"El Madrid coge y un año no gana títulos y al año siguiente se puede gastar 100 millones de euros por Bale, 30 por Illarramendi, 30 por Isco... Ha sido históricamente así. No es que quiera que el Barça gaste más dinero, no, no... Las cosas son así y nosotros luchamos con lo que tenemos".
La frase es de Gerard Piqué, símbolo del discurso del Barcelona en los últimos años, que en septiembre de 2013 criticaba el poderío económico del Real Madrid y más cuando el club blanco no ganaba títulos una temporada. La entidad de Chamartín venía de un año sin trofeos, la última temporada de Mourinho, y en ese verano de transición, ya con Ancelotti en el banquillo, gastó 175,5 millones de euros (aunque ingresó 113,5) en las incorporaciones de Bale, Illarramendi, Isco, Casemiro y las recompra de Carvajal.
Piqué, que días antes había continuado este discurso con aquello de "nosotros no tenemos a Bankia", explicó que quería decir con ello que "no tenemos tanto poder económico y de financiación como el Real Madrid". Cinco años después, el Barcelona se ha gastado casi 400 millones de euros en una sola temporada tras un año en el que solo ganó la Copa (título que pasó desapercibido) y el Real Madrid consiguió cinco. Y la teoría de Piqué ha regresado para desgracia del culé.
Los 160 millones de euros (120 fijos, 40 en variables) por los que el Barcelona ha conseguido fichar a Coutinho han reflejado una nueva realidad en el mundo del fútbol: son ahora los azulgrana los que hacen su plantilla a base de talonario, con fichajes muy altos y con ese poder económico que Piqué denunciaba que tenía el Real Madrid. La idea de cantera ha quedado totalmente sepultada para dar paso a la cartera pura y dura.
Nunca nadie un equipo había gastado tanto dinero en tan poco tiempo. Ni el Real Madrid en el primer año del regreso de Florentino, la temporada de la reestructuración, gastó tanto a pesar de los fichajes de Cristiano Ronaldo, Kaká y Benzema. El Barcelona, para recuperar el dominio del fútbol europeo tras unos años en los que ha estado lejos del top (tres eliminaciones en cuartos de las últimas cuatro ediciones de Champions), ha sacado la chequera y se ha ido a los 382,5 millones de euros. Una barbaridad.
A los 160 millones por Coutinho hay que sumar los 150 por Dembélé (105 fijos + 45 variables), otros 40 por Paulinho, 20,5 por Semedo y unos últimos 12 millones por el 'desaparecido' por Deulofeu. Y en los próximos días se hará oficial el fichaje de Yerry Mina en torno a los 12 millones de euros. Todo en un año, justo después de la peor temporada de la última década. Tal y como avanzó Piqué, cuando un equipo no gana nada tiene que corregir con talonario. No ha sido el Madrid, sí el Barcelona.
Traición a los valores
Este dato confirma el cambio radical de política de fichajes en el que Camp Nou, que coincide también con la modificación en el mismo tema del Real Madrid, que lleva ya varios años lejos de hacer fichajes millonarios para hacer otros más 'pequeños' pero de igual necesidad en el campo.
La traición a los valores que promulgaron desde Barcelona en los mejores años, cuando el equipo estaba en lo más alto, es total. Aquél discurso de cantera ha quedado sepultado y prácticamente humillado. Lejos de apostar por La Masía (no hay ningún jugador que suba del Barça B con el papel que antes tuvieron Busquets o Pedro), se ha decidido renovar el equipo con dinero y no con canteranos. Si se va Neymar, su sustituto vale 150 millones. Si Iniesta está cerca de la retirada, su heredero cuesta 160. Y así con todas las líneas, porque el sustituto de Mascherano no es ningún jugador del filial: es un colombiano que costará 12 millones.
Todo ha cambiado en Barcelona en lo que a tema cantera vs cartera se refiere. Pero, afortunadamente para los culés, las críticas por el desembolso económico no le llegan desde los mismos sectores que levantaron la voz indignados cuando fue el Real Madrid el que sacaba los millones, y eso que los blancos gastaron mucho menos.
Las frases que condenan al Barcelona
Dos días después del fichaje de Coutinho que confirma que el Barça se ha gastado 400 millones en un año, no se conoce ninguna declaración del arzobispo de Barcelona, que en 2009 denunció el "dispendio descomunal" que hizo el Real Madrid en el fichaje de Cristiano, pidiendo "solidaridad y austeridad" y asegurando que la crisis económica era "una crisis de valores".
Más recientes son las declaraciones de Josep María Bartomeu, que comentó que "tenemos que invertir más en la Masía y en el fútbol base", algo que no ha hecho. Todo lo contrario. O las de Albert Soler, exdirector de deportes del Barça en el último mercado de verano, que afirmó que gastar "270 millones por dos jugadores el último día de mercado habría sido una irresponsabilidad y habríamos tenido que dimitir”. Entre Dembélé y Coutinho han gastado 225 millones más otros 85 en variables que son muy fáciles de cumplir.
Además, la crítica y la opinión pública es también mucho más amable con los movimientos que hace el Barcelona. Cuando el Real Madrid fichó a Cristiano, Kaká o Bale, entonces batiendo récords en la lista de fichajes más caros de la historia del fútbol, se hacían demagógicas comparaciones como la cantidad de hospitales o colegios que se podrían construir con el dinero que invertía el Real Madrid en sus futbolistas.
Con los fichajes del Barça, que ha acometido con Coutinho y Dembélé dos de las incorporaciones más caras de siempre, no se calcula ni qué se haría con ese dinero ni se explica de dónde viene. Además, se borra de la lista el tan polémico fichaje de Neymar por el Barcelona, cuando se ha confirmado que ni eran 57 ni 82 millones y provocó numerosos problemas judiciales y alguna que otra condena.
El Barça ficha caro... hasta canteranos
Por último, lejos de la idea de reforzar al club con los 222 millones de euros que recibieron por Neymar, todo ese dinero se ha ido en los fichajes del brasileño y del francés y no a otras secciones o reforzar la cantera, en su peor momento de los últimos años: no sale ningún jugador de allí y los únicos que suben del Barça B, como el caso de Arnáiz, son fichajes también con un alto coste económico. Se ficha, y caro, a lo de fuera antes de confiar en lo de dentro tanto para el primer equipo como para el filial.
A los 400 millones de euros gastados en un año hay que sumar la renovación de Messi, el jugador que más cobra en el mundo (unos 40M por año) y que hipoteca al club por completo. Y todo ello en un equilibrio económico difícil de comprender. Ha ingresado mucho menos de lo gastado (226 por 395) y antes de que ocurriera todo esto la propia directiva del club pidió austeridad.
Al margen del dinero que se gaste, que es totalmente lícito, el Barça, con el fichaje de Coutinho y los 400 millones gastados en un solo año, ha renunciado directamente a su discurso de cantera y se ha convertido, a mucha mayor escala, en el Real Madrid de hace ocho/nueve años, ese club que fue demonizado, como se demuestra con las palabras de Piqué, por hacer, en menor medida, lo que hoy el Barcelona realiza.