La Federación Española de Fútbol ha comunicado este martes que aplaza "hasta nueva fecha" los órganos que se tenían que reunir en los próximos días, entre los que se encuentra la Junta Directiva que se tenía que formar este miércoles y la Asamblea General el jueves.

Con esta medida, la RFEF paraliza todo el fútbol español, ya que en la Asamblea del jueves se debía sortear el calendario de Liga 2017/18 para la Primera y Segunda División, así como la Segunda B, competiciones que empiezan justo dentro de un mes (el fin de semana del 20 de agosto) y que necesitan este sorteo para comenzar.

Tras conocer la detención de Ángel María Villar, la celebración tanto de la Junta Directiva del miércoles (donde se debían nombrar a los nuevos cargos tras la reelección del mandatario vasco) y la Asamblea General (órgano superior de gobierno y representación de la RFEF) quedaron en duda, pero el CSD, a través de su presidente José Ramón Lete, aseguró que "tutelará la Asamblea para que la competición se desarrolle como debe".

Por tanto, la decisión de la Federación entra en conflicto con el deseo de Lete, que también añadió que desde el CSD velarán "por la buena gobernanza del fútbol español" y que "utilizarán todos los resortes a nuestro alcance para que la competición no se vea afectada". Con este aplazamiento, la Federación deja en el aire el calendario (no ponen fecha para su celebración) así como la Junta Directiva en la que tiene que salir el nuevo equipo directivo.

En su artículo 34.7, los estatutos de la Federación recogen que "en supuestos de ausencia, enfermedad o cualquier otra causa que impida transitoriamente desempeñar sus funciones, el Presidente será sustituido por los vicepresidentes en su orden, por el Tesorero, y en última instancia, por el miembro de mayor antigüedad, o por el de más edad si aquella fuera la misma".

Apelando a este artículo, la Junta Directiva y la Asamblea se podrían llevar a cabo con otro directivo asumiendo las funciones de Villar, aunque la nueva Junta Directiva no está todavía constituida. Ese es el principal problema, ya que actualmente nadie puede sustituir a Villar al no estar oficializada la nueva Junta Directiva. 

Las posibles soluciones podría pasar por una gestora que nombraría el CSD y que se haría cargo del fútbol español hasta las próximas elecciones o las diferentes lecturas que se puedan hacer al reglamento de la RFEF. 

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