Balotelli, que terminó siendo traspasado al Liverpool hace dos veranos. Con los reds anotó cuatro goles en su primer año en todas las competiciones y Brendan Rodgers terminó prescindiendo de él en 2015. Entonces, de nuevo, el AC Milan acudió al rescate para llevárselo cedido durante un año, que terminó de facto a los tres meses en el club, cuando Mihajlovic anunció que no contaría más con él debido a su indisciplina.
Con la llegada al club de Jurgen Klopp, el italiano no mejoró su situación en Anfield. Es más, quedó sentenciado antes incluso de volver de su cesión en el Milan. Demasiadas oportunidades perdidas, demasiado talento malogrado por culpa de un carácter que le hace incontrolable. A estas alturas, Balotelli afronta la que parece su última oportunidad en el fútbol.
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