El Chelsea, liderado por el brasileño Willian, se apuntó el derbi londinense en el campo del Tottenham (0-2) para poner fin a su mala racha en la Premier League y cortar, de paso, el buen arranque de José Mourinho como técnico de los spurs que habían regresado a la pugna por los puestos europeos.
No obstante, volvió a tener lugar otro lamentable episodio alejado del terreno deportivo. El racismo volvió a ser el mayor protagonista del encuentro debido a los cánticos de algunos aficionados en la grada hacia Antonio Rudiger, defensa del Chelsea.
El incidente se produjo en la segunda del partido cuando el conjunto dirigido por Lampard iba por delante en el marcador, con 0-2. Son Heung-min realizó una entrada a Rudiger lo que le costó la expulsión. Esto provocó los cánticos racistas y gritos de 'mono' que el exjugador de la Roma escuchó y trasladó al árbitro.
También César Azpilicueta se encargaba de explicarle al árbitro lo que estaba sucediendo, haciendo los mismos gestos que su compañero. Desde megafonía del estadio, por su parte, se hizo un anuncio que afirmaba que "el comportamiento racista está interfiriendo con el juego".
En lo deportivo, el conjunto de Frank Lampard, estancado tras sus derrotas contra el Everton y el Bournemouth, recuperó el pulso en la competición y se afianzó en la cuarta plaza, en zona de Champions League de la que se aleja el Tottenham, fuera de los puestos europeos.
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