Gerard Piqué volvió a ser el centro de atención durante la previa del Barça - Espanyol. El encuentro que terminó en triunfo culé, que le volvió a tener como protagonista por sus comentarios hacia el árbitro y que confirmó el descenso de los pericos se comenzó a jugar casi desde las 20 de la tarde, cuando el central llegaba al Camp Nou en una bici eléctrica.
El jugador azulgrana asustó hasta a los aficionados que había en la entrada del parking del feudo del Barça. Piqué entró a una alta velocidad al estadio, pero no lo suficiente como para que todos se dieran cuenta de que era él. Desde las redes sociales se vendió como una nueva genialidad de Gerard, pero otros muchos lo vieron como una imprudencia y como una forma más de dar que hablar del defensa.
La realidad es que el jugador no midió los riesgos que tenía esta cuestión. Por muy eco que sea ir en bicicleta, Piqué iba en una bici eléctrica de 10.000 euros e iba a una gran velocidad. No había necesidad de entrar en el Camp Nou así, podía haberlo hecho más despacio sin tanta sensación de peligro. Por si fuera poco, no llevaba casco, aunque dentro del centro urbano de la ciudad no sea obligatorio. Es reglamentario, pero también es recomendable que un jugador de ejemplo con medidas de seguridad vial.
Ya de por sí es un peligro para un jugador de fútbol que va a jugar justo un partido ir en bicicleta. No es lo más apropiado por el hecho de poder sufrir cualquier tipo de lesión si sufre una fatalidad en forma de caída. Ningún equipo médico recomendaría ir en este tipo de vehículo para llegar a un encuentro. Con la pandemia del coronavirus aún acechando, lo que tampoco llevaba era mascarilla. Cataluña ha decretado que sea obligatorio llevarla desde este viernes, pero, hasta entonces, era una cuestión recomendable sobre todo por el hecho de estar en el mismo marco de un protocolo tan estricto como el de La Liga.
Los airpods
En el punto en el que sí se estaba saltando cualquier tipo de normativa es en que el azulgrana iba con los airpods, los cascos inalámbricos de Apple, en sus oídos. Además de estar prohibido, es una irresponsabilidad ya que limita la conducción de la bicicleta por el hecho de que no puedes escuchar de la misma forma el exterior, aumentando el riesgo de accidente.
Aún así, no es la primera vez que Gerard utiliza la bicicleta para ir a entrenar o a un partido. En 2018 ya fue cazado por las cámaras por ir con este vehículo para ir a la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí. La bici es de la marca Greyp, de la firma Rimac, y en España tiene usuarios de sobra conocidos como los compañeros de Piqué, Lionel Messi y Cesc Fàbregas. Todos ellos cuentan con la Greyp G12S, un modelo que requiere estar en posesión de carné de conducir por el motor eléctrico de 16 CV y que permite al propietario una propulsión de hasta 70 kilómetros por hora.
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