La jugada del Cerro Porteño en el 2-0 contra el Sportivo San Luqueño de la liga paraguaya puede ganar el premio Puskas 2018. De hecho, lo merece. Y mucho. Ya no sólo por cómo se gesta el gol –jugada absolutamente sublime–, sino por el caño de Hernán Novick, que manda el balón por debajo de las piernas de su defensor y la deja templadita para meterla pegadita al palo, rozando la madera y mandando el balón entre las mallas.
La jugada ocurre de la siguiente manera. Jorge Rojas recibe en la banda derecha, mira a la portería, llega hasta el área, frena y, sin mirar, la pone para la llegada de Hernán Novick. Después, el jugador del Cerro Porteño inclina su cuerpo, la deja pasar por debajo de las piernas de su defensor y la coloca pegada al palo, perfecta.
El equipo de fútbol paraguayo le hizo llegar el gol a la FIFA, que podría incluirlo entre los goles candidatos a ganar el premio Puskas. Y, la verdad, lo merece. La jugada, el caño, la definición… Lo tiene todo para ser uno de los mejores tantos de 2018, con ese toque mágico que lo hace especial. Tan especial. Quizás, un gol de premio.
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