En la última década la selección española ha vivido momentos únicos, casi irrepetibles, que quedarán para siempre grabados a fuego en las retinas de aficionados e historiadores. Sin embargo, de la Triple Corona conseguida con Vicente del Bosque y Luis Aragonés, con un estilo marcado de juego, se ha pasado a un equipo sin identidad que ha fracasado en los últimos grandes torneos internacionales.
Todo comenzó un 1 de julio de 2004, cuando Luis Aragonés aterrizó en el banquillo de España para sustituir a Iñaki Sáez y empezar a sembrar la semilla de una generación dorada que se erigiría, varios años después, como la mejor selección del siglo XXI.
Los inicios de 2008
Tras el Mundial de 2006, en el que España cayó en octavos de final contra la Francia de Zidane , 'El Sabio de Hortaleza' se encargó de fraguar a fuego lento un 'nuevo' proyecto para la Eurocopa 2008, un torneo en el que ya no estarían nombres ilustres como el de Raúl González Blanco: la viva imagen de una generación que terminaba para dar paso a otra.
La Selección volvía a una gran cita como favorita al título, pero sería la primera vez, desde 1964, que volvería a tener éxito. Rusia, Suecia y Grecia no fueron rivales para España en la fase de grupos. Algo similar a lo que ocurrió contra Italia en cuartos de final, donde los de Luis Aragonés rompieron su histórica maldición en una tanda de penaltis agónica (4-2) tras un 0-0 en el tiempo reglamentario.
Contra Italia fue donde realmente se 'ganó' la Eurocopa. El resto, fue historia. Rusia (0-3) y Alemania (0-1) no frenaron a una de las mejores generaciones de la historia del fútbol y España consiguió su segundo título del Viejo Continente para su palmarés. Sin embargo, el éxito fue mucho más allá de un trofeo, ya que la Selección plantó la semilla de un estilo de juego que se convertiría en embajador internacional.
Sudáfrica 2010
El 'tiki-taka' había nacido en la cita de Austria y Viena, pero aún tendría que ponerse a prueba en un Mundial, el gran sueño nacional hasta la fecha. En 2008, tras la Eurocopa, Vicente del Bosque fue el encargado de continuar el legado de Luis Aragonés con un nuevo proyecto, siempre continuista, para Sudáfrica 2010.
España se presentó en la cita con la generación más icónica de su historia; un equipo de primeros espadas de nivel mundial: Casillas, Valdés, Reina; Piqué, Sergio Ramos, Albiol, Puyol, Arbeloa, Capdevila, Marchena; Xavi, Iniesta, Xabi Alonso, Silva, Cesc Fábregas, Busquets, Jesús Navas, Mata, Javi Martínez; Villa, Torres, Llorente, Pedro.
Muchos de ellos eran canteranos de La Masía y formaban parte, de forma coetánea, del mejor equipo de la historia del Barcelona con Guardiola a la cabeza. Otros, procedentes de un Real Madrid de Mourinho que peleaba por recuperar su sitio en el fútbol español, o en las filas de grandes
Todos formaban un grupo de primer nivel y con los años se demostró que se trataba de una generación histórica, formada por superclases que con los años se repartieron por grandes europeos como Chelsea, Liverpool o Manchester City. Algo contrario a lo que sucede en la actualidad, con una generación plana en la que no sobresalen grandes talentos como en antaño.
El Mundial empezó con ilusión y terminó con éxtasis. Tras superar a Honduras, Suiza y Chile, España se impuso a Portugal, Paraguay, Alemania y Holanda. El 'tiki-taka' de la Selección era invencible y los equipos rivales bailaban al son de lo que marcaban Xavi, Iniesta y compañía. Primera final mundialista de su historia, primer triunfo. Éxito absoluto.
La cumbre del 'tiki-taka'
La superioridad que mostraba España frente a cualquier rival, a través del juego de posición, era la envidia de todo el mundo. Selecciones y clubes intentaban emular el juego de la Selección, aunque nadie conseguía su objetivo, ya que se ha demostrado que la clave estuvo en los 'locos bajitos' que conformaban aquella generación.
Pocas ambiciones quedaban para la Eurocopa de 2012, aunque la posibilidad de conseguir la Triple Corona estaba en la mira de todos. Al núcleo duro de la Selección se unieron otros como Cazorla, Negredo o Jordi Alba y, aunque el juego no era tan brillante como en antaño, España siguió manteniendo su superioridad sobre el terreno de juego.
La final contra Italia fue una muestra de ello, con un 4-0 histórico que hacía que España cosechara su tercer gran torneo de forma consecutiva, algo nunca visto. Del Bosque se convirtió en el segundo técnico en conseguir el doblete Mundial-Eurocopa, tras Helmut Schön.
2013: el origen del caos
Todo parecía idílico, pero fue en 2013 cuando se inició la etapa de decadencia en la que aún está inmersa la Selección. La derrota en la final de la Confederaciones contra Brasil fue el primer traspiés de la época dorada, aunque solo haría presagiar lo que estaba por venir.
La generación dorada se iba diluyendo y el Mundial de Brasil 2014 se antojaba como el final para muchos jugadores como Xabi Alonso, Xavi Hernández y David Villa; antes ya se habían ido otros importantes como Puyol. Esto desembocó en un torneo esperpéntico, en el que España solo logró ganar en la fase de grupos a Australia.
Catástrofe en Brasil 2014
Los de Del Bosque sufrieron un episodio catastrófico todavía recordado por todos. La decadencia del proyecto del salmantino y del estilo de la Selección se vio en la goleada por 1-5 que Holanda endosó a los españoles. Un partido que certificaba el fin de una era y que levantaba los pocos frenos que quedaban para la caída libre que se iniciaba.
A pesar de las críticas, Del Bosque siguió en su cargo tras la renovación que firmó en 2013 para la Eurocopa 2016 en Francia. La Selección tenía ya un plantel muy diferente para la cita gala respecto a 2012, con jugadores como Carvajal, De Gea, Sergio Rico, Thiago, Koke, Bruno Soriano, Juanfran, Nolito, Aduriz, Saúl Ñíguez, Isco, Morata o Lucas Vázquez.
El relevo generacional de élite no estaba garantizado, pero había mimbres interesantes para conseguir un nuevo plantel nacional para seguir compitiendo; muchos de ellos, como Thiago, con ADN para seguir practicando el fútbol de toque. Sin embargo, otro 'gatillazo' tuvo lugar en Francia 2016. Italia apeó a España del torneo en octavos cuando aún se mantenía la ilusión, y las buenas sensaciones, por recuperar el esplendor de antaño. Solo fue un espejismo.
Del Bosque cerró su etapa con España el 27 de junio de 2016, tras la cita de Francia. Lo hizo con sabor agridulce, ya que había empezado su legado con títulos históricos y acabó siendo el seleccionador español con más partidos a sus espaldas (87 victorias, 10 empates, 17 derrotas); sin embargo, su marcha se produjo con un equipo sin rumbo ni éxito deportivo alguno. El 'tiki-taka' se había esfumado y la Selección se encontraba más perdida que nunca.
Muchas fueron las voces que clamaban al cielo para que Del Bosque se hubiera ido del banquillo de la Selección. El equipo necesitaba una renovación que no se acometió y el chicle del éxito se estiró demasiado. De tener opción de salir por la puerta grande, a hacerlo con sabor amargo cuatro años después de su último título.
Crisis con Lopetegui y Rubiales
Lo que vino después no fue mejor. De hecho, los últimos tres años de la Selección han sido dignos de una película de Hitchcok, con un 'villano interno' (Luis Rubiales) que a priori parece bueno y el peligro acechando en lugares insospechados (Mundial 2018).
Después de Del Bosque, Julen Lopetegui fue nombrado seleccionador el 21 de julio de 2016 por Ángel María Villar, el anterior presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). El técnico vasco ha sido el único atisbo de luz en la Selección en la última década, ya que pareció haber conseguido crear un grupo fuerte y con serias posibilidades hacer un buen papel en la cita de Rusia.
Lopetegui se plantó en el Mundial 2018 con un balance de 16 victorias y 4 empates en 20 partidos. El buen juego había vuelto a España, pero Luis Rubiales, después de solo 29 días en el cargo de presidente de la Federación, destituyó al seleccionador vasco el 14 de junio de 2018, justo dos días más tarde de que este fichara por el Real Madrid para después del Mundial.
Rubiales se cargó el proyecto de la Selección a solo un día de que empezara el Mundial de Rusia. Fernando Hierro tuvo que dejar la dirección deportiva y ponerse al mando del equipo, volviendo todo a un punto de desgobierno táctico en el equipo.
Como era de esperar no salió bien y España cayó en penaltis contra Rusia. Otro nuevo fracaso que desembocó en la contratación de Luis Enrique como seleccionador, aunque nada estuvo exento del gafe que vive la Selección en torno a la polémica.
La era Robert-'Lucho'
'Lucho' fue anunciado el 9 de julio de 2018, pero solo dirigió a la Selección en ocho partidos (6 victorias y 2 empates), ya que antes del duelo contra Malta en marzo tuvo que apartarse del banquillo por la enfermedad de su hija Xana, quien falleció el pasado mes de agosto.
Robert Moreno, segundo del asturiano en su etapa como seleccionador, cogió las riendas de la Selección y clasificó a España para la Eurocopa 2020 del próximo año. Sin embargo, también ha terminado envuelto en un conflicto con Luis Rubiales a causa de la vuelta de 'Lucho' al banquillo después de unos meses apartado.
España carece de un estilo de juego propio con continuidad que identifique al equipo en cada torneo. Cada seleccionador ha ido implementando su metodología de trabajo y el 'tándem' Moreno-Enrique trajo un nuevo modelo con el que la Selección sigue teniendo el balón, pero no es tan letal como en antaño. El equipo sigue en tierra de nadie. Ni toque, ni físico. Ni defensa, ni ataque. Destellos y más destellos. Aunque la parte positiva es que las victorias han vuelto.
Habrá que ver lo que sucede en la próxima Eurocopa, ya que la Selección llega como cabeza de serie a la cita y tiene ante sí una oportunidad única para recuperar su esplendor. Luis Enrique tendrá por delante varios meses para confeccionar un equipo para competir en condiciones óptimas. Mimbres hay, solo falta el fútbol.
De la 'Naranja Mecánica' de Cruyff a la Brasil del 70 con Pelé, pasando por el Milan de Sacchi, el Barcelona de Guardiola o el Real Madrid de las tres Champions consecutivas. España forma parte del selecto grupo de equipos que han hecho historia en el mundo del fútbol, aunque luego ha tenido que transitar por un inhóspito desierto de sinsabores del que aún no ha sabido salir.
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