Tras la muerte de un hincha en los incidentes que hubo en el duelo entre el Inter Milán y el Nápoles, la Serie A quedó en peligro de ser suspendida de manera indefinida. El primer Boxing Day celebrado en Italia acabó en tragedia, al sumarse el accidente con los insultos racistas que recibió el central senegalés Kalidou Koulibaly.
Todo esto llevó a que el presidente de la Federación Italiana de Fútbol, Gabriele Gravina, reconociera, en declaraciones a Il Messaggero, que se planteaba suspender el campeonato: "No lo sé, tenemos que pensarlo. El problema es de orden público, también el hecho de jugar o no". Pero finalmente, no será así. Ha recapacitado y habrá liga. Cabe recordar que este próximo sábado 29 de diciembre se disputa la última jornada de la primera vuelta, tras la cual tendrá lugar un parón.
"Necesitamos algo radical, tenía que ser una fiesta esta jornada y vi cosas inaceptables. Estoy preocupado por este clima. En San Siro vi a jugadores demasiado nerviosos y lo que ocurrió fuera es demasiado grave. Hablaremos con el Ministerio, el Comité Olímpico y decidiremos", afirmó Gravina, quien también cargó contra el colegiado del encuentro entre neroazzurri y napolitanos: "Es muy feo todo, el árbitro no suspendió el partido y si cometió errores también se valorará".
Por último, el directivo criticó al presidente del Nápoles, Aurelio De Laurentiis, quien criticó al propio árbitro antes incluso de que se disputara el encuentro. "Basta ya con ciertas declaraciones. No las volveremos a tolerar", dijo Gravina al respecto.
[Más información: Cuatro apuñalados en los aledaños del estadio antes del Inter de Milán - Nápoles]
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