El partido entre Rayo Vallecano y Sevilla correspondiente a la primera jornada de la temporada 2018/2019 de La Liga supuso el estreno del conjunto madrileño en su vuelta a Primera División. Seguramente esa sea la única buena noticia que se lleven del encuentro, pues además de encajar una dolorosa derrota por 1-4, vieron como su campo, el Estadio de Vallecas, se encontraba con plenas obras sin terminar.
Entre las numerosas imágenes y quejas que surgieron a partir de este último hecho, destacó la de un aficionado, Darío Collado. Este contó en Twitter como su hijo César, de tan solo cuatro años, estaba apoyado en una barandilla cuando esta se desplomó. El pequeño se precipitó en una caída de entre un metro y un metro y medio hasta un agujero donde se encontraba material de obra.
Afortunadamente, el niño no sufrió ningún daño grave, más allá del dolor en el codo y el pie. No obstante, y de manera lógica, Darío fue a la mañana siguiente al estadio para pedir la hoja de reclamaciones. El club le atendió, y pese a no disponer de dichas hojas, prometió estudiar su situación. Sin embargo, toda esta historia llegó a oídos de Javier Orcaray, director general de Juventud y Deporte de la Comunidad de Madrid, quien se puso en contacto con el padre para asegurarle que la empresa encargada de las obras, Fonsan, hará junto al Rayo todo lo posible para acondicionar el campo de cara al próximo partido.
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