"La gente habla de mí como si fuera un delincuente y no saben un carajo". Las extrañas palabras de Cristiano Ronaldo el pasado domingo tras ganar la Liga en Málaga podrían volverse en su contra tras la noticia de que defraudó quince millones de euros a la Agencia Tributaria.
El ambiente, sin embargo, según fuentes del club merengue, era de "absoluta tranquilidad" este jueves en Valdebebas, donde la plantilla se reunió para entrenar con vistas a la estelar final de Champions League el próximo 3 de junio. El 'crack' luso estaba "incluso sonriente", comenta a este periódico una persona muy cercana al futbolista, "está muy acostumbrado a ver su nombre en los periódicos".
Los éxitos deportivos de Ronaldo han venido acompañados en los últimos tiempos de noticias sobre sus bienes: primero fue el escándalo 'Football Leaks', que desveló tributaciones sospechosas de derechos de imagen en sociedades 'offshore', y ahora la noticia de una cuantiosa evasión fiscal que espera aún la calificación jurídica de infracción administrativa o delito. En el caso de que se considere que hay indicios de fraude a Hacienda, Cristiano acabaría juzgado, tal y como ocurrió con Leo Messi, y se expondría a una multa de 4 meses de cárcel por cada año fiscal (2011, 2012 y 2013). De no ser así, tan sólo tendría que devolver los quince millones de euros más la correspondiente multa.
El eventual escenario judicial no parece descentrar ahora al jugador, que afronta uno de sus mejores momentos deportivos. Según otra fuente próxima a la estrella, el jugador está incluso "venido arriba [...] ¿De verdad crees que hubiese dicho lo que dijo el domingo si hubiese hecho algo grave?"
No parece, por ahora, que el caso tenga repercusiones de orden deportivo. El tiempo dirá si la sonrisa del portugués es franca o una pantalla para tapar el mal trago de ver su nombre, de nuevo, protagonizando escándalos de resonancia internacional.