Un exconcursante de Gran Hermano para reflotar al Ceuta: "Aquello fue una aventura, esto es una de mis pasiones"
Luhay Hamido, que participó en la quinta edición del 'reality' de Telecinco en 2003, es ahora responsable del club de Tercera División.
8 febrero, 2017 01:07Noticias relacionadas
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¿Quién no ha escuchado (o ha dicho) alguna vez en su vida la frase "'pa' chulo, chulo, mi pirulo"? Hay que retroceder a 2003 para entender la popularización de tal expresión, que se repetía una y otra vez por las calles de España y especialmente en institutos, donde los adolescentes tenían su primer contacto con la llamada telerrealidad, telebasura para otros. Fue en 'Gran Hermano' donde un jovencísimo concursante dejó una de esas tantas frases que el programa de Telecinco ha aportado a la historia de España.
Luhay Hamido (Ceuta, 1983) participó en 'Gran Hermano' en su quinta edición. Tenía 20 años y como él mismo reconoce, "fue una aventura, una anécdota más, como un viaje en caravana". Lo dice 14 años después, cuando su vida poco se parece a la de otros concursantes que participaron en el programa de Telecinco. Él, en vez de ir de discoteca en discoteca haciendo 'bolos' o de vivir de los programas de televisión, prefirió seguir con su vida anterior. Estudió dos carreras, hizo un máster y hasta se animó a presidir un equipo de fútbol.
Luhay es el actual presidente de la Agrupación Deportiva Ceuta, equipo que milita en el grupo 10 de la Tercera División. ¿Y cómo acaba un exconcursante de Gran Hermano en la presidencia de un equipo de fútbol? Por dolor y por pasión. "Tengo tres pasiones en mi vida: mi familia, mis amigos y el Ceuta. Me dolía ver cómo estaba el equipo. Conocía personalmente a jugadores, no estaban contentos, no se pagaba y hasta había malas relaciones con las instituciones. Había que intentar hacer algo para cambiarlo antes de quedarse en casa y llorar. Era mucho más interesante cambiar las cosas desde dentro", comenta Luhay en una conversación con EL ESPAÑOL.
Y la tarea, en Ceuta, no es nada fácil. Su posición geográfica acarrea unas limitaciones que se hacen enormes en una categoría tan modesta como Tercera. "Nosotros no somos un equipo de Sevilla que tiene jugadores para elegir alrededor. Cuando queremos firmar a un jugador, te pide más dinero. Y cuando lo traes, tienes que pagarle sueldo, comida, piso... cada jugador te sale a 20.000 euros al año. Cinco, 100.000 euros", se queja amargamente el presidente. Además hay que añadirle 30.000 euros de desplazamientos y otros 15.000 de gastos de arbitraje.
Habla de cinco jugadores porque es el máximo de futbolistas foráneos que puede fichar. Un convenio con el Ayuntamiento obliga a que prácticamente toda la plantilla sea de Ceuta, para crear arraigo en la ciudad. "Te da una subvención, pero a cambio te pone una restricción. Competir en esas condiciones y hacer un equipo competitivo es complicado". Por eso, no es una sorpresa que el equipo haya sido una ruina los últimos años. El actual Ceuta es el heredero de la Asociación Deportiva Ceuta, un clásico de la 2ªB y que en 2010 llegó a enfrentarse al Barcelona en la Copa del Rey. Ahora el equipo está saneado y el tándem Luhay - Nayim (sí, el mítico jugador que marcó el gol del Zaragoza en la Recopa de Europa) ha devuelto la estabilidad al club de la ciudad autónoma.
El fenónemo Gran Hermano
A pocos en 2017 les sonará el nombre de este musulmán practicante. Pero en los años iniciales de este siglo, Gran Hermano se había asentado como un fenómeno de masas. En 2003, él copaba programas de televisión y revistas del corazón. Fue un boom. Su estancia en la casa fue corta pero fructífera. Solo duró un mes (fue el segundo expulsado), pero se convirtió en un personaje rentable para Telecinco. Luhay era joven, atractivo, con perfil de 'ligón' y había dejado varias perlas en Guadalix de la Sierra. Allí se presentó con una brújula para orientarse hacia la Meca y rezar cada día y creó la tan utilizada frase de "'pa' chulo, chulo, mi pirulo". El personaje bien merecía unos días de gloria. Y los tuvo.
Luhay Hamido - GH5 - Video de Presentación por GHRevival
CRÓNICAS MARCIANAS, AQUÍ HAY TOMATE
Eran los tiempos de 'Crónicas Marcianas', 'Aquí hay tomate' o 'A tu lado', unos programas que cogieron mucha popularidad y que se alimentaba del éxito de 'Gran Hermano'. La noche en la que Luhay salió de la casa había más de cuatro millones de espectadores viéndole.
Ya fuera tuvo una breve relación con Silvia Fominaya, colaboradora del programa, muy famosa por entonces. Hasta que aquello acabó, también por decisión del hoy presidente del Ceuta. "Me creó un poco de ansiedad. Fue gracioso, pero no me gustó mucho. El mundo que me encontré cuando salí no me identificaba con él, me lo pasé mucho mejor estando dentro que fuera", explica Luhay, al que le sale una sonrisa recordando aquella etapa. "Fue divertido, una experiencia más. Lo recuerdo con cariño".
"Eso de que la gente te reconociese y te parase por la calle no iba mucho conmigo. Cuando acabé intenté recuperar la esencia de lo que era mi vida. Al final, acaba, y cada uno elige si volver a su vida o seguir por ahí. Yo lo tenía claro. Volví a hacer mi vida, en mi facultad, con mis amigos, a sentarme en el mismo banco que me sentaba años atrás", añade.
Así fue. A diferencia de otros compañeros de edición como la histriónica Aída Nízar, a la que Telecinco recientemente ha rescatado para subir la audiencia de la versión de famosos de Gran Hermano, Luhay volvió a Granada, donde estudiaba la carrera de química. La acabó y, además, hizo otra, la de criminología. Más tarde hizo un máster en la Universidad de ICADE de Madrid y pudo empezar a dar clases como docente. "Sí que hay vida más allá de Gran Hermano", dice orgulloso.
Detenido en 2010 por tráfico de drogas
Su buen currículum se vio ensuciado al ser detenido en la 'Operación Facultad' (2010) acusado de tráfico de hachís al menudeo desde su casa. La Policía le pilló, como informó 'El Ideal de Granada', con 8.630 euros, 25 bellotas de hachís (240 gramos), siete trozos de hachís (8,2 gramos), diez bolsas de plástico con un peso de 11 gramos, y una pequeña porción de marihuana. La noticia hubiera pasado desapercibida si no la hubiera filtrado Telecinco.
La cadena de TV sacó a la luz la identidad del detenido cuando la Policía no lo había hecho pública. "Ellos hacen su trabajo, viven de eso", comenta Luhay, que remarca que "nos exponemos cuando entramos en ese mundo", aunque no está "de acuerdo en las formas". "No me gusta el ventajismo, las personas que se aprovechan de las otras y que abusan. He visto algunas cosas en ese aspecto que no me gustaron". Luhay, apostilla, no habla "puntualmente de Telecinco, sino en general, de la productora (Zeppelin), las personas que trabajan en ese mundo, también Telecinco...".
"No voy a echar balones fuera ni voy a buscar culpables. Entramos con todas las consecuencias y te expones a eso. Cada uno tiene que ser responsable de lo que hace. Acepto las críticas, pero me da exactamente igual. Cuento lo que esté de la puerta de mi casa para dentro", comenta, pero reconoce que mucha gente "lo ha pasado muy mal" ante esa exposición pública.
A pesar de todo, Luhay no se arrepiente. "Creo en los errores, pero no en arrepentirse. No fue nada trágico. Al final la vida es tomar decisiones, algunas correctas y otras no. De todo se aprende", comenta. Incluso estar en Gran Hermano le ayuda a su nuevo puesto. "Vas extrapolando situaciones a lo que estás viviendo en la actualidad. Conoces a muchas personas, empiezas a encajar algunos perfiles, algunas situaciones se repiten y sabes más o menos cómo tienes que encararlo".
"Ya nos van tomando más en serio"
Todo ayuda para recuperar la ilusión en Ceuta, una ciudad que anhela fútbol de más calidad. "Aquí la gente es muy futbolera, pero en los últimos años la forma en la que desapareció el club quemó mucho a la gente. Ahora estamos intentando recuperar la ilusión. Esto es una ciudad pequeña y aquí todo se sabe y todo se ve. Después de seis meses nos van tomando en serio", dice Hamido.
Una vez resueltos los problemas económicos, queda la parte deportiva. "Por muy bien que lo hagas, como no estés arriba, a la gente no le vale". El Ceuta camina ahora por la mitad de la tabla en su grupo de Tercera, no muy lejos de puestos de playoffs. Ver fútbol de 2ªB en el Alfonso Murube es el objetivo, aunque eso suponga el adiós del peculiar presidente. "Si ascendemos a medio o largo plazo, me plantearía dejarlo. Sería una ilusión ascender y una vez ahí, relajarme", dice.
"Intento ser una persona justa y si hay alguien más capacitado para llevar al Ceuta a la liga profesional, no tendría ningún problema en dejarlo en sus manos", dice Luhay Hamido, 'superviviente' al dinero fácil y a la fama rápida. Porque de Gran Hermano salen hasta presidentes de fútbol. Del fútbol más modesto, de aquél en el que todo lo que se hace es por pasión. Y también, por qué no, por las benditas locuras que hace el ser humano, como la de meterse en una casa con cámaras las 24 horas del día.