El Granada asalta Balaídos tras ganar al Celta en un partido con mucha polémica
El conjunto andaluz sumó su segunda victoria consecutiva de la temporada en un choque que se le puso de cara tras jugar una hora con dos jugadores más.
15 septiembre, 2019 17:58
El Granada sumó su segunda victoria seguida en la Liga, por 0-2 ante el Celta en Balaídos, en un duelo marcado por las expulsiones de los locales Jorge Sáenz y Beltrán en la primera media hora tras sendas faltas en el centro del campo que el árbitro castigó con tarjeta roja tras revisarlas en vídeo a petición del VAR. [Narración y estadísticas: Celta 0-2 Granada]
Las decisiones de la sala del VAR rompieron el guión del primer tiempo en Balaídos. El partido comenzó con poco ritmo, sin apenas ocasiones de gol, pero una falta de Jorge Sáenz a Soldado en el centro del campo alteró el paisaje.
El árbitro revisó la acción durante varios minutos y castigó con tarjeta roja el contacto de Jorge Sáenz en un tendón de Aquiles de Soldado. Escribá tuvo que recomponer su defensa. Sacó del campo a Brais y metió al central Araujo. Se trabó el ritmo del encuentro con la expulsión y la única oportunidad de gol celeste fue un cabezazo desviado de Aidoo.
Se acomodó algo el Granada mediada la primera mitad. Con más posesión de la pelota, el equipo de Diego Martínez se aproximó a la portería gallega: primero con un tiro cruzado de Fede Vico, después con una buena volea de Víctor Díaz desde fuera del área tras el saque de una falta lateral. Poco fútbol, mucha tensión.
Los contratiempos continuaron para el Celta cuando el VAR revisó una falta de Beltrán a Antonio Puertas. Sucedió el lance cerca del centro del campo: un balón dividido por el que luchó el jugador del conjunto gallego, que embistió con sus tacos a Puertas.
El árbitro sacó tarjeta amarilla, pero después revisó la falta en los monitores de televisión y finalmente expulsó a Beltrán.
Los jugadores del Celta se alteraron, críticos con el árbitro, que amonestó a Santi Mina y Denis Suárez por sus protestas. No logró el Granada asentarse. Le faltó calma. Pese a tener dos jugadores más sobre el campo, solo creó un lejano tiro de Machís.
Hasta que llegó el minuto 50. Hugo Mallo concedió un córner que cabeceó a gol Germán, solo en el área pequeña, libre del marcaje de Santi Mina. Ese tanto, que cerró la primera parte, fue una bofetada para el Celta.
El Granada manejó bien el partido durante el segundo tiempo. Se encerró el Celta, que retrasó varios metros sus líneas. Quiso resguardarse y esperar algún contragolpe. Pero no tuvo opciones.
El Granada avisó con un peligroso cabezazo de Germán. Luego, con los nueve jugadores del equipo celeste defendiendo cerca de su área, Herrera lanzó un imparable cañonazo desde veintiséis metros que acabó dentro de la portería gallega.
Ese golazo acabó con el plan de resistencia del Celta. El Granada se apoderó del balón, pese a que fue en las jugadas de estrategia en las que creó mucho peligro. Rozó el tercer tanto con una falta lateral que tuvo un remate franco de Víctor Díaz y un cabezazo forzado de Soldado.
Fue un final plácido para el equipo de Diego Martínez, bien asentado, sin sobresaltos, salvo varios arreones de Aspas, alma de un Celta con poca capacidad de reacción, mermado por las dos expulsiones.