El 2017 arranca en los despachos del fútbol español con una situación totalmente inédita. Tras un año de enfrentamiento entre la Federación Española de Fútbol (RFEF) y el Consejo Superior de Deportes (CSD), el primero de los organismos sigue sin celebrar sus elecciones que tenían que ser en 2016. Las discrepancias en el reglamento electoral llevan a una parálisis en la RFEF que amenaza con perpetuarse.
Sean cuando sean estas elecciones, tres son las personas que han mostrado su intención de presentarse. Por un lado, el eterno Ángel María Villar, actual presidente y en el cargo desde 1988, siendo reelegido hasta en seis ocasiones (1992, 1996, 2000, 2004, 2008 y 2012). Este año, tras el adiós de Platini en la UEFA, intentó suceder al francés en el máximo organismo del fútbol europeo, pero al verse con pocas opciones retiró su candidatura, que en caso de haber ganado hubiera sido incompatible con la presidencia de la RFEF. Por otro lado está Jorge Pérez, exsecretario general de la RFEF e inseparable de Villar hasta que éste se enteró de los planes de Pérez por sustituirle. Su relación acabó saltando por los aíres en la Asamblea General Extraordinaria de octubre, cuando Villar le fulminó en directo. Desde ese entonces se considera a Jorge Pérez como la oposición, no radical, al actual presidente.
El tercero en discordia es Miguel Ángel Galán, presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol (Cenafe) y 'famoso' por haber denunciado en 2014 a Zinedine Zidane en mitad de la polémica por la falta de carnet de entrenador del francés y también por llevar al banquillo a Villar por presunta prevaricación. A falta de la fecha oficial y recogida de avales (15% de los miembros de la Asamblea General), Galán ya ha trazado algunas de sus líneas básicas si fuera presidente: subvenciones a equipos de Segunda B y Tercera (50.000 euros a cada uno), mayor fomento del fútbol femenino y fútbol sala, cambio del formato de Copa del Rey, limitación de mandatos a ocho años, eliminación de tasas para la presentación de recursos de apelación por parte de los clubes no profesionales, un fondo de garantía salarial para jugadores no profesionales... Todas estas medidas, idílicas para los futbolistas más humildes y para muchos aficionados, chocan con dos cosas básicas para ganar las elecciones: que los votantes te conozcan y que después les convenzas. Y ese es el problema de Galán.
Crowdfunding para buscar un milagro
El desconocimiento de todos los estamentos del fútbol español sobre Miguel Ángel Galán es total. Además, por el momento, no convence. Bien lo refleja las recientes elecciones a la presidencia de la Federación de Madrid, en las que Galán perdió estrepitosamente ante Paco Díez, hombre cercano a Villar. Galán no consiguió vencer en ninguno de los cinco estamentos que votaban (clubs, entrenadores, árbitros, jugadores e informadores técnicos) y solo le apoyaron 747 personas frente a las 1104 de Díez. Es difícil pues que una candidatura que se quedó tan lejos de la victoria en una federación pueda tener opciones reales de ganar en la general.
Eso y el mínimo arraigo que tiene en el fútbol español, vital para un proceso electoral tan farragoso como este, ha llevado a la candidatura de Galán a buscar fórmulas para contrarrestarlo. Y, lógicamente, todo pasa por el dinero. En un documento al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, la candidatura de Galán pide a empresas y organizaciones un apoyo económico para "cambiar el sistema autoritario que domina actualmente el fútbol en nuestro país", algo que requiere "unidad entre los diferentes sectores sociales y económicos". Para lo que entiendan, un crowdfunding para financiar los gastos de la candidatura llamada, según ellos, a derrocar a Ángel María Villar y acabar con "aquellos que buscan el interés personal sobre los colectivos".
El documento emplaza a las pequeñas y medianas empresas a apostar por Galán, ya que son ellas las que tienen la capacidad de "desequilibrar la balanza" y las que siempre han sido abandonadas por la Federación, teniendo por primera vez la posibilidad de publicitarse en una institución que "ha sido territorio de las grandes empresas multinacionales". Para ello, la candidatura ofrece tres formas de pago: la opción A, con la aportación por parte de la empresa de 1.000 euros; la opción B, 1.500 euros; y la opción C, que se eleva a 2.000 euros. Todas ellas, especifican, se deben hacer en un pago único y antes del 20 de enero. En función de la opción elegida, la empresa en cuestión tendría una mayor o menos visibilidad en los nuevos espacios publicitarios que una vez llegados a la presidencia habiliten. Porque todas las contrapestaciones están sujetas a la victoria de Galán en las elecciones. Lo que se pide es sufragar el proceso electoral, llegar a todos los rincones posibles para poder conseguir el mayor número de apoyos posibles (futbolistas, clubes, entrenadores y árbitros, que son los electores) en la Asamblea General, que será la que después elija al presidente. Eso sí, en caso de no ganar las elecciones, la candidatura de Miguel Ángel Galán no especifica absolutamente nada.
¿Por qué apoyar a Galán?
Una vez llegados al poder prometen crear nuevas plataformas de comunicación en la Federación como una televisión y una radio, además de la creación de una base de datos históricas en la que el aficionado pueda consultar "todos los jugadores de su historia, los goles, partidos, resultados y cualquier información que pueda imaginarse". Las empresas participantes del crowdfunding tendrían ventajas en estos nuevos soportes, en actos promocionales y tendrían prioridad frente a otras entidades en el futuro. Y, si eso les parece poco, queda ya el apoyo moral. Estarían apoyando, recoge el documento, una candidatura que "está a un paso de derrocar un sistema establecido en contra de la gente, en contra de los deportistas y en contra de los propios valores del deporte". En resumen, lo que representa la candidatura de Miguel Ángel Galán es una rotura con todo lo anterior. Su línea se basa en criticar a todo lo actual. A Villar, "un dictador deportivo desde hace 30 años", a Jorge Pérez, del que "no se pueden esperar grandes hazañas habiendo sido mano derecha de Villar" y a Javier Tebas, "uno de los personajes menos apreciados por los aficionados al fútbol en España".
Entender el sistema electoral en la Federación es algo difícil. Lo que se elige es a la Asamblea General, que será la que después elige al presidente. Precisamente el número de miembros de la Asamblea es una de las novedades que quiere introducir Villar, reduciéndolo a 140 personas. El continuo conflicto CSD-RFEF por desavenencias en el Reglamento Electoral ha llevado a dos suspensiones de las elecciones, previstas primero para el 22 de abril y después para el 20 de diciembre, incumpliendo pues la Ley de los procesos electorales en el deporte que indica que las elecciones tienen que coincidir con el año de celebración de los Juegos Olímpicos de verano. El censo electoral lo componen los clubs, futbolistas, árbitros y entrenadores (según el artículo 17 del último reglamento electoral presentado por la RFEF), con 19 circunscripciones autonómicas. En cada estamento es diferente, diviéndose clubs y jugadores entre los que tienen carácter profesional o no. Los árbitros, entrenadores y fútbol sala tienen una única circunscripción estatal.
A falta de confirmación, lo que está claro es que antes o después se tendrá que votar porque ya va con un año de retraso la convocatoria electoral. La duda es cuándo llegará a ver la luz. Mientras tanto, Villar sigue siendo presidente y el opositor Galán busca en las pequeñas empresas de España su sustento para poder llevar el cuento da David contra Goliat a la realidad.