Amenazaba con ser una primavera triste para el madridismo por primera vez en los últimos años. Fuera de la lucha por la Champions en octavos, eliminado por el Barça en Copa y sin opciones en Liga. El panorama en el Real Madrid invitaba más a la depresión que al jolgorio típico de estas fechas.
Todo parecía indicar que el equipo deambularía por las tierras de España hasta final de temporada, pero entonces llegó el golpe de efecto que solo Florentino Pérez puede hacer. El presidente trajo a Zidane y acaparó la atención de todos los medios del mundo. ¿Qué hay más importante que la Champions? Fácil, solo el Real Madrid.
Con el regreso del hijo pródigo el madridismo ha recuperado la sonrisa. 'La Felizidane' ha instaurado el estado de optimismo en el club y en la afición. Ahora es más importante el encuentro contra el Celta, en el que se escenificará el regreso de Zizou al Santiago Bernabéu, que cualquier otro partido.
Florentino también cree que el Real Madrid es primavera. Sabe que lo que le gusta al madridismo y, ante la falta de títulos esta temporada después de tres Champions consecutivas, ha decidido hacer el mejor fichaje posible para devolver la sonrisa a la afición.
La opción de Mourinho también gustaba. El retorno del portugués era volver a tener sexo salvaje con un/a ex. Un derroche orgásmico tras un fracaso. Un/a agitador/a para recuperar el hambre y el olor a triunfo después de una mala noche.
Sin embargo, la vuelta de Zidane es el reencuentro con tu gran amor. El francés es el último romántico. El amor incondicional y eterno, ese que aunque se vaya por un tiempo nunca termina. Es la ilusión y los nervios de las miradas furtivas. La temporada para el equipo blanco comienza ahora. Sí, en marzo. Pero con un futuro impresionante y llena de castillos en el aire gracias al pasado y a los sueños que el madridismo ya tiene en la cabeza. Florentino Pérez lo ha vuelto a hacer. La primavera es del Real Madrid.