Toca hablar de mudanzas. Sí, en general. De la de usted, de la de su vecino o de la de su cuñado. De la de cualquiera. Da un poco igual. En todos los casos, el proceso se repite: uno busca casa, la elige, pregunta por la fecha en la que puede hacer su traslado y la lleva a cabo. Fácil y sencillo. Al menos, a priori. O eso pensó la afición del Atlético de Madrid. En realidad, por qué pensar en inconvenientes. Sin embargo, el traslado al Wanda Metropolitano no está siendo tan idílico. ¿Los motivos? A día de hoy, y cuando restan apenas tres meses para que -en teoría- eche el cierre el Vicente Calderón, todavía no se conoce ni cuál será el último partido que acoja el estadio del Manzanares ni cómo se realizará su despedida. De ahí, obviamente, el revuelo de los últimos días…



Para comprender la situación toca poner orden. O, quizás, comenzar desde el principio. La Peineta -ahora rebautizada como Wanda Metropolitano-, se proyectó para acoger los Juegos Olímpicos y ser inaugurada en 2004. Pero, después -y por resumir-, ante la imposibilidad de llevar a cabo la cita deportiva, se optó porque el Atlético de Madrid se trasladara allí: primero en 2012 y finalmente en la temporada 2017/18. Es decir, la mudanza, desde el origen, estuvo llena de curvas. Eso sí, una vez fijada la fecha definitiva, algunas cosas siguen sin estar claras pese a lo que se podía presuponer, como, por ejemplo, cuándo echará el cierre el Calderón: “Estamos trabajando en ello”, reconoció el presidente del club Enrique Cerezo.



Lo cierto es que los planes han ido variando conforme ha ido pasando el tiempo. A principio de temporada, cuando se fijó el calendario, se estableció que el Atlético echaría el cierre al estadio del Manzanares contra el Athletic Club de Bilbao, entidad que dio origen al conjunto madrileño y el mismo que cerró el Metropolitano un 7 de mayo de 1966. Es decir, el escenario era idílico. Sin embargo, a medida que ha ido avanzando la temporada, todo ha ido cambiando. Por una parte, porque afición y club fantasearon -como es normal- con celebrar la final de la Copa del Rey en el Vicente Calderón y terminar su estancia allí levantando un último título.



El problema es que el Atlético de Madrid no se clasificó para la final y, tras el ofrecimiento del club y la designación del Vicente Calderón como sede de la Copa del Rey, muchos aficionados no aceptaron de buen grado que el cierre fuera entre Alavés y Barcelona. Y, ante esta noticia, la entidad ha anunciado que está trabajando junto con la sección de veteranos para la celebración de un partido final -y no oficial- en el Estadio del Manzanares. Y, en ese caso, ¿sería el último? Está por ver, sobre todo, por un motivo: no sé sabe si el equipo de Simeone tendrá que disputar la previa de la Champions League.



Ahora mismo, y tal como está el equipo -cuarto en la clasificación-, el Atlético de Madrid tendría que disputar esa previa de la Champions League. En ese caso, la pregunta es: ¿Y dónde lo haría? Enrique Cerezo, presidente del club, reconoció que “habría que buscar una alternativa”. ¿Y sería el Calderón? Eso está por ver. En la entidad, al ser preguntados por EL ESPAÑOL, ni confirman ni desmienten. De momento, reconocen, no hablan de supuestos. 



Esa es la situación cuando quedan apenas tres meses para que se cierre (o no) el Calderón. Y, aunque no se sabe cuál será el último partido, todo indica a que finalmente tendrá dos despedidas: una oficial, contra el Athletic, y otra no oficial en ese partido de veteranos. ¿Cuándo? Eso está por dilucidar. Porque, como decimos, igual el Atlético tiene que volver al Manzanares en agosto para disputar la previa de Champions. O, quién sabe, igual otro partido. El lío, en cualquier caso, hasta confirmación oficial, seguirá.

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